El Bellas Artes acoge la presentación del libro 'Berpiztu', un homenaje a la carrera de Kepa Junkera

Precisamente este lunes se cumplieron cuatro años del ictus que sufrió en Bélgica mientras estaba de gira con 'Maletak'. Cada día es una victoria desde entonces. El trikitilari, muy sonriente y dejándose abrazar por todos, posaba ante los fotógrafos con el desparpajo de siempre. Y cada vez que se cruzaba su mirada con la de Kontxa, su madre, guiñaba un ojo o le extendía la mano. Ella se la agarraba con energía. La misma que flotaba en el ambiente.

Postrado en una silla de ruedas, el músico de Rekalde dejó que el pintor Alberto Palomera leyera un texto en su nombre. «Como bilbaíno es un honor estar aquí y me alegra que hayáis madrugado un poco para acompañarme. En primer lugar, quiero agradecer al museo y a Miguel (Zugaza) la oportunidad de presentar aquí este libro. Miguel salió ganando al cambiar el Prado por el Bellas Artes, a Madrid por Bilbao, y algunos Velázquez por los cuadros de Arteta, uno de ellos con triki. ¡Qué elección más fácil...!», exclamaba Palomera, mientras Kepa Junkera escuchaba en primera fila y a duras penas se aguantaba la risa.

Entre 1987 y 2018, fue imparable la actividad del hombre que consiguió que artistas como Dulce Pontes, Andrés Calamaro, Miguel Ríos y Estrella Morente cantaran temas tradicionales de la cultura vasca. El frenazo fue brutal, con una larga convalecencia en un hospital de Gante –a 50 kilómetros de Izegem, donde tenía previsto actuar con el grupo Sorginak– para más tarde ingresar en Cruces.

Con el traslado a la Unidad de Neurorrehabilitación del Centro Aita Menni de Bilbao, empezó a ver luz al final del túnel. El documental 'Berpiztu', dirigido por Fermín Aio, muestra el largo proceso de recuperación del trikitilari. Ha tenido que volver a aprender a hablar y controlar su cuerpo. Poco a poco, con mucho tesón. Los músculos no siempre le responden pero como decía ayer Miguel Zugaza, citando al poeta venezolano Rafael Cadenas, hay gente extraordinaria destinada a llegar lejos, pase lo que pase: «Si el poema no nace pero es real tu vida, eres su encarnación». En ese sentido, la mirada y voluntad de Kepa Junkera son arte en estado puro.