Buenafuente y Berto Romero dan el salto a grandes aforos con 'The Chicken'. David Ruano (El Terrat)

Andreu Buenafuente: «Me ha gustado lo de la 'vasquitis', lo voy a usar»

El humorista se prepara para darse un baño de masas junto a Berto Romero este sábado en el BEC con 'The Chicken'

Viernes, 31 de enero 2025, 18:19

Andreu Buenafuente y Berto Romero aterrizan este sábado en el BEC con 'The Chicken', un show basado en el popular 'Nadie sabe nada', el podcast más escuchado de España, pero con una propuesta ampliada y más visual, pensada para grandes aforos. Atiende a EL CORREO ... Buenafuente, que se muestra aquejado de 'vasquitis' y, ante quienes le adjudican un nuevo programa en TVE, se apresura a aclarar que no tiene nada firmado todavía.

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– Promocionan 'The Chicken' como «un show que nadie pedía», pero han vendido 10.000 entradas en el BEC. Algo de demanda ya había.

– Sí, de alguna manera la gente nos pedía que saliéramos por ahí con el 'Nadie sabe nada', pero es un programa que cuidamos muchísimo y hasta que no hemos tenido claro lo que había que hacer no hemos querido salir. Claro, han pasado casi 14 años, así que había ya una comunidad que estaba esperando que hiciéramos algo. Va a ser un show inspirado en 'Nadie sabe nada', pero a lo grande.

– Estos recintos tan grandes exigirán seguramente algo más visual.

– Sí, no queríamos hacer simplemente el podcast. Si íbamos a ir a grandes recintos teníamos que dar un poquito más, así que vamos a hacer un tramo que no sea solamento dos tipos sentados. Que también está muy bien, pero bueno, el cuerpo nos pide hacer algo un poco más grande.

– ¿Esperaban tener el podcast más escuchado de España?

– No, qué va, si lo hubiéramos pensado igual no lo hubiéramos hecho. Esto nació casi como una necesidad pura, porque era un momento en el que ni Berto ni yo teníamos programa y fue una especie de tabla de salvación. No es que hubiéramos naufragado, pero en ese momento en la tele no había nada para nosotros. Dijimos: 'oye, vamos a hacer algo, porque sin hacer nada no podemos estar'. Y nos pusimos los sábados en la Ser, con la suerte de que encajó, nos lo pasamos bien y a la gente le gusta.

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– ¿Les salvó del declive profesional?

– Quiero pensar que más que un declive era un paréntesis. Era el 2012, veníamos de lo más grande de la crisis, donde se acababa el mundo, y también la televisión y la publicidad. Y nosotros apostamos por un barquito, tranquilitos, con nuestra improvisación e ir tirando. Berto siempre dice, con una cierta épica no exenta de verdad, que quizás esto sea lo más auténtico que hemos hecho.

– En comparación con hace una década, ahora sí parece un buen momento para la comedia.

– Yo soy mal interlocutor para hacer estas lecturas, porque llevo haciendo comedia desde el 95 y siempre he podido hacerla en radio y televisión. Después vi nacer el Club de la Comedia y todas estas cosas, yo ya estaba ahí. No me las quiero dar de nada, pero sí es merecido recordar que en la tele catalana siempre se cultivó y se dio mucho margen a la comedia. Pero sí, si cuantificas o haces un censo de lo que hay ahora, hay mucho producto, es verdad.

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– Dice que no quiere presumir de nada, ¿pero no se siente una especie de padrino o maestro de humoristas?

– Más que padrino, que es una responsabilidad, lo que sí soy siempre es un instigador. He hecho programas muy corales y siempre he querido rodearme de gente. Vas contratando, tirando cables, rodeándote de gente… Ya he dejado de contar la cantidad de gente con la que he trabajado, mis programas han sido casi como un portaaviones. Pero el caso de Berto es muy atípico, fue un encuentro mutuo hace 15 años y cohabitamos muy bien, seguimos juntos y también por separado. Es como el compañero perfecto, sin desmerecer a los demás, claro.

– Son ustedes la pareja de humoristas más reputada de la actualidad.

– No me van mucho los ránkings, pero igual sí que somos quienes llevamos más tiempo en activo. Pero que no se nos olvide que este país tiene un histórico de parejas brutales. Lo más importante es que entre nosotros hay mucho cariño, respeto y, sobre todo, mucha diversión. Esto parece una tontería pero no lo es. Cuando llevas tantos años a veces mecanizas las cosas, pero con Berto me sigue pasando que siempre pienso: 'Oye, tío, qué gracioso que eres, amigo'. Todavía hoy me arranca sorpresa y me arranca risa, y eso es lo que mantiene la pareja tan activa.

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– Va a volver ahora a la tele. ¿Qué puede adelantar de este nuevo programa en TVE?

– Como siempre, en aras del titular impreciso, se ha sacado una noticia que todavía no está confirmada. Mi intención es hablar cuando lo tenga firmado, porque se está dando muchos datos impreciosos y, si me pongo a desmentir ahora, no acabo ni mañana. Sí es verdad que tengo ganas de volver y que hay interés, pero no está cerrado y, hasta que no me vea en el plató haciéndolo, no podré decir que está confirmado. En cualquier caso, hay un momento interesante en Televisión Española de cambio de época y de apuesta que está saliendo bien, y a lo mejor es un buen sitio para, sin ansia y sin tener que demostrar nada, disfrutar y hacer tele en un canal público. Estamos encaminándonos hacia ahí, pero no hay nada hecho.

– No está confirmado entonces ni que vaya a ser en viernes, como se ha dicho.

– Es que eso sí que no es verdad. Y agradezco las preguntas, porque es una cosa que los periodistas deberían hacer más: preguntar. Quieras que no, preguntar elimina una cantidad de cosas. Por ejemplo, si me hubieran preguntar yo ya les hubiera dicho que en viernes no iba a ser.

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– ¿Cómo ve este pique entre cadenas, humoristas, 'El hormiguero', 'La revuelta'…?

– No me interesa lo más mínimo. Me parece que es algo que se han inventado los demás y que va en contra de mi naturaleza. Si alguien tiene interés, que lo dudo, en repasar un poco mi historia, verá que en ningún momento he usado la antena para hablar contra nadie, ni cuando competíamos con Sardá. El artista no está contra nadie, está con su proyecto, con su gente y con su cadena. Me parece que sirve para llenar ríos de Instagram, pero se aleja absolutamente de lo que debería ser un proyecto artístico. Y, entre compañeros, la verdad es que no me interesa este pique.

– Volviendo a 'The Chicken', lo han promocionado ensalzando el euskera y la gastronomía bilbaína.

– Y además tengo que decir que, hostia, yo tengo un vínculo con Euskadi que más allá de la broma con el euskera y todo esto es muy potente. Siempre he disfrutado y he notado la conexión vasco-catalana. Estoy en Bilbao o en Donostia y me noto en tierra amiga. Yo viviría en Euskadi, solo con un poquito más de sol ya estaría ahí.

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– Pues cada año hace más sol y calor.

– Es verdad, es verdad.

– Se suele bromear en Euskadi con que los catalanes tienen 'vasquitis'.

– Sí, sí. Yo, por ejemplo, muchas veces cojo mi coche y me meto cinco horas para irme a San Sebastián a, yo qué sé, ver a Arguiñano o a comer. Va a ser muy bonito que el debut de 'The Chicken' sea en Euskadi y, de hecho, venimos con las familias, eso ya te da la temperatura de la relación de 'vasquitis' que tenemos. Me ha gustado lo de la 'vasquitis', lo voy a usar, tenemos 'vasquitis'.

– Todo suyo.

– Una anécdota. Cuando yo empiezo a hacer la broma de hablar en euskera, Berto, que es un sufridor, siempre me dice: 'a ver si se van a cabrear'. Y hasta yo dudé y, entonces, llamo a mis amigos y les digo: 'oye, ¿esto de hacer como que hablo euskera qué tal sienta por allí? Y me dijeron que de puta madre. Así que para qué dudo yo si sé perfectamente que la gente se va a reír. Incluso hice una camiseta en la que pone 'Euskera hablo'. Eso da la temperatura del humor de un país, y Euskadi la tiene.

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– Los catalanes algo tendrán también cuando están dominando todo el humor.

– No hombre, todo no. Pero, como decía antes, es verdad que aquí se ha trabajado mucho el humor y la tele pública ha sido una gran escuela. Basta decir que en TV3 se hace 'Polònia' desde hace más de 15 años, un programa de parodia política. Esto va forjando una manera de hacer comedia.

– La política catalana en los últimos años habrá sido buena fuente de inspiración.

– Hombre, hombre, hombre. Aunque llegó un momento en que la cosa se puso tan cruda y agria que hasta en la comedia decíamos 'joder, macho'. Pero bueno, somos el desengrasante de siempre.

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– Un desengrasante contra tiempos turbulentos como los que corren.

– Sí. Yo ya empiezo a hablar como un viejo, pero desde que empecé hace 40 años hemos vivido cosas muy desagradables en muchos flancos. Pero, mira, ayer mismo una chica por la calle me paró y me dijo: 'oye, a mí me has ayudado en una depresión de puta madre, muchas gracias'. Y yo me quedo planchado cuando me dicen eso. Y, sobre la situación política, hay que intentar aportar algo de sentido crítico. Ante el aplastante avance de los reaccionarios, ahí está el humor. Si sirve para pensar un poquito, bienvenido sea.

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