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Inmerso en los ensayos del montaje de 'Tristán e Isolda', que estrena el 11 de abril en la Ópera de Viena, atiende por teléfono a EL CORREO entre reunión y reunión, después de dos casos de covid que han disparado las alarmas. «Todo está bajo ... control. Aquí las medidas son muy estrictas, no pasa nada», recalca el director de escena Calixto Bieito (Miranda de Ebro, 1963) con un tono de voz muy suave. Casi imperceptible. Parece que nada altera al responsable del Arriaga, ni la sobrecarga de trabajo ni la guerra en Ucrania. Mantiene el equilibrio, incluso en plena vorágine.
Estas semanas no da abasto. El martes se estrena en el Teatro Real su versión escénica de 'El ángel de fuego', de Prokófiev, y su síntesis de dramas históricos shakesperianos, 'Erresuma/Reino/Kingdom', está sacudiendo al público de Las Naves del Español, también en Madrid. Como guinda, este domingo se presenta en el Arriaga un concierto-homenaje a Luis Mariano con el tenor jerezano Ismael Jordi y puesta en escena del incombustible mirandés.
- ¿Qué tal duerme estos días en Viena? ¿Le retumban los ecos de la guerra en Ucrania?
- Estoy volcado en los ensayos de 'Tristán e Isolda'. Procuro dormir bien. No leo noticias por la noche. Escucho música tranquila y hago ejercicios de relajación. No meditación porque no sé hacerlo pero, vaya, intento ser positivo.
- En los próximos días tiene estrenos en la Ópera de Viena, el Teatro Real de Madrid y el Arriaga de Bilbao... ¿De verdad no está sobreexcitado?
- Nada de sobreexcitación. Solo me he enfadado un día. No con nadie, sino en general con todo.
- ¿Cuándo le dio ese arrebato?
- El fin de semana que empecé los ensayos en Viena. De repente tuve dudas de que todo esto mereciera la pena. 'Tristán e Isolda' tiene una música hermosísima y es una historia de gente dispuesta a morir de amor... ¿Tiene cabida tanta belleza en estos momentos?
- Usted dirá. ¿Le ve sentido ante tanto horror?
- Sí, sí. Escribir, leer, pintar, hacer música, reflexionar... El poder de la imaginación y la capacidad de concebir otros mundos ayudan a vivir. Plenamente. Así es desde los tiempos de las cuevas de Altamira. Ahora más que nunca necesitamos del arte y la cultura.
- En las funciones de 'El ángel de fuego', que acogerá el Teatro Real, se interpretará el himno de Ucrania antes de empezar. ¿Qué le parece?
- Nadie me lo ha consultado. Respeto la decisión.
- Es una ópera de Prokófiev, un autor soviético, y se estrena en España con cuatro cantantes rusos y uno ucraniano.
- Ya. Y en el reparto hay dos amigos íntimos, la soprano Ausrine Stundyte y el barítono Leigh Melrose. Con Ausrine hice 'Erwartung' en el Arriaga y volveré a hacerlo en breve.
- Ausrine Stundyte es lituana y Leigh Melrose, británico. Me refería a la nacionalidad rusa y ucraniana de otros artistas.
- Eso no tiene nada que ver con nuestro trabajo. El origen de los cantantes o las obras no debe condicionarnos. Lo importante es que sigamos trabajando. 'El ángel de fuego' es una ópera formidable y contamos con profesionales de primera. ¿Qué más da que seamos rusos, japoneses o argentinos? No hay debate.
- ¿Lo hay cuando los artistas son cercanos a la política interior y exterior del Kremlin?
- Hay cercanías y cercanías.
- ¿Ha trabajado alguna vez con el director de orquesta Valery Gergiev? Ahora está vetado en Occidente.
- Tengo mi opinión, pero no veo la necesidad de darla. El arte no tiene nada que ver con las nacionalidades o las banderas.
- Hablemos entonces de 'El ángel de fuego'. En su versión escénica no hay ningún ángel ni se presiente al Maligno. Tampoco hay exorcismos ni hogueras purificadoras.
- Así es.
- No obstante, en la fuente de inspiración de la ópera, la novela homónima de Valeri Briúsov, lo sobrenatural y lo esotérico sí que tienen un papel importante.
- El libreto y música de Prokófiev no van en esa línea. Yo creo que en el fondo todo se reduce a la marginación y martirio del diferente. Algo que siempre ha sucedido. Ese chico solitario, sin amigos, al que llaman raro y un mal día acorralan para darle una paliza... Esas cosas pasan y seguirán pasando. Se marca al distinto.
- ¿Le interesa el psicoanálisis?
- No me he psicoanalizado.
- Me refería al contexto de creación de la ópera, entre 1919 y 1927. El psicoanálisis se encontraba en pleno apogeo y debió de influir en Prokófiev.
- Por supuesto, por supuesto. A mí, no obstante, me atrae más Jung que Freud.
- ¿Piensa que el inconsciente colectivo nos hermana?
- Sí... Todo está en el cerebro, lo natural y lo sobrenatural. ¿Cuántas veces no hemos soñado con alguien y al despertar estaba allí? Eso sucede; son fenómenos que pueden explicarse. Ocurren, claro que ocurren. O las malas vibraciones en una casa, eso puede que se deba simplemente a las tensiones o peleas de la gente que vive allí.
- Los compartimentos de la mente aparecen en su montaje de manera muy clara.
- Sí, hay varios espacios, como si fueran habitaciones de la mente.
- Y una bicicleta.
- Que simboliza la libertad, el viento contra tu cara, el esfuerzo, la velocidad...
- Musicalmente, la ópera de Prokófiev no queda zanjada. ¿Usted tampoco le pone un punto final escénico?
- Yo no cierro el círculo. Lo dejo abierto, que cada uno saque sus conclusiones. No doy lecciones. Cada uno es libre de pensar lo que quiera.
- Le veo muy zen.
- No, no. Tampoco es eso.
- ¿De Basilea no piensa marcharse nunca?
- Me siento muy a gusto allí. De hecho, pienso sacarme el pasaporte suizo.
- Allí todo el mundo cuenta con un refugio antinuclear. ¿Dónde tiene el suyo?
- No lo sé.
- Igual tiene hueco en alguno compartido.
- Tengo sótano, pero no sé si es antinuclear.
- Este domingo, en el concierto dedicado a Luis Mariano, con el tenor Ismael Jordi como protagonista y cinco instrumentistas, ¿qué piensa añadir escénicamente?
- Seré discreto. No quiero interferir con la música. Sí habrá algunas proyecciones de mi hijo Adrià, que solo tiene 21 años y ha estudiado en Bristol. La familia igual aparece...
- ¿Se refiere al clan Bieito?
- No he visto el vídeo, pero la familia de la madre de Adrià, es probable que sí. Yo me siento muy cercano a Luis Mariano. Me recuerda a mi padre, que trabajó en Irún y Hendaya y solía cantar temas suyos.
- ¿Está satisfecho con la recepción de su síntesis de dramas históricos shakesperianos, 'Erresuma/Reino/Kingdom'? De Bilbao ha saltado a Madrid, con los actores dejándose la piel en escena.
- Estoy muy contento. Por mí, por los actores y por Bilbao.
- ¿Se siente cómodo en Bilbao?
- Sí. Me siento muy querido, incluso cuando alguien se queja de mí.
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