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IÑAKI ESTEBAN
Martes, 1 de junio 2021, 14:34
Pasar de la plaza Arriquíbar al interior de Azkuna Zentroa siempre ha supuesto un toque de atención para la vista, por el cambio de luz, por los huecos de su arquitectura y por sus columnas retorcidas y coloristas. Pero desde ahora el contraste será mayor ... porque dentro de la Alhóndiga se hallan ochos proyectos artísticos diseminados por el edificio que invitan a recorrerlo y a mirarlo de otra manera.
Forman parte de 'Prototipoak', la bienal internacional de nuevas formas artísticas que se desarrolla hasta el próximo sábado, si bien varias de ellas permanecerán durante más tiempo. Es el caso de 'BIO-INT-DIA', 21 fotos de Elssie Ansareo que ocupan las ventanas de una de las partes del atrio y que recogen las caras pintadas y con distintos gestos de amigos de la artista, con la imagen de unas manos cruzadas en el centro de la composición.
Es el símbolo de la unión entre dos personas, entre amigos, y supone el recibimiento de 'Prototipoak' al que quiera acercarse a esta propuesta que siempre trae consigo nuevas miradas y experimentos. «Soy muy de recibir, y eso es lo que eché en falta durante un tiempo, en el que no pudimos tocarnos, acariciarnos, sonreírnos», expresó la artista delante de su intervención en las ventanas, que supone una elegía a la amistad.
Del atrio se sube a la terraza, donde José Ramón Ais ha colocado en línea los cinco árboles -roble, fresno, haya, palmera, pino insignis- que componen su obra 'Bosques viajeros'. Se trata de un prototipo que podría ser ubicado en espacios públicos y que hace alusión al viaje, entre otros motivos porque con su madera se hicieron los barcos. «Algunos tienen una gran carga simbólica como el roble, por el Árbol de Gernika, y también mágica, por los seres mitológicos que habitan los bosques. Pero además tienen un uso industrial. Son materia prima. El pino insignis llegó a Euskadi de la Baja California en el siglo XIX por la familia Adán de Yarza, que quería tener algún ejemplar para su arboreto del palacio de Zubieta en Ispaster. Pero uno de sus miembros era ingeniero forestal y vio sus posibilidades económicas», explica el artista. Hoy es el árbol que mayor espacio ocupa en los montes vascos.
Cerca de un bosque si sitúa el lago que ha inspirado 'Lendia Song', una instalación de esculturas de Elena Aitzkoa emplazada en la zona de los 'lantegiak', talleres y espacios de creación y exposición de la Alhóndiga. A principios de julio ofrecerá unas performances en las que con su cuerpo y su voz se adentrará en su universo poético e invitará a que los visitantes escuchen lo que ocurre en su interior.
En una sala contigua, Maider López expone las fotos que atestiguan los movimientos de 'Personaje', como ha llamado a su acción. Durante un mes, a la misma hora, una persona salía por el Casco Viejo con una planta grande entre las manos. «Se sienta en el mismo banco, atraviesa el mercado, se convierte en un personaje. Una frutera le dice a la otra: 'Ya pasa la de la planta'. Y la de la lotería le pregunta si la lleva porque ha hecho una promesa a la Virgen», contó la creadora.
Con su personaje, aludía a todas las personas que cruzan con otras a diario porque tienen el mismo horario. Se conocen, no se hablan, pero se inventan cosas sobre ellas. Las caracterizan. «Así es la ciudad», resumió López. También reveló por qué había elegido una planta. «Los comentarios de la gente siempre son positivos. Te preguntan dónde la has comprado, cómo la riegas, te hablan de las suyas».
Bajando las escaleras, se encuentra el proyecto 'BroadWindow' de los arquitectos Diego Sologuren y Sébastián Tripod. Se trata de una base de madera donde han colocado unas zarzas, como planta local, que irán creciendo, de cuya tierra saldrán hongos y que atraerá a insectos. Es un biotopo que sale de la fachada hacia la calle Iparragirre. Cualquier paseante lo verá.
Sin abandonar la zona de los 'lantegiak', Sra Polaroiska -Alaitz Arenzana y María Ibarretxe- muestran en tres pantallas 'Hiru Haiku', tres haikús, los poemas japoneses que ponen el énfasis «en la naturaleza, en lo concreto». En una de ellas se ve la Vía Láctea, en la del medio un embalse y en la de la derecha cuatro perros, pastores alemanes, sobre el escenario del auditorio de Azkuna Zentroa, que van haciendo suyo el lugar. Son espacios naturales o con seres naturales pero también hechos por el ser humano, porque la imagen del universo procede de un planetario, un embalse es una construcción y los animales caminan por un marco escénico.
En el auditorio, Laida Lertxundi y Ren Rebel proyectarán en bucle, de las 11.00 a las 20.00 horas y hasta el 4 de julio, una selección de obras de cine, vídeo y arte sonoro titulada 'Notes from Home'. En ella reflexionan sobre la distinción entre el trabajo doméstico y el profesional, que si bien son distintos, se solapan. Hay que pasarse por el súper, hacer la comida y limpiar los baños con independencia de a qué se dedique uno. Ellos, que son pareja y tienen un hijo, se han grabado en esa dualidad y mostrarán el resultado de esa filmación más bien en bruto, como la vida misma. Todavía no han visto cómo ha quedado.
En el hall del auditorio, dentro del guardarropa, Amalia Fernández explicó que su serie de performances 'Expografía retrospectiva', que recorrerá los pasajes ocultos de la Alhóndiga, invita a reflexionar sobre la potencia y los límites del cuerpo, muy evidentes, como se está comprobando en la pandemia.
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