Asuntos pendientes

Ministerio de Cultura ·
Iceta retrasa tareas urgentes, como la reforma de la Ley de Patrimonio Histórico

Enrique Portocarrero

Domingo, 27 de febrero 2022, 00:35

Entre el rosario de temas pendientes que se le acumulan al ministro de Cultura, Miquel Iceta, también está la reforma de la Ley de Patrimonio Histórico Español, vigente desde 1985 y ya ciertamente obsoleta. Este texto legal regula algo tan fundamental desde el punto vista ... social, cultural y económico como la protección del legado histórico y artístico del país, un inmenso conjunto de bienes muebles e inmuebles. No se olvide al respecto la importancia de este asunto en España, un país que es el tercero junto con Francia con más sitios inscritos en la lista de Patrimonio Universal de la Unesco (49), por detrás de Italia y China, además de ser el primero en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial. Pues bien, tras aprobarse un anteproyecto de nueva ley en junio del año pasado que produjo innumerables críticas por la creación de una nueva figura -los «bienes de interés mundial»- que restaba competencias a las comunidades autónomas, el texto fue retirado tras la llegada de Iceta al ministerio. Desde entonces, las buenas intenciones no han ido más allá de asegurar que el Consejo de Ministros trabaja en una reforma que se pactará con las comunidades autónomas. Pero el tiempo pasa, las comunidades autónomas han aprobado sus propias leyes sin que exista un patrón común, la evolución social aconseja incorporar nuevos activos del patrimonio inmaterial, sigue habiendo muchos bienes patrimoniales en peligro de desaparición, el vandalismo continúa rampante sin que exista una acción decidida para atajarlo, no hay un plan nacional conjunto de estímulos fiscales que favorezca su conservación y encima todavía no hay una clara conciencia social sobre la importancia del patrimonio como vector de crecimiento económico. Naturalmente la reforma de esta ley es un asunto tan urgente como lo es el Estatuto del Artista, la Ley de Mecenazgo, la Ley de Cine, los derechos de autor o el tan cacareado Hub Audiovisual. Asuntos todos en trámite tan interminable, sí, como para pensar que el de Iceta es el gran Ministerio de los Asuntos Pendientes.

Criptoarte

Cosas serias y no tan serias

En el nuevo negocio del arte en formato NFT surgen a diario cosas verdaderamente absurdas, pero también iniciativas bastante más serias. En la primera categoría se puede incluir la venta organizada por Melania Trump con imágenes fotográficas de su marido en formato NFT, cuya demanda entre sus seguidores parece garantizada. Mucho más seria es la iniciativa emprendida la semana pasada por una galería londinense, exponiendo seis obras maestras del arte italiano, desde el Renacimiento al arte moderno, tanto en su formato físico original como en su versión NFT. Se trata de obras de Leonardo da Vinci, Caravaggio, Hayez, Modigliani y otros. Todas ellas pertenecen a museos italianos y cuelgan junto a sus reproducciones digitales que se pueden ver en pantallas. De cada obra hay disponible nueve copias en NFT, singularizadas y certificadas. La mitad de los beneficios obtenidos por la venta de estos archivos digitales irá destinada a proyectos de restauración de obras de arte en los museos. La idea es original y solidaria, aunque el NFT de un Leonardo no es más que eso, es decir, una simple reproducción.

Lectura

Datos buenos y paradójicos

Crece la sociedad lectora o, mejor dicho, se consolida en España el avance de la lectura iniciado en 2020 con la pandemia. Lo reflejan los datos del Barómetro de Hábitos de Lectura en el año 2021. Naturalmente cualquier conclusión necesita un periodo más largo, por ejemplo, una década. Pues bien, incluso desde esa perspectiva la conclusión es buena, ya que entre 2011 y 2021 el porcentaje de españoles que leen en su tiempo libre ha pasado del 57,9% al 64,4%. Todo perfecto, sí, pero no se pueden ocultar dos datos negativos. El primero se refiere al hecho de que tres de cada diez españoles reconocen no tener interés en los libros, un dato que contrasta con los índices en algunos países europeos. El segundo es el de la caída de los lectores de libros en soporte digital, algo paradójico cuando el mercado de ese soporte lector sigue creciendo. ¿Tendrá algo que ver el pirateo con esto último?