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El Arriaga ha bajado el telón de 2022, el primer año sin restricciones de aforo desde la pandemia, con 106.602 espectadores, un dato que se presta a dos lecturas. Supone un 42% más de público que en 2021 (75.119), pero la diferencia de ... aforos –no se llegó al 100% hasta octubre– desvirtúa las comparaciones. Aún no se ha recuperado el nivel anterior a la crisis sanitaria, ya que en 2019 se contabilizaron 130.304 asistentes. Sin embargo, la evolución en los últimos meses resulta alentadora.
Es como si 2022 fuera una obra en dos actos con distintos argumentos. Durante el primer semestre, al igual que en otras ciudades, el teatro acusó un bajón por el cambio de hábitos de ocio, más orientados a actividades al aire libre. Solo hubo 39.189 espectadores, con una ocupación media del 50%. Todo cambió a partir de agosto, cuando Ángel Llàcer, Jordi Labanda y el resto del equipo de 'La jaula de las locas' desembarcaron en Bilbao. El musical basado en la obra de Jean Poiret –estrenado en Broadway en 1983– sedujo a 27.329 personas en 30 funciones, algunas de ellas con el aforo agotado. Sintonizó con las ganas de fiesta de una ciudad que celebraba el regreso de la Aste Nagusia sin limitaciones.
Pasado el vendaval de plumas y lentejuelas, se han mantenido los buenos datos en taquilla. «Hubo un cambio de tendencia clarísimo y se pasó al siguiente nivel», afirma el director gerente del Arriaga, José Ignacio Malaina. En el segundo semestre, que es más corto porque en julio no hay actividad, han acudido 67.400 espectadores, lo que significa que «dos tercios del público ha venido después del verano».
2022 se cierra con una ocupación media del 58,88% si se toman como referencia la totalidad de las butacas, que se eleva al 74% de las de plena visibilidad. «Estamos contentos, no eufóricos», resume Malaina. «Si haces una valoración del año en su conjunto, no hemos recuperado los niveles de 2018 y 2019, pero en el segundo semestre hay un corte bastante claro y creo que esa línea se va a mantener. Eso nos hace pensar que estamos ya en un modo normal de públicos».
La recaudación bruta en taquilla asciende a 2.534.000 euros, un 85% más que en el anterior ejercicio. Además de la recuperación del aforo se nota el impacto del musical, un género que no se programó en 2021 y que marca la diferencia porque atrae a más público, con más funciones y con entradas más caras. 'La jaula de las locas' es además uno de los títulos con más éxito de los últimos años. Empata en número de espectadores con 'Mamma Mia' (2016) y supera a 'West Side Story', 'Priscilla' y el último montaje de 'La Cubana', todos ellos por debajo de los 25.000.
El empuje del segundo semestre se apoya en una sólida cartelera con estrellas como Juan Diego Botto, imparable con 'Una noche sin luna' –que volvió a emocionar tras ganar el Max al mejor espectáculo y al mejor actor– y Jorge Drexler, que actuó en Bilbao días después de triunfar en los Latin Grammy con siete premios. Ambos colgaron el cartel de completo al igual que el concierto de Soweto Gospel Choir, que alterna el género con clásicos internacionales e himnos por la libertad.
También 'Los farsantes' de Pablo Remón (87%), sin duda una de las obras del año, la danza de María Pagés (69%) y la voz de Ainhoa Arteta (75%) han tenido una buena respuesta del público. Aunque hay espectáculos que se agotan con antelación, «la venta del último momento ha venido para quedarse, sigue funcionando mucho». Cuatro de los cinco más vistos se concentran en el segundo semestre del año con la loable excepción de 'Silencio'. El monólogo de Juan Mayorga interpretado por Blanca Portillo, todo un canto de amor al teatro, rozó el lleno en marzo.
Peor acogida tuvo 'Erresuma/Kingdom/Reino', la gran apuesta de este año en producciones propias. La adaptación de los dramas históricos de Shakespeare con el sello de Calixto Bieito registró una ocupación del 35%, aunque después hizo una larga gira. En 2022 el Arriaga ha presentado también 'Luis Mariano', 'Ay, Babilonio'. 'Moto-Membra Jesu Nostri', 'La espera', 'Tiempos de cabaret y cambalache' y 'Faces', las tres últimas ya vistas con anterioridad. La escenificación de un concierto barroco con textos de Eneko Sagardoy y una moto en el escenario fue un éxito de crítica y público. «Estamos muy contentos con esta producción, a ver si podemos girarla».
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