El paso de Juan Ignacio Vidarte por el Guggenheim Bilbao, tres décadas como su primer y único director, y su sorpresiva despedida deja reacciones en el mundo de la cultura y los representantes institucionales, que han querido hacer un repaso a su trayectoria valorando su ... trabajo y dedicación.
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Bingen Zupiria Consejero de Cultura
El tiempo de Juan Ignacio Vidarte ha coincidido con la presencia de Jon Azua como representante de las instituciones vascas en el patronato de la Fundación Guggenheim en Nueva York. Han coincidido allí con dos directores de personalidades muy diferentes, Richard Armstrong y antes Thomas Krens, y yo destacaría el esfuerzo que ha hecho Vidarte junto a Azua por encontrar una complicidad y una colaboración permanente con los socios de Nueva York. La apuesta que hacen las instituciones vascas en 1992 por el museo es de colaboración con una entidad privada norteamericana en la que era muy importante que la relación Bilbao-Nueva York funcionara bien, y ahí creo que el papel que Juan Ignacio y Jon han jugado es fundamental.
Porque tan relevante ha sido la influencia de Nueva York en Bilbao para el buen funcionamiento del museo como el papel que Bilbao ha jugado dentro de la Constelación Guggenheim. Y creo que la implicación de Juan Ignacio ha sido muy importante, hasta el punto de que hace unos años la Fundación de Nueva York decide incorporarle como director de desarrollo estratégico. Además, y creo que no es un demérito, sino un mérito añadido de Juan Ignacio, el que haya sido capaz de crear y acompañar a un equipo y liderarlo en el trabajo que se ha hecho desde el museo en estos 27 años.
Darío Urzay Artista
Todo es susceptible de ser criticado, pero desde mi visión creo que lo ha hecho muy bien, que ha sido muy buen gestor, porque estar en una institución como esta tiene que ser harto difícil. Yo no conozco el día a día de un museo, no tengo ni idea de dirección, soy un simple artista, pero mi percepción desde fuera es esa. Y desde un punto de vista personal, de las veces que he contactado con Juan Ignacio durante todos estos años, que tampoco han sido tantas, pues al principio tenía una relación más distante y ahora hemos estado más intensamente durante el último mes y medio a cuenta de todo lo de la final de la Copa y de las obras que coloqué en la cristalera, la sensación es de cercanía.
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Elixabete Etxanobe Diputada General de Bizkaia
Juan Ignacio Vidarte es una figura clave en el éxito del Museo Guggenheim Bilbao como guía de una institución que ha impulsado la regeneración urbanística de Bilbao y el desarrollo socioeconómico de Bizkaia y Euskadi. Bajo su liderazgo el museo se ha consolidado como un referente mundial del arte contemporáneo y un catalizador de la transformación de nuestro territorio. Su capacidad para gestionar y para promover proyectos innovadores desde una visión estratégica han sido fundamentales para consolidar el Guggenheim Bilbao en la vanguardia de las instituciones culturales como un espacio de encuentro entre la cultura y el arte, la comunidad local y las y los visitantes internacionales.
Ha demostrado ser un líder sobresaliente cuya visión y dedicación han llevado al Guggenheim Bilbao a alcanzar la excelencia y reconocimiento internacional. Su trayectoria es un testimonio de lo que puede lograrse con inteligencia, determinación, creatividad y una profunda conexión con la misión de una institución cultural. Su decisión de abandonar la primera línea del museo para dar paso a nuevas ideas en el liderazgo de la institución es una muestra de valentía y generosidad, y agradezco su ofrecimiento para continuar a disposición del museo como director emérito y como un embajador excepcional de Bizkaia en el mundo.
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Javier Riaño Director de BilbaoArte y artista
La despedida ha sido sorpresiva. Yo creo que nadie sabía nada, ni el planteamiento. Lo único que puedo decir son buenas palabras. Para mí ha sido un gran gestor, con mucha empatía hacia la sociedad. Ha sabido conjugar muy bien el mundo político, el social y el artístico. Creo que ha sido excepcionalmente bueno. Y en el trato personal ha sido muy humano, muy natural. Me gusta que haya sido tan discreto a la vez, lo que es de agradecer, que no haya cogido un protagonismo, sino que lo haya cedido al mundo del arte, al mundo social, quedándose en un segundo término. Lo va a tener difícil el sustituto.
Juan María Aburto Alcalde de Bilbao
Vidarte ha sido un gestor extraordinario del Guggenheim Bilbao, la persona que ha llevado al museo a sus más altas cotas y el factor primordial para que sea ese elemento tractor en este momento de una parte importante de la economía y la cultura de Bilbao. Juan Ignacio ha logrado que el Guggenheim sea el icono de Bilbao, una marca y el orgullo de bilbaínos y bilbaínas. Juan Ignacio y el Guggenheim nos han colocado en el centro del plano internacional. Nunca hubiéramos esperado que más de un millón de personas viniera al año a visitar la ciudad, a ver el Guggenheim. Además ha gestionado el museo con rigor y una extraordinaria eficacia, con unos niveles de autofinanciación muy importantes, por encima del 60%. Ha hecho que el Guggenheim sea un elemento muy importante de nuestro producto interior bruto y que en términos de creación de empleo y de su mantenimiento tenga un peso específico muy valorable.
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En definitiva, ha conseguido que sea un elemento reconocido por todo el mundo, de tal manera que nadie hoy cuestiona esa inversión inicial tan importante. En definitiva, Juan Ignacio, eskerrik asko por lo que has hecho, por tu forma de trabajar, siempre colaborativa, y por llevar al Guggenheim a las máximas cotas de transparencia. Zorionak, Juan Ignacio, en este momento de tu vida, pero sobre todo, eskerrik asko, biotz biotzez.
Beatriz Herráez Directora de Artium
No hay duda de que el Museo Guggenheim ha tenido un papel significativo en la transformación de la ciudad de Bilbao y especialmente en la imagen que de ella se ha instalado en el imaginario colectivo. En la historia del proyecto del museo, Juan Ignacio Vidarte ha sido la figura de presencia constante durante más de treinta años, primero a la cabeza del consorcio para su creación y después como director del museo hasta la fecha. No es arriesgado por tanto decir que su gestión ha marcado una época y que el éxito en la implantación de este modelo se debe en gran medida a su capacidad como gestor junto a sus equipos de trabajo.
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Txomin Badiola Artista
Dada la índole extra-artística que caracterizó al proyecto del Guggenheim BIlbao desde el inicio, con unos objetivos que superaban con mucho los propios de un museo de arte contemporáneo, el papel de Juan Ignacio Vidarte ha sido fundamental para su buen desarrollo. El talante de Vidarte y su saber estar, le han permitido sostener, de la mejor manera posible, el difícil equilibrio de intereses entre el ámbito político, institucional, económico, el de las relaciones internacionales y el del mundo del arte.
Ahora, con su renuncia, se abre una etapa que deberá ser abordada desde nuevas perspectivas y, quizá, el perfil del director, que hasta el momento encarnaba de una manera en cierto modo irremplazable Vidarte, no sea el que debería corresponder a esta nueva etapa. Puede que no fuera mala idea, algo que ya se barajó en su momento, dividir el cargo entre dos directores, uno más vinculado a las relaciones institucionales y de gestión, y otro más centrado en los programas de arte. Esto serviría para incrementar la autonomía del museo como centro de arte de importancia mundial, más allá del, quizá, excesivo tutelaje de la central de Nueva York.
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Petra Pérez Galerista (Vanguardia)
Creo que Vidarte ha sido coherente con el proyecto Guggenheim, de un trato impecable en las formas, nunca personalmente le he visto perder los papeles, ni en los momentos más difíciles del origen del proyecto y un trato humano educadísimo y cercano. En cuanto a la propuesta del cambio, me parece dentro de la normalidad y muy elegante por su parte proponerlo y ayudar al relevo generacional, como él lo ha llamado, digno de la coherencia de Oteiza.
Rafael Orbegozo Asesor de Presidencia de Iberdrola y patrono del Guggenheim
Una apuesta de las instituciones vascas tan valiente y disruptiva como el Guggenheim de Bilbao requería una apuesta igualmente valiente y disruptiva como la de designar director general a alguien con un perfil tan poco habitual al frente de un museo. Es evidente que quienes tomaron ambas decisiones tenían muy claro que el Guggenheim era mucho más que un museo y que para un proyecto fuera de serie se necesitaba a alguien fuera de serie. La apuesta por Juan Ignacio ha sido un éxito sin paliativos. En pocas ocasiones se da una idoneidad tal para un puesto. Juan Ignacio cuenta con todas y cada una de la múltiples y muy diversas competencias profesionales y personales que requería una posición para la que, además, no había ni patrones ni precedentes, por la singularidad y alcance del proyecto.
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Son muchos los logros de Juan Ignacio al frente del Guggenheim. Entre ellos, me gustaría destacar dos. Por un lado, la configuración de una extensa y fidelísima red de amistad y apoyo al museo compuesta por patronos, empresas asociadas, miembros corporativos, amigos y seguidores, que ha sido y es una referencia entre los museos del mundo. Y en segundo lugar, destacaría su papel como perfecto embajador, no solo llevando a Bilbao por el mundo, sino también trayendo el mundo a Bilbao; no solo poniendo a Bilbao en el mapa, sino también poniendo el mapa en Bilbao. En esa labor diplomática en las dos direcciones ha contado siempre con la valiosa ayuda de su mujer, Arrate Ojanguren, con la que ha formado un magnífico tándem. La continuidad de las responsabilidades de Juan Ignacio en Nueva York es, además, una prueba de su éxito y magnífica ejecutoria dentro de la galaxia Guggenheim. Su caso es el del alumno aplicado que se lleva todos los premios del colegio y es el modelo al que se quieren parecer todos los demás.
Peio Agirre Crítico de arte
La excepcionalidad de una dirección tan prolongada por parte de Juan Ignacio Vidarte se explica en el origen complejo del nacimiento de una institución público-privada. Independientemente de la eficacia de su gestión, su salida y posterior relevo han de replantear este perfil exclusivamente técnico para la dirección. Una vez asentado en amplios sectores de la sociedad vasca como un museo propio, el Guggenheim debería regirse con los estándares por los que se rigen otros museos del mundo, con direcciones artísticas al frente y alternancia en el cargo. De su trayectoria me quedo con muchas exposiciones de altísima calidad y discrepo de su empecinamiento con el Guggenheim de Urdaibai.
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Fernando Pérez Director de Azkuna Zentroa – Alhóndiga Bilbao
Desde el gran respeto profesional y personal que tengo a Juan Ignacio Vidarte, le deseo todo lo mejor en esta nueva etapa de transición en la dirección general del Museo Guggenheim Bilbao. Su impecable labor durante estos 27 años es una referencia para quienes pensamos en la cultura como motor de transformación. Desde Azkuna Zentroa – Alhóndiga Bilbao, como parte del ecosistema artístico diverso de la ciudad, compartimos con el Museo Guggenheim Bilbao el objetivo de que Bilbao sea referente internacional del arte contemporáneo. Por eso me alegro de que Juan Ignacio Vidarte continúe vinculado a este proyecto y podamos contar con su experiencia en el futuro cultural de nuestro país.
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