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El director del yacimiento, el arqueólogo valenciano Llorenç Alapont, toma imágenes de los restos de Marco Venerio Secundio. Alfio Giannotti
Analizan el que podría ser el vino más antiguo del mundo hallado en Pompeya

Analizan el que podría ser el vino más antiguo del mundo hallado en Pompeya

Un equipo de arqueólogos encuentra en una tumba sellada anterior a la erupción del Vesubio una urna con más de seis litros de un líquido oscuro

Sergio Carracedo

Domingo, 22 de mayo 2022, 05:09

El vino era más que una bebida para los romanos. Se calcula que su consumo rondaba un litro diario por persona y había varios tipos de diferentes calidades destinados tanto al César como a los esclavos. Tal era la necesidad de abastecimiento que se transportaba por vía marítima en ánforas de un extremo al otro del Mare Nostrum. Sin embargo, el más antiguo conservado en estado líquido, parece que no estaba destinado al consumo humano, sino a algún tipo de ritual funerario, razón por la que se ha conservado bajo tierra hasta nuestros días.

Una botella con un fluido de diferentes colores, encontrada cerca de la ciudad alemana de Speyer, es hasta ahora el recipiente sellado que se presume que contiene el vino líquido más antiguo del mundo, ya que fue desenterrado de una tumba de un noble romano datada hacia el año 325. Sin embargo, el reciente hallazgo en un sepulcro de Pompeya de «una urna con más de seis litros de un líquido rojizo oscuro» podría llevar la fecha del vino más antiguo conocido hasta el siglo I antes de Cristo, ya que el mausoleo italiano es anterior a la erupción del Vesubio del año 79 a. de C. Así lo explicó el arqueólogo y antropólogo valenciano Llorenç Alapont, director del yacimiento, en una conferencia reciente organizada por el Instituto Alavés de Arqueología (IAA).

Un equipo internacional de expertos, mayoritariamente valencianos e italianos, descubrieron el sepulcro de Marco Venerio Secundio en una de las puertas de la ciudad de Pompeya. En el interior hallaron el cuerpo momificado de este hombre, que «decidió ser inhumado y no cremado, algo inusual en la época». Por contra, las cenizas de su mujer, Novia Amabilis, como indica la inscripción, fueron halladas en otra tumba crematoria en un ángulo del panteón familiar, además de las de tres individuos infantiles de 6, 8 y 10 años, que «probablemente fueran sus hijos».

«De gran lujo»

Junto a la de su esposa, «bajo tierra y cubierta por dos tejas a doble vertiente», localizaron una caja de metal y dentro apareció una urna de vidrio azulado. «El hallazgo de una urna de vidrio ya es algo excepcional, no son tantas las que aparecen en las tumbas pompeyanas, lo que implica un lujo muy elevado», matizó este experto.

Sin embargo, el interior de la misma albergaba «lo que resulta más interesante. La urna apareció completamente llena con más de 6 litros de un líquido de color rojizo oscuro, que ya se está analizando en los laboratorios de la Universidad de Valencia y que esperamos que se confirme en los próximos días que se trata de vino. Si se llega a constatar sería el más antiguo del mundo conservado en estado líquido, con más de 2.000 años de antigüedad», asegura Alapont.

Una de las expertas del equipo extrae el líquido de la urna para su análisis. Llorenç Alapont

En las primeras pruebas en Valencia, dirigidas por el especialista Gianni Gallello, ya se «han encontrado taninos lo que podría confirmar la posibilidad de que sea vino», desveló. Ahora se compara la muestra con caldos actuales para «saber cuánto se asemejan o difieren», añadió con cautela, ya que «un descubrimiento de este tipo debe confirmarse por todos los medios antes de asegurarlo». Para ello están creando nuevos métodos ya que es la primera vez que se trata de analizar el elixir de Baco. «Hasta ahora se habían encontrado sedimentos que podrían ser vino, pero nunca en estado líquido. Estamos ante algo nuevo que se debe confirmar al 100%».

Parte del ritual funerario

En la charla en el IAA, patrocinada por CivilArch, Alapont reconoció que el líquido «huele muy mal y no tiene buena pinta», por lo que cree que «nadie se atreverá a probarlo», aseguró en tono distendido. Este arqueólogo asegura que el uso de esta bebida en los rituales fúnebres «es muy conocido» y que varios autores clásicos explican que «los restos incinerados se llenaban o rociaban con vino». «También se consumía en el banquete funerario y se consideraba amigo de los muertos», por lo que «formaba parte habitual del ritual». Por ello, este especialista estima que «tras depositar los huesos en el recinto se llenó la urna de este líquido como una libación o una parte de la ceremonia del entierro».

Un liberto pompeyano

Gracias a la inscripción de la sepultura se sabe que el individuo inhumado es «Marco Venerio, un liberto de la colonia de Pompeya que toma su apellido de la ciudad denominada Pompeya Colonia Veneria, dedicada a la diosa Venus», explica. También consta en la lápida que el sujeto fue «guardián del templo de Venus y miembro de augustales y ministro de ellos y que pagó de su propio patrimonio cuatro días de juegos griegos y latinos». Por ello, deducen que su posición en este templo, donde debía «ayudar a hacer las ofrendas, custodiar el templo y recibir donaciones, lo que lo aportaría posiblemente propinas, contribuyó a su libertad y a adquirir el prestigio y la fama de trabajar en el lugar más importante de la ciudad».

Pruebas

«La momia conserva pelo, una oreja e intestinos lo que podría dar información de su dieta o sus orígenes»

Otra inscripción da cuenta de que «Nerón visitó el templo de Venus de Pompeya después del terremoto del 62, donó una gran cantidad de monedas de oro y quizá conoció a Marco Venerio», por lo que estos expertos plantean la hipótesis de que fuera Nerón quien le concedió la libertad. Una moneda del 65 a. de. C. da fe de la celebración de los juegos neronianos, lo que podría explicar que Venerio imitase años después a Nerón con los juegos que patrocinó.

Ello explicaría también su embalsamamiento y sellado de su tumba ya que «era una práctica muy exclusiva que no estaba al alcance de todos». «Nerón inhumó y embalsamó el cuerpo de su esposa Popea al estilo de los reyes griegos y egipcios y Mario Venerio pretendió hacer lo mismo. Los casos de embalsamamientos en el Imperio Romano son muy escasos, pocas personas se lo podían permitir y era un signo de distinción», añade Llorenç Alapont. Ahora, 2.000 años después, la momia de Venerio, que ha conservado el cabello canoso, cartílago de una oreja y parte de los intestinos, podría dar valiosa información acerca de sus patologías, su dieta o sus orígenes.

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