La Azoka de Durango pondrá a la venta ejemplares de la revista 'Pott' de 1980

«Ha sido una alegría muy grande conocer que todavía existen ejemplares de 'Pott'», dice Joxemari Iturralde, uno de sus fundadores. Recuerda la experiencia con añoranza y respeto. «Éramos muy jóvenes, no teníamos ni 30 años. Sentíamos que algo nuevo venía, pero no sabíamos el qué y había mucho nerviosismo en el ambiente. Nos reuníamos los seis una vez por semana en el bar 'El Cantábrico', en el Casco Viejo de Bilbao, e intercambiamos nuestros textos. Todos sentíamos una gran pasión por la literatura, queríamos crear nuestro propio camino en ese mundo, y, además, éramos amigos. Eso es lo que nos hizo tan especiales», cuenta. No tardaron en crear el grupo literario y vanguardista 'Pott', dando vida a una revista referencial de la literatura vasca. Sacaron su primera edición en 1977, al módico precio de 25 pesetas de la época. «La vendíamos en librerías cercanas, pero también cogíamos el coche y nos desplazábamos por las ciudades. Llegamos incluso a ir a Pamplona, en plenos Sanfermines. Imagínate el panorama, unos jóvenes vendiendo en una esquina ejemplares de su revista en euskera», comenta Iturralde.

Insiste, sin embargo, en que 'Pott' no era un grupo cerrado. Trataba de unir a personas que escribían tanto en euskera como en castellano. «Creamos la revista con dos objetivos: fomentar la literatura y el euskera, pero no dejábamos a nadie de lado», matiza. Y así lo reflejan los ejemplares, todos bilingües y con una gran participación de ilustres escritores que son a día de hoy grandes figuras de la literatura. Al igual que sus fundadores, entre los que se encuentran dos Premios Nacionales de Literatura, como Atxaga y Juaristi, o el de Euskadi que ostenta Sarrionandia y el de la crítica de narrativa en euskera de Iturralde.

El número de 'Pott Tropikala', que se podrá adquirir en la Azoka, fue el «más vanguardista». Con una portada a color, de grandes dimensiones (24x36 centímetros ), en sus 84 páginas se pueden encontrar trabajos de los escritores ya mencionados, así como de Jon Kortazar, Koldo Juarista y Jose Julián Bakedano. «Queríamos llamar la atención y dar ese toque de rebeldía. Por eso en todas las ediciones poníamos el número tres en la portada, hasta en la primera edición, simplemente para despistar», detalla Iturralde.

Las revistas las descubrió Ramón Irazu, hermano pequeño de Bernardo Atxaga, mientras limpiaba el sótano hace unos meses. «Se ve que las escondió tan bien que no recordaba dónde las había dejado», señalan en tono jocoso desde Pamiela, editorial que pondrá a la venta 120 ejemplares a 20 euros, el precio que estiman equivale a las 25 pesetas de antaño. Los 40 ejemplares restantes serán distribuidos por la UPV, centros de estudios y bibliotecas para conservar «este tesoro de la cultura vasca. Están intactos, lo único que delata su antigüedad son las grapas con las que están encuadernados», señalan.