«El pin parental representa dar diez pasos hacia atrás en educación»

«La educación pretende dar oportunidades a las personas, y tal objetivo no se consigue si no hay diálogo y tolerancia. Cuando los cambios en la enseñanza sólo los proponen los partidos vamos mal, sobre todo si no escuchamos al sentido común. En esta situación, yo casi que me bajo del tren». Este profesor y escritor será el protagonista de un nuevo encuentro 'online' del Aula de EL CORREO, que tendrá lugar hoy a partir de las 20.00 horas. El acto cuenta con la colaboración con la editorial Plaza&Janés y el apoyo de la Fundación la Caixa.

Hace seis años, este profesor y escritor fue nombrado uno de los cincuenta mejores maestros del mundo por el Global Teacher Prize y, durante tres convocatorias, ha formado parte del jurado del Premio Asturias de Comunicación y Humanidades. Su última publicación, 'Humanizar la educación', plantea la situación del sector en estos difíciles tiempos de pandemia y expone las dificultades de sus beneficiarios. «Se habla de niños y adolescente como si fueran seres de otra galaxia y no les afectara lo que está sucediendo», denuncia. «No nos ponemos en su lugar y es importantes escucharlos».

La preocupación pública en torno a la educación durante la cuarentena se redujo, a menudo, alrededor de los exámenes y los aprobados colectivos. «Cuando hablamos de alumnos, solemos asociarlos con resultados académicos, pero es que, además, tienen emociones, inquietudes y temores», aduce. «La salud no es sólo física, también mental. Antes de la pandemia ya había muchos casos de ansiedad y estrés, y esto lo ha multiplicado al máximo. No lo vemos, pero está ahí».

Bona aboga por un pacto educativo, aunque desconfía de que la clase dirigente, gobierno y oposición, llegue a un acuerdo al respecto. «Creo que el cambio será posible cuando los docentes y las familias puedan convencer de su necesidad», indica y señala que la sociedad debe concienciarse de que la educación constituye un factor básico de desarrollo. «Pero no será posible si, como ocurrió en los últimos debates parlamentarios, se le dedican 30 segundos». Asimismo, recuerda los problemas para la enseñanza 'online' por las diferencias tecnológicas entre campo y ciudad, o las sociales en un país con más de un 30% de la población infantil en condiciones de pobreza. «¿Cómo hacer cuando, en el mejor de los casos, hay un ordenador en casa y dos hijos?».

La adecuación de los contenidos es una cuestión pendiente. «Debemos intentar que tengan relación entre ellos y con la vida del niño porque si no, no tiene sentido», aduce y alega la trascendencia de la etapa infantil para el progreso posterior. «Se habla de que el periodo universitario es crucial y se olvida que en esta fase se forjan los caracteres. Cualquiera que diga que sólo juega no tiene idea de educación. La escuela es la base de la posterior formación».