El amor que se nos rompió en Bilbao

La peculiaridad de 'Feliz final', que como película se ha rebautizado 'Nosotros', reside en que la novela arranca con el piso vacío, con la familia ya disgregada y los recuerdos de toda una vida atormentando a los cónyuges. Se empieza por el final para rebobinar hasta el enamoramiento. Asimismo, Isaac Rosa alterna a lo largo de sus páginas el punto de vista de los protagonistas, con dos tipos de letra diferentes cuando habla uno y otro. Se cruzan los recuerdos, los reproches, las causas de la ruptura de una vida en común en la que hubo dolor pero también felicidad.

'Nosotros' ha consumido dos de sus seis semanas de rodaje en Bilbao, la ciudad en la que últimamente transcurren todas las historias por mor de los incentivos fiscales. María Vázquez, la soberbia protagonista de 'Mataharis' y 'Matria', y Pablo Molinero, el potente actor de 'La peste', mantienen tanta química que para Helena Taberna son los mejores intérpretes posibles para su cuarto largometraje de ficción tras 'Yoyes', 'La buena nueva' y 'Acantilado'. Hoy se filma en el auditorio de Azkuna Zentroa, que en la ficción será una filmoteca en la que se proyecta 'Te querré siempre', de Rossellini, un filme importante para los protagonistas; se conocen viéndolo en un hotel y después se enamoran paseando por la ría.

«El cine es uno de los espejos de los protagonistas, les ha construido como amantes y desamantes», anuncia Helena Taberna, que también cita a Antonioni a cuenta del «hermoso final» rodado en Bakio. «En el libro ya asomaba la importancia del cine, pero, claro, yo no iba a conformarme con sacar un póster de 'Te querré siempre'. Hay guiños sutiles y muy bien encajados». Bilbao será importante en 'Nosotros', que también ha encontrado localizaciones en Barakaldo, Durango, Orduña y Amorebieta. La magia del cine hará que la pareja viva en un loft con terraza en la calle Cortes con vistas a las dársenas de Barakaldo.

Ella es profesora, él periodista y escritor que sobrevive a base de colaboraciones cada vez más menguantes. Se mueven en un ambiente intelectual y bohemio y cada vez más precario. 'Nosotros' respeta la estructura cronológica de la novela y empieza con el personaje de Pablo Molinero recogiendo sus cosas para saltar en los títulos de crédito al enamoramiento y la boda. Después vendrán las dos hijas y constantes saltos en el tiempo gracias a un elaborado trabajo de montaje. «Está el cine romántico, blandengue, a lo Disney, y después la oscuridad de Bergman. La vida, las parejas y el amor saltan de uno a otro, porque si no, no se podría soportar», establece la directora navarra.

El cine siempre ha tenido más fácil mostrar los fuegos artificiales de la pasión que revelar el desgaste y la erosión de la vida en pareja. 'Nosotros' asume el reto de alternar ambas etapas. «El amor se mantiene como un hilo, su final es vivido con dolor por los dos protagonistas», apunta la autora de 'Yoyes'. «Las parejas siempre nos separamos a la vez, aunque haya alguien que tome la iniciativa. El mayor dolor es cuando tú no miras igual y notas que ya no te miran igual. La tesis de la película es que el amor existe, se acaba y no hay culpables. Y eso nos da luz, porque no debemos quedarnos en el rencor».

A María Vázquez le gustó que la novela «cuente las dos partes». «Me creí mucho la parte femenina, porque reconozco que tengo prejuicios cuando el escritor es un hombre. Me sentí tan reconocida... No hay buenos ni malos, los dos son responsables de lo que pasa». Tras veinte años de vida en pareja, la actriz gallega comparte la tesis de la película. «No pensar que el amor es para siempre, porque eso es lo que nos mata». Irse a vivir a un pueblo de mil habitantes, desvela, le ha cambiado sus ritmos cotidianos. Lo mismo les ocurre a los protagonistas, inmersos en el frenesí de la ciudad. «Yo he aprendido a que si hoy no te arreglan algo, no pasa nada».

Veintitrés años después de su sonado debut con 'Yoyes', Helena Taberna lamenta que no haya podido sacar adelante todas las historias que ha querido. 'Nosotros' es fruto del esfuerzo de la productora que tiene junto a Iker Ganuza, Lamia Producciones. «Qué dura está siendo mi carrera en ese sentido», reconoce. «Pero me alegra haber sido lo suficientemente valiente para haberme hecho productora. Después de 'Yoyes' pensaba que la puerta se iba a abrir, como les ocurría a mis compañeros. Pero el machismo estaba todavía muy vivo». El boom actual de directoras le debe mucho al trabajo de Helena Taberna, una de las fundadoras en 2006 de CIMA, Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales. «Fue la primera asociación de directoras del mundo. He luchado mucho para que las cosas cambien y estoy muy orgullosa. Por eso hoy tenemos la suerte de contar con directoras vascas tan valiosas, con un premio en Berlín para Estíbaliz Urresola y la Concha de Oro en San Sebastián para Jaione Camborda».