«El cambio climático es lo menos que puede pasar con lo que hemos hecho»

- Estamos a 24 octubre, y hoy, a las tres de la tarde, en Bilbao, el termómetro marcaba 26º. ¿No hay quien pare el cambio climático?

- La mayor parte de la gente se siente sobrepasada por todo esto. Yo quiero hablar de empoderar a la ciudadanía en el sentido de que puede ser mucho peor, pero mucho peor, o se puede quedar en algo que permita que nos adaptemos con muchas dificultades y cambios. Nos encontramos en ese punto en el que se puede ir en una dirección o en otra.

- Pero, ¿tenemos tiempo para la sensibilización?

- Esa es la madre del cordero. Científicamente hablando tenemos muy poco tiempo. La década actual resulta determinante. Para 2030 se prevé la reducción de casi el 50% de las emisiones y, sin embargo, siguen subiendo. El horizonte de la Cumbre de París de no sobrepasar el grado y medio está sentenciado, pero, al menos, no hemos de llegar a los dos grados. Por otra parte, hemos llegado al pico del petróleo y bajan las inversiones y calidad del crudo. A lo mejor, por pura necesidad, se acelerarán las medidas para hacernos sostenibles y dejar de emitir dióxido de carbono.

- ¿Sufre ecoansiedad?

- No, porque yo creo que esto supone una oportunidad grandiosa para que la Humanidad se deshaga de creencias heredadas que en el fondo son cárceles y que han marcado cómo nos relacionamos con la naturaleza.

- Asegura que estamos ante un punto de inflexión.

- No ha habido nada ni remotamente parecido a lo que vivimos ahora. Las crisis anteriores se daban en lugares concretos, mientras que esta es planetaria. Hoy contamos con herramientas que no tenían como satélites o internet, que nos permite compartir conocimientos. Podemos abortar el futuro o brindar una oportunidad a las futuras generaciones para vivir de una forma mucho más autosuficiente.

- Entre los que denuncian la espiral de autodestrucción y otros que hablan de alarmismo climático. ¿Dónde se sitúa?

- Estoy más cerca de los más alarmistas. La realidad climática es pavorosa y son datos conseguidos por los expertos del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático. La Cumbre de París fue la vigésimo primera. Hubo veinte antes con reportes científicos diciendo que nos la pegamos y tan sólo entonces, USA y China firmaron un acuerdo para limitar las emisiones. Lo que ocurre es que la Tierra tiene un poder de resiliencia tal que nos cuesta verlo. No sentiremos los efectos de lo que hay en la atmósfera hasta dentro de dos décadas. El cambio climático es lo menos que puede pasar observando lo que hemos hecho, una explotación lineal de la Naturaleza.

- Según declara, nos enfrentamos a cinco años cruciales.

- Las ayudas para transición energética facilitarán la autosuficiencia, y la gente lo hará por convicción o por necesidad económica. La movilidad también cambiará rápidamente dado que los combustibles fósiles se van a poner por las nubes. El desarrollo ha carecido de sentido ético y moral, y ahora las deudas contraídas nos vienen a la cara.

- Pero en el Sur del planeta, el más rico en biodiversidad, se siguen cometiendo todo tipo de tropelías contra el medio ambiente.

- Porque hay un consumidor que lo permite. La fábrica es ahora mundial, un sistema basado en combustibles baratos que ahora se han encarecido. No saldrá a cuenta consumir carne de Brasil y, además, esa tendencia se premiará con los créditos que favorecen la menor huella de carbono. Hay que enmendar para recuperar especies, no conservar, sino restaurar, la palabra de este siglo.

- ¿Qué podemos hacer los ciudadanos?

- Esto es una crisis existencial profunda y el primer paso para salir de ella es individual. Hay que mudar creencias, prejuicios e inercias, a partir de ahí, será más fácil el cambio colectivo.

- ¿Tenemos que demandar mayor compromiso ecológico a los políticos?

- Tengo más confianza en la empresa privada y en las compañías energéticas. Se están poniendo las pilas porque cuenta con expertos que predicen el futuro.

- ¿Qué diría su padre de todo esto?

- Estaría tirándose de los pelos. Se dedicaría en cuerpo y alma a despertar conciencias porque esta situación puede ser una oportunidad para que nuestra conciencia se ponga al servicio de la vida.

- ¿Cuál es su capítulo favorito de 'El hombre y la Tierra'?

- Cuando era pequeña lloraba a mansalva con los del lobo, de adulta recuerdo 'Los prisioneros del bosque', dedicado a las especies que perecen cuando su medio resulta devastado. También me fascinan personajes como el alimoche que intentaba romper el huevo.

- ¿Nos recomienda un libro?

- Voy a barrer para mi casa y hablar de 'Félix, un hombre en la Tierra' en el que recojo perlas de su pensamiento.

- ¿Una película?

- Me enganchó 'El gran azul' de Luc Besson. Me influyó mucho.

- ¿Y lugares que le hayan dejado huella?

- Me han marcado la Alcarria y la playa de Langre en Cantabria.

- ¿Algún gurú que haya fomentado su espíritu naturalista?

- No soy muy de gurús. Hay gente que me inspira sin sintonizar al 100%. Destacaría a James Lovelock, autor de la hipótesis Gaia, y Lynn Margulis, fundamental para hacernos entender la evolución con una idea de cooperación y simbiosis. Greta Thunberg demuestra que prestamos más atención al dedo que señala la Luna que a la Luna. Ella es el dedo y debería ser lo de menos.