La ambición de Antonio López

La exposición, que abarca un centenar de obras desde 1953 hasta 2020, incluye algunas piezas aún en elaboración y otras recientes, como una vista pictórica de Madrid «de hace tres meses», matiza el comisario. «Hago una pintura poco periodística. Seguro que el Covid acaba saliendo pero no busco una reacción inmediata, no tengo esa urgencia. Pintamos para contar emociones, el trabajo tiene que estar habitado por algo que une a todos los artistas: la expresión de la emoción», afirma López, quien considera la ciudad de Madrid como «fuente de inspiración».

Lo esencial y lo universal del arte del genio de Tomelloso está concentrado en la antológica de Valencia, que estará abierta hasta el 24 de enero. López es, en palabras del que fuera conservador-jefe de la colección Thyssen-Bornemisza, un artista «ambicioso» que supone «una de las grandes aportaciones del arte español a la cultura internacional del siglo XX», asegura el experto, comisario de la muestra junto a su hijo Boye Llorens. Al artista de Tomelloso le persigue el cuadro 'La familia de Juan Carlos I'. Ubicado en el Palacio Real, López es tajante: «Que hagan lo que quieran, yo no voy a decir nada. Yo creo que el cuadro está bien donde está». Se aleja de debates que «llenan páginas de periódicos» porque, a su juicio, el arte está por encima de todo.

«¿Habría que quitar 'La familia de Carlos IV', que eran unos sinvergüenzas todos? ¿O quitar al papa Inocencio X de Velázquez porque es feo? ¿Por qué no vemos la pintura, el arte? ¿Qué más da que los dioses egipcios no sean reales y hayan sido cambiados por otros? El arte nos ayuda de otra manera y hay que respetarlo fuera de todas esas incumbencias temporales», defiende el creador.

El genio, que encabezó una carta firmada por una veintena de artistas críticos con la gestión del Ministerio de Cultura, considera que el trato dado al rey emérito ha sido «un poco injusto».