![«El arte de Chillida sale del corazón»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202208/19/media/cortadas/chillida-corazon-kqSB-U1701013962806WDG-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Un hombre joven 'peina' a fondo con la cámara de su móvil cada rincón del caserío Zabalaga de Chillida Leku. ¿Grabando un vídeo como recuerdo de la visita? Podría ser, pero no: está mostrándoselo a su madre, que ve las imágenes desde París. «Mi padre ... era un gran admirador de Chillida y fue quien introdujo esta pasión en la familia. Falleció hace dos años y ahora, cuando contemplo una escultura de Chillida, es como si estuviera con mi padre».
En la víspera del vigésimo aniversario de la muerte del escultor, Mathieu de Carbonnel acudió ayer a Chillida Leku sin estar al tanto de la efeméride. «Conocimos su obra primero por la escultura instalada frente la embajada francesa en Washington y después, por la que está en Nueva York». Su madre, pianista de profesión, se mostró «maravillada» con las imágenes que le llegaban a través del móvil porque «para ella es tiempo, espacio y luz. Chillida evoca la humanidad a través de un arte que sale del corazón», aseguraba este vecino de Basilea con familia en la localidad vascofrancesa de Ascain.
Las intensas lluvias que acompañaron a los primeros visitantes hacían presagiar una jornada un tanto desangelada. No fue así. A medida que pasaban las horas, la afluencia de público fue en aumento. Y fueron varios los que, al enterarse del aniversario, buscaron y localizaron la tumba del escultor, bajo un gran magnolio. De los primeros en llegar al museo fueron Juan Enrich y Elena Batsums, vecinos de Vilafranca del Penedès, que lo visitaban por tercera vez. «La primera fue hace unos quince años, con nuestra hija y cuando Chillida Leku aún lo llevaba la familia. Nos gusta mucho Chillida; es de nuestros artistas favoritos junto a Tàpies», aseguraban. Y añadían: «La lluvia no nos asusta. Al contrario, es fenomenal porque hay poca gente y una luz muy buena».
En línea con la tendencia habitual del museo, ayer también hubo mayoría de visitantes catalanes. Los barceloneses Cristina Goñi y Javier Martí acudieron atraídos por el reclamo que ejercen las dos obras públicas de Eduardo Chillida en la capital catalana: 'Topos V', en la plaza del Rey, y la impresionante 'Elogio del agua', en el parque de la Creueta del Coll. «Estoy disfrutándolo. Vas por el mundo y te vas encontrando obras suyas», comentaba Goñi, mientras que Martí coincidía en alabar «las esculturas, al igual que el entorno del museo», pero, como arquitecto, reconocía estar «disfrutando especialmente del caserío».
el gesto
También arquitecto es Jaime Pastor, que recorría el museo en compañía de su mujer, Loli Costa. «Nos hacía ilusión conocer esto, un lugar muy interesante con un entorno precioso». Reconocían que con buen tiempo «lo disfrutaríamos más, pero no nos hemos acobardado. Además, éste es el clima típicamente cantábrico», asumían con buen talante.
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