Mirlo blanco

En efecto, el énfasis en esos ámbitos que habrían marcado para la selección los dos 'primeros espadas' de la fundación norteamericana -el magnate de los fondos de cobertura Tom Hill III y la filántropa de origen sudafricano Wendy Fisher- ha encontrado su 'mirlo blanco' en Mariët Westermann.

De un lado, la recién nombrada es mujer -la primera al frente de esta fundación de ochenta y siete años de antigüedad-, completando y dirigiendo también en la pirámide organizativa a Naomi Beckwith, la subdirectora de color, que es la máxima responsable del área curatorial.

Además, Westermann no solo conoce de primera mano la problemática sociocultural y económica de Abu Dabi -por su trabajo académico y de gestión en la implantación allí de la New York University-, sino que también en los nueve años que se desempeñó como vicepresidenta de la poderosa Fundación Mellon logró recaudar y distribuir importantes cantidades de dinero.

A todo ello hay que añadir su experiencia académica y curatorial -especialmente en el arte holandés del siglo XVI al XVIII- y sus publicaciones al respecto.

Naturalmente, habrá que ver el encaje y el rodaje de la nombrada en los usos de una fundación Guggenheim que también está abordando cambios en la estructura de su patronato. Nada que afecte especialmente, en todo caso, a la relación con el museo de Bilbao -salvo en lo que respecta a los proyectos expositivos conjuntos-, dado el contenido y la vigencia del convenio suscrito con las instituciones vascas.