El Bellas Artes se rinde a la moda transgresora de 'Comme des Garçons'

El vestido seleccionado formaba parte de una propuesta que remitía a los «punks del siglo XVIII», según palabras de Arzalluz, y suponía una reinterpretación de la historia de la moda. El origen geográfico de esta relectura se halla en Lyon, ciudad célebre por sus manufacturas de seda y que inspira los ricos y diversos brocados florales que conforman la obra. La prenda, de gran volumen, está formada por varios cuerpos superpuestos a la manera de un zigurat, y recuerda las vestimentas con tontillo del siglo, un armazón interno que resultaba de uso habitual entre las mujeres de clases alta de aquella época. «Denota un estudio de las prácticas en la Corte de Versailles», explicó.

La falta de remates contrasta con la compleja estructura, que también recuerda las alas de un escarabajo o la rejilla delantera de un coche, y denota ese ánimo irreverente, tan característico de las tribus urbanas de finales de los años setenta. El vestido se acompaña de zapatos decorados con pelo artificial, como un guiño a la piel que adornaban los de aquel siglo, cuando se trataba de un complemento de lujo al alcance de los más opulentos.

Este homenaje a Rei Kawakubo tiene lugar unos 35 años después de su presentación en las pasarelas francesas. «Aquellas primeras colecciones supusieron una ruptura con el canon de belleza occidental porque se basaban en el color negro, con abundancia de inacabados y deshilachados, y el empleo de sorprendentes tallas oversize», recuerda. La irrupción de esta diseñadora y sus compatriotas Issei Miyake y Yohji Yamamoto, posteriormente conocidos como 'los tres magníficos', supuso toda un revulsivo en el mundo de la alta costura. Su presencia rompía todas las convenciones. A ella se le adjudicó el título de 'chic Hiroshima9' y moda 'post atómica'. Pero no se presentó en Francia como una recién llegada al negocio. Su presentación tuvo lugar tras haber conseguido con 'Comme des Garçons' un enorme éxito de ventas en su país natal, donde, incluso, poseía una importante red de distribución. «Desde entonces, cada colección que ha presentado ha implicado todo un manifiesto».

La presentación de la pieza constituye la primera incursión en la moda tras 61 ediciones precedentes de 'La Obra Invitada', iniciativa patrocinada por la Fundación Banco Santander y donde, hasta ahora, había primado la pintura, la escultura, las instalaciones o, incluso, la performance. Además, la colaboración con el Palais Galliera se retoma tras dos contactos anteriores que dieron lugar a las exposiciones 'El diseño del límite' y 'Los años 50. La moda en Francia 1947-1957', celebradas en 2010 y 2015, respectivamente. Este museo permanece cerrado al público y, tras una reestructuración interna, será reabierto a lo largo de la próxima primavera.