Arte y parte en la cultura vasca

En su impresionante archivo, a punto de culminar su proceso de catalogación, hay dos capítulos especialmente intensos: sus retratos de creadores vascos y su interés por observar las reacciones de los visitantes ante las obras de arte. Esos dos temas conforman el cuerpo central de la exposición que la fotógrafa presenta en la sala Alameda de Soria hasta el día 26, dentro del programa que la ciudad castellana dedica este verano a los creadores vascos. Por eso la muestra se llama 'Arte y parte'.

Es una buena ocasión para repasar las imágenes de Azkarate, aunque dentro de dos años habrá otra más minuciosa: la fotógrafa ya ha acordado con Kutxa la celebración de una gran antológica de su carrera en la sala Artegunea de Tabakalera a partir de octubre de 2023. «Estoy encantada de esa oportunidad, que supondrá un enorme trabajo, pero también es una ocasión única para repasar tantos años», explica.

La cita de Soria y la retrospectiva llegan en un momento en que Isabel Azkarate tiene sus archivos a punto. La firma catalana Photographic Social Vision, que fundó y dirige Silvia Omedes, ha colaborado en ordenar su arsenal de imágenes. «Ya está digitalizada toda mi fotografía en blanco y negro y empezamos con las diapositivas». Hace unos meses el programa de La 2 'Detrás del instante' dedicó un capítulo al trabajo de Azkarate, que se exhibe en bucle en la exposición soriana. La fotógrafa agradece al concejal de Cultura de Soria, Jesús Barez, su apoyo en la muestra, y también a sus amigos Begoña Baena y Mendi, muy activos en la cultura donostiarra de los años 80 y parte fundamental de la organización del Festival de Poesía de Soria desde hace casi quince años.

En 'Arte y parte' pueden encontrarse retratos de conocidos artistas vascos, desde un joven Ramon Zuriarrain, pintor guipuzcoano, dando el biberón a su hijo en el caserío que tenía en Oiartzun hasta un no menos juvenil Bernardo Atxaga a principios de los 80 y unos casi principiantes Javer Gurrutxaga y Popotxo, de la Orquesta Mondragón, a finales de los 70. «Me gustan esas imágenes en las que se les ve relajados, no 'en pose', y donde uno puede intuir más cómo es cada personaje», dice Azkarate. «Muchos eran amigos, y eso facilita la labor. En el caso de Zurriarain me gusta ese contraste, él con el niño y detrás quien fue su pareja, Cecilia Roca, junto a una amiga en las tareas del caserío. Y me impresiona que ese bebé, Martín, tenga ya dos hijos».

Lo mismo ocurre con la Orquesta Mondragón. «Era 1978 y yo aún estaba de estudiante de fotografía en Barcelona. Vinieron con su representante, mi amigo Juan Cruz Unzurrunzaga, y nos fuimos a comer angulas en el Amaya de la Rambla y por tiendas como Vinçon. Gurrutxaga se cortó el pelo al cero esa misma mañana». También tiene historia la foto de Bernardo Atxaga. «Me enviaron a hacerle esos retratos y a él le encantaron, siempre me los recuerda. En uno de ellos, cuando se puso a llover, parece que está en 'Blade Runner' 'como lágrimas en la lluvia'».

Buena parte del trabajo de Azkarate estuvo asociado al periodismo, primero en el desaparecido 'La Voz de Euskadi', luego como fotógrafa de la Diputación de Gipuzkoa, colaborando en publicaciones como 'Dunia'... «Esos trabajos me permitieron ser testigo de muchas de las cosas que nos pasaban aquí, pero aprovechaba los viajes para vivir otras experiencias y tomar otras imágenes». De ese mundo exterior nace el otro gran capítulo de la exposición de Soria. «Siempre me han interesado las exposiciones y los museos, pero tanto como las obras en sí mismas me atraen las reacciones de los espectadores». Imágenes recogidas en exposiciones en Estados Unidos y Europa conforman esa otra parte de la exposición.