¿Más récords?

Acostumbrados al crecimiento progresivo en las cifras de los últimos años en los dos principales museos bilbaínos, parece como si la ausencia de nuevas plusmarcas de relumbrón en el número estival de visitantes fuera un pequeño fracaso. Absurda conclusión, sin duda, toda vez que los ... propios museos tienen sus condicionamientos espaciales, lo mismo que su afluencia de visitantes en ese periodo depende de factores socioeconómicos vinculados al turismo global o incluso de la propia capacidad de atracción turística de la ciudad, de la que son activo fundamental. En otras palabras, hay que dar por muy buenos los datos veraniegos del Guggenheim (16.453 visitantes menos en comparación con los mismos tres meses del año pasado) y del Bellas Artes (4.561 más que en el ejercicio anterior), ya que las cifras de ambos centros certifican desde hace años una masa crítica notable, es decir, la continuidad de una excelente estabilidad en su capacidad de atracción. Pero, ¿tendrían que haber reflejado ambos museos ese crecimiento en julio del 7,3% en el número total de turistas internacionales que visitaron España? Pues no necesariamente, puesto que esa cifra se refiere más a los destinos de sol y playa, además de que si por un lado el Guggenheim está hace tiempo en el límite de su capacidad física -ésta es una de las razones de su propuesta de ampliación discontinua-, por otro el Bellas Artes no alcanzará cifras más altas hasta que concluyan sus obras. En cualquier caso, el logro constante y progresivo de récords todos los veranos en estos dos museos bilbaínos no es ni factible por distintas razones, ni tampoco necesario desde el punto de vista de su función cultural.