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Alberto Moyano | Mikel Ezquiaga
Martes, 14 de mayo 2024, 16:33
Era una visita a Chillida Leku sin declaraciones, pero durante el posado, interpelado por los periodistas, el Rey resumió su impresión: «Es una exposición muy bonita, merece la pena, hay que venir». Felipe VI acababa de inaugurar la muestra que une dos centenarios, el de ... Eduardo Chillida y el de Telefónica, basada en una decena de obras que realizó el artista donostiarra y que forman parte de la colección de la empresa. Esas obras «vuelven» ahora a Zabalaga y al universo chillidiano.
El monarca estuvo muy cariñoso y cercano con la gran familia Chillida, con quienes recordó la larga vinculación de la Casa Real con el escultor. «Me alegro mucho de volver a este sitio tan especial», les decía mientras se juntaban en una foto de grupo. Felipe VI visitó el museo en 2004, aún como príncipe -Juan Carlos I y Sofía inauguraron Chillida Leku en el año 2000-, en visita privada con Letizia Ortiz en su viaje de luna de miel. La Reina no volvió ayer porque se encontraba en otro viaje oficial por Asturias.
El Rey estuvo acompañado ayer en su visita por Luis Chillida, presidente de la Fundación Chillida-Belzunce, que ejerció de guía; José María Alvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica; Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial; Marisol Garmendia, delegada del Gobierno en el País Vasco; Eneko Goia, alcalde de Donostia, y Mireia Massagué, directora de Chillida Leku. El lehendakari Urkullu, que tenía prevista la asistencia, no pudo llegar al alargarse la sesión de constitución del nuevo Parlamento Vasco en Vitoria.
«La pasión de comunicar»
«Telefónica y Chillida tienen en común la pasión de comunicar a las personas», resumió Luis Prendes, director de la Fundación Telefónica, en su poética presentación. «Son obras de una etapa muy libre y fértil de mi padre, en los años 80, cuando empezaba el sueño de Zabalaga y Telefónica iniciaba a la vez la incorporación de esculturas del aita a su incipiente colección», indicó Luis Chillida, que en representación de sus hermanos subrayó también la importancia de su madre, Pilar Belzunce, en la carrera artística de Eduardo Chillida, la construcción de Chillida Leku y la rehabilitación del caserío de Zabalaga, «que consideramos una obra de arte más». Hubo mención especial a la escultura 'Mesa de Omar Khayyam III', de 1986, que preside la exposición, y junto a la que se colocaron los oradores.
Felipe VI se interesó por los detalles de la muestra, que recorrió en el interior del caserío Zabalaga. También paseó por los jardines del museo y luego posó con seis de los ocho hijos del escultor presentes en San Sebastián. También lo hizo con los nietos y la amplia familia del artista, y al final se unió al cóctel en el que los 200 invitados a la inauguración departieron a mediodía. Una amplia representación de la sociedad y la cultura guipuzcoanas asistieron al acto.
La mañana había comenzado intensa en Chillida Leku. A primera hora fue la presentación de la exposición a la prensa, acelerada por la inminente llegada del monarca. Un amplio dispositivo de seguridad vigilaba los alrededores. En la puerta el Rey fue recibido por el ministro Ángel Víctor Torres, la delegada Marisol Garmendia, el alcalde Goia, el presidente de Telefónica y Luis Chillida y Mireia Massagué, con quienes fue recorriendo las praderas de Chillida Leku, con las grandes esculturas del artista, rumbo al caserío central. Ahí llegó la primera foto de familia con los hijos del escultor.
Encuentro con los invitados
Desde la Casa Real ya se había advertido que no habría palabras del monarca. Solo se celebró un pequeño acto, presentado por la directora del museo, Mireia Massagué, y las intervenciones de Luis Prendes y Luis Chillida ante los invitados. Después fue el momento de la visita privada del Rey.
Ya sin cámaras Felipe VI departió en el cóctel, celebrado en el bar 'Lurra' del museo, con numerosos representantes de la sociedad guipuzcoana e invitados del mundo de la cultura, como los directores de museos Miguel Zugaza, del Bellas Artes de Bilbao; Susana Soto, de San Telmo; Esther Irigaray, del Aquarium; Beatriz Herraez, del Artium de Vitoria o Edurne Ormazabal, de Tabakalera; Jaime Otamendi, director de Donostia Kultura; Oriol Roch, director general de la Euskadiko Orkestra; Juan Pablo Huércanos, subdirector del Museo Oteiza en Alzuza; Joxean Muñoz, asesor del departamento de Cultura del Gobierno vasco y Lourdes Fernández, de Artingenium. Además, destacó la presencia de Joaquín Montero, el arquitecto que colaboró con el propio escultor en la concepción tanto de Chillida Leku como de la rehabilitación del caserío.
A primera hora de la tarde el monarca y los invitados abandonaron Chillida Leku. Fue la tercera visita oficial de Felipe VI a Gipuzkoa desde que es Rey. La primera fue en 2017, en el aniversario de la Asociación de Fabricantes de Máquina Herramienta, y la segunda en 2022 para inaugurar la nueva planta de Zardoya Otis en Eskuzaitzeta.
La exposición, que podrá visitarse hasta octubre, destaca por su contenido, compuesto por una decena de obras de la colección de Telefónica, iniciada en los años 80 bajo la presidencia de Luis Solana. Tanto el director de la Fundación Telefónica, Luis Prendes, como Luis Chillida remarcaronn que las piezas son también de esa época, «cuando empezaba a hacerse realidad» el sueño de lo que en el año 2000 se inauguró como Chillida Leku.
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