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Escenas de una vida. En una entrevista en un coche en La Habana, en 1975.

Un brindis por el centenario de Benedetti

Cultura del vino ·

La Fundación Vivanco deposita en el Instituto Cervantes 64 fotografías, cartas y otros documentos del autor uruguayo cuando se cumplen 100 años de su nacimiento

Miércoles, 24 de junio 2020, 01:23

La caricatura fue realizada por su hermano Raúl en 2005.

Que Mario Benedetti fuera nieto e hijo de enólogos fue el gancho que encontró la Fundación Vivanco, radicada en Briones (La Rioja), para coleccionar cartas, escritos, fotos familiares y dibujos del autor uruguayo, del que este año -el 14 de septiembre- se cumple ... el centenario de su nacimiento.

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Ahora, 62 documentos que atesora esa fundación han entrado en la taquilla de seguridad número 1.448 de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de Madrid gracias a un préstamo de dos años con el que de hecho comienzan las conmemoraciones sobre el autor 'La tregua' (1960) y miembro de la Generación del 45 en Uruguay junto a Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti.

La fundación riojana desarrolla una intensa actividad cultural y coleccionista con la adquisición de materiales que tengan que ver con el vino, ya que está vinculada con Bodegas Vivanco. Gestiona un museo en Briones, donde expone su colección, y en 2016 prestó 76 obras en papel -de Durero, Ribera, Picasso, Miró, Chagall y Chillida, entre otros- para una exposición en el Bellas Artes de Bilbao dentro del marco de la Feria Internacional del Grabado (FIG), y siempre con la viticultura como tema.

«Una copa de vino es un secreto/ no se sabe por qué nos presta vida/ hay una dimensión desconocida/ en ese sorbo que es un amuleto», escribió el uruguayo. Entre el material depositado en el Cervantes, dirigido por el poeta Luis García Montero, se encuentran varias cartas que tenían como destinatario a su hermano Raúl, al que estaba muy unido.

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En una de ellas, fechada el 10 de julio de 1985 en Pollensa (Mallorca), le informa de que está en la lista final del Premio Nobel de Literatura, que no consiguió, y en otras se explaya sobre sus experiencias en restaurantes o sobre sus problemas de salud.

El perfil de Benedetti contiene múltiples facetas que van desde la política al fútbol, al que era un gran aficionado. Nació en una familia que le pudo pagar su educación primaria en el Colegio Alemán de Montevideo, una etapa que le unió de por vida a la cultura germana, pero tuvo que salirse de él por los problemas económicos de su familia. Trabajó desde los 14 años, primero en una tienda de repuestos para automóviles, como empleado en una inmobiliaria, taquígrafo y funcionario.

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Trabajó desde los 14 años y su perfil abarca múltiples facetas, desde la política al fútbol

una vida intensa

Exilio y vuelta

Durante los años cuarenta y cincuenta desplegó una intensa actividad intelectual en Uruguay, en revistas literarias y páginas culturales de los periódicos, como crítico literario, de cine y de teatro, además de como humorista. En 1971 participó en la fundación de un movimiento político de izquierdas cercano a los Tupamaros, y poco después del golpe de Estado de 1973, que colocó como presidente a Juan María Bordaberry, se exilió en Buenos Aires. Posteriormente se fue a Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado, luego a Cuba y, en 1977, llegó a Madrid.

Se consideraba ante todo poeta y heredó de Machado la preocupación por «hablar claro»

su estilo

Volvió a Uruguay en 1985 pero mantuvo una estrecha conexión con España, donde residía durante temporadas, hasta su muerte en 2009, a los 88 años. Su novela 'Andamios', publicada en 1996, tuvo una importante repercusión entre los lectores españoles.

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Gran escritor de relatos, poeta, ensayista y periodista, atravesó esos lenguajes con la sencillez de su estilo y una voz muy próxima a lo coloquial. Según expresaba, su preocupación por «hablar claro» le venía de Antonio Machado. Para ambos, era la mejor manera de «meterse en honduras».

Se consideraba antes que nada poeta y enemigo de la oscuridad en la poesía. «Me di cuenta que los poetas a los que leía hablaban de una fauna y de una flora que no eran las nuestras. Aun cuando pudiera disfrutarlos, hay poetas difíciles que uno los toca y suenan a hueco y otros que debajo tienen mucho», discurría en una entrevista. En lo cotidiano, a su juicio, estaba la mina del escritor.

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Con el violonchelista Alberto Favero y con la cantante Nacha Guevara.

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