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La muestra en el Centro Cultural Fernán Gómez incluye enseres personales, como sus zapatos de baile. e. c.

Antonio Gades, arte, vida y compromiso

Intelectual de la danza ·

Una muestra recuerda en Madrid a uno de los grandes referentes del flamenco y el baile español del siglo XX

Lunes, 16 de mayo 2022, 01:07

Bailarín excepcional, coreógrafo, intelectual de la danza y figura mítica del flamenco, Antonio Gades (Elda, Alicante, 1936-Madrid, 2004) sigue vivo por la influencia y el prestigio de un lenguaje expresivo y una estética que revolucionaron para siempre el baile español, mezclando con éxito lo ... popular con lo erudito. Una exposición abierta en Madrid hasta finales de mayo en el Centro Cultural Fernán Gómez de la Villa, 'Antonio Gades. Tierra, Mar y Fuego', rinde homenaje al artista que siempre buscó innovar desde el respeto y el conocimiento riguroso de la tradición.

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La muestra reúne más de 400 piezas que recorren su vida y su arte a través de fotografías, carteles, vídeos de sus espectáculos y coreografías, vestuarios de sus montajes, correspondencia, enseres personales y hasta una buena parte de su colección de arte, todo ello prestado para la ocasión por la fundación que lleva su nombre y que está dirigida por dos de sus hijas. La elección del epígrafe expositivo no es casual. Para Gades la tierra era la verdadera danza, lo que escondía entre paso y paso una esencia con raíces en nuestros orígenes, en nuestra identidad cultural. En cuanto al mar, para el bailarín representaba la libertad, el movimiento, el horizonte infinito y la danza estilizada, mientras que el fuego suponía la pasión, la fuerza, el sentimiento y la emoción, nutrientes del flamenco como auténtico arte escénico.

Sus zapatos.

Hijo de una familia humilde y obrera que se trasladó con el estallido de la Guerra Civil a un barrio periférico de Madrid, Gades dejó la escuela a los once años y trabajó como botones en el estudio del fotógrafo Gyenes y hasta de tipógrafo linotipista en el diario 'ABC'. Afortunadamente, una vecina convenció a su madre para que ingresara en la academia de la maestra Palitos, tras verle bailar en la calle. La foto vestido de botones y su primera imagen con sombrero cordobés, dando un paso de flamenco, testimonian sus difíciles comienzos.

Tras actuar en cabarets de diferentes ciudades, la célebre Pilar López le vio bailar por primera vez en el Circo Price de la capital, convirtiéndose en su gran mentora durante más de nueve años. Tanto ella como Vicente Escudero fueron sus grandes inspiradores, dejando una profunda huella en su personalidad dancística e intelectual. Ese fue el comienzo de una carrera fulgurante que le llevó aún en su etapa formativa a la Ópera de Roma, al Festival de Spoleto o al puesto de maestro de baile español en el Teatro alla Scala de Milán, triunfando con una versión de 'Carmen' o subiendo por primera vez a la escena 'El amor brujo' de Falla. Su reaparición española en el Corral de la Morería, en 1964, y el estreno de 'Don Juan' en el Teatro de la Zarzuela de Madrid -un montaje poco exitoso que fue además censurado-, quedan reflejados en la muestra con las notas coreográficas y el vestuario de la obra.

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Su oposición al franquismo le empujó a retirarse de la danza durante varios años, viviendo con Pepa Flores

responsabilidad moral

'Carmen', nominada al Oscar

Ya con su propia compañía, Antonio Gades fue considerado un referente nacional e internacional del flamenco desde finales de los años 60. Los fusilamientos de 1975, un profundo sentimiento de responsabilidad moral y su oposición al franquismo empujaron al bailarín a retirarse de la danza durante varios años, viviendo con Pepa Flores -su compañera desde 1973- entre Altea y Cuba. Afortunadamente, la amistad con Alicia Alonso y el empeño de esta para que trabajara con el Ballet Nacional de Cuba sacaron a Gades de su exilio interior, algo que una vez llegada la democracia a España también le indujo a aceptar la dirección del Ballet Nacional Español, una de sus etapas más creativas.

El recorrido por la muestra resalta igualmente el trabajo de Gades en el cine. Por ejemplo, en 'Los Tarantos' (1963) -con Carmen Amaya-, en 'El amor brujo' (1967) de Rovira- Beleta, en la trilogía de cintas que hizo con Carlos Saura -entre ellas 'Carmen' (1983), nominada a los Oscar, con Laura del Sol, Paco de Lucía, Cristina Hoyos y Pepa Flores-; o incluso 'En busca del amor' (1964), donde bailaba con una estilizada Ann-Margret. Otro capítulo esencial en el montaje es el referido a su colección de arte, con originales de Alberti, Tápies o Antonio Saura, a los que trató asiduamente, lo mismo que a Picasso.

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Conocedor de la cercanía de su muerte, en 2003 realizó en su velero el último viaje a Cuba

'tierra, mar y fuego'

Las mejores secciones de la muestra están dedicadas con fotos, vestuario y vídeos a sus más conocidas coreografías, especialmente 'La Suite Flamenca' (1963), que cubre toda la estética del baile; 'Bodas de Sangre' (1974) y 'Fuenteovejuna' (1994), su última obra como simbiosis de lo culto y lo popular. Una inscripción, «Me iré con el viento», evoca antes de la salida el final poético y marino de Gades.

Tras la disolución de su compañía en 1998 y conocedor de la cercanía de su muerte, en 2003 realizó en su velero el último viaje transatlántico a Cuba, un periplo también cargado de simbolismo. A su vuelta a España creó su fundación y falleció el 20 de julio de 2004.

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Comunista por tradición y compromiso

Antonio Gades fue siempre un hombre de izquierdas, esencialmente comunista, tanto por tradición familiar como por compromiso moral. Su padre partió para Madrid cuando estalló la Guerra Civil para combatir por la causa republicana. El bailarín se sintió siempre mucho más un trabajador de la cultura que un artista, militando en diferentes movimientos antifranquistas.Pasada la Transición, Gades también participó activamente en las movilizaciones contra la entrada en la OTAN y en numerosas luchas sindicales y sociales. De su afinidad y compromiso con la revolución cubana da testimonio en esta muestra una carta-testamento enviada el 14 de julio de 2004, seis días antes de su muerte, a Raúl Castro. En la misiva, que lleva el membrete del Hospital Gregorio Marañón, Gades manifiesta a Castro su voluntad de entregarle sus cenizas para que haga lo que crea conveniente. El bailarín termina dando tres vivas a «nuestro Comandante», a Raúl Castro y al Partido Comunista de Cuba. Las cenizas de Gades reposan hoy en el Mausoleo santiaguero de los Héroes del Segundo Frente Oriental.

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