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fernando iturribarría
Martes, 26 de junio 2018
Banksy homenajea a los mártires de la matanza yihadista en el Bataclan. Una obra del conocido desconocido artista británico ha aparecido en una de las puertas de emergencia de la sala parisiense en la que el 13 de noviembre de 2015 fueron asesinadas a tiros ... 90 personas durante un concierto de rock. Una figura fantasmagórica, con el rostro velado por una especie de mantilla, se asoma al callejón por el que aquella noche fatídica decenas de espectadores aterrorizados escaparon al atentado asumido por el autoproclamado Estado Islámico.
La estampa del Bataclan es uno de los ochos frescos callejeros que los amantes del 'street art' han descubierto en los últimos días en las fachadas de París con el inconfundible sello del anónimo artista inglés. Como es ya tradicional en su actividad creativa, ninguna de las obras está firmada. Pero el estilo, los colores, los temas, los personajes y el calendario le identifican sin ningún género de dudas a juicio de sus seguidores, entregados a una apasionante búsqueda de los tesoros por las calles de la capital francesa.
En el disperso conjunto destacan dos composiciones alegóricas de gran formato y simbolismo político. Cerca de Universidad de la Sorbona, un hombre trajeado que esconde una sierra a la espalda da un hueso a un perro al que le ha sido serrada una pata. Se trata de una denuncia del capitalismo según la interpretación de un dirigente comunista que ve en el animal al empleado obediente que paga al amo con sus propios sacrificios.
La otra alegoría se puede contemplar en la avenida de Flandre. Es una versión del retrato ecuestre que el pintor Jacques-Louis David hizo en el siglo XIX de Napoleón atravesando los Alpes hacia Italia, hoy uno de los pasos de los flujos migratorios. En lugar del emperador a caballo, una figura ambigua cabalga envuelta en un manto escarlata que parece evocar a una mujer con velo.
La primera pintura atribuida a Banksy apareció el 20 de junio, jornada mundial de los refugiados, cerca de La Chapelle donde hace poco cerró el primer centro de acogida a los migrantes abierto en París. Una chiquilla negra subida en una caja de madera cubre una cruz gamada pintada en un muro con motivos decorativos rosas de inspiración siria. Según el diario izquierdista 'Libération', la obra fue manchada el domingo con pintura azul por los propios clandestinos que merodean por la zona, que se tomaron el símbolo nazi como una agresión y estaban hartos de la afluencia incesante de fans deseosos de inmortalizar el trabajo efímero de su ídolo anónimo.
Las ratas son los motivos de los pequeños formatos. Dos despegan sentadas en corchos de botellas de champán enfriadas en cubos con hielos. Otra parece una Minnie Mouse que sale de una alcantarilla del Barrio Latino, escenario hace 50 años de la revuelta estudiantil de Mayo del 68. La última cifra de ese año aparece borrosa y deja nítido el '196', número europeo del salvamento marítimo. No es la primera vez que Banksy critica la política migratoria francesa. Ya en 2015 retrató en la 'jungla' de Calais a Steve Jobs, fundador de Apple, hijo de un emigrante sirio.
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