«Todos tenemos heridas emocionales»

Los vínculos que creamos cuando somos niños nos ayudan a percibir el mundo. «Explican cómo lo entendemos y nos condicionan», indica la autora de 'Tú eres tu lugar seguro', libro recientemente editado en el que se analizan esas herramientas que adoptamos y que, tal vez, actúan en nuestra contra. «El catastrofismo es otro mecanismo de defensa, una forma de identificar posibles peligros, aunque objetivamente no existen».

La alta autoexigencia, la procrastinación o la hipervigilancia, son algunos de los útiles más comunes. «Debemos ser conscientes de cuál ponemos en marcha», aduce y señala la ambigüedad de sus consecuencias. «Ser muy riguroso con uno mismo puede ser positivo, pero si me obligo a trabajar hasta las diez de la noche y al día siguiente me levanto destrozado, es pernicioso». La teoría del apego da claves sobre la elección de uno u otro. Los vínculos creados en nuestra niñez son, generalmente, el fruto de nuestra relación con adultos de referencia. «Entonces, dependemos de personas que tampoco son perfectas, y de aspectos incontrolados como el bullying o las relaciones tóxicas».

El factor biológico resulta esencial para entender el diferente impacto en los individuos. «Hubo quien supo gestionar emocionalmente su paso por un campo de concentración y quien no sabe afrontar un pequeño inconveniente». La identificación del problema y la búsqueda de información para abordarlo convenientemente son las claves que aporta Esclapez. «Sugiero recurrir al psicólogo cuando nos bloqueamos o quieres dar pasos de forma segura». En cualquier caso, apunta la necesidad de necesidad de frenar la mente. «Nos pasamos la vida mirando al futuro o al pasado, torturándonos sobre lo que dijimos o hicimos, y no nos centramos en el presente». La autoestima se convierte en la más perjudicada por estos procesos.

La consciencia de que todos somos sujetos heridos resulta importante para establecer relaciones más dichosas. «Entender que el otro tiene una mochila emocional y descubrirla nos ayudará comprenderlo», alega. Todos poseemos neuronas espejo y, por tanto, contamos con esa capacidad. La conferenciante asegura también que, en el caso de la pareja, se precisa de conversaciones incómodas para establecer una conexión sana. «Debemos hablar de todo, desde quién fregará los platos hasta si se quiere tener hijos», defiende. «Hemos de superar el miedo y sacar a debate aspectos delicados porque las relaciones no se construyen por arte de magia».