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En el Bilbao de Álvaro Alcalá-Galiano, los artistas mostraban su trabajo en tiendas, como El Mundo Elegante, porque no había galerías. El pintor consiguió ... que Adolfo Guiard le admitiera como alumno, aun cuando no tenía taller o academia. También estudió con Antonio Lecuona, pero quiso ampliar su mirada y se fue a Madrid para aprender de José Jiménez Aranda y Joaquín Sorolla. Otra vez con ganas de ir más allá, encontró en Holanda y en la Bretaña francesa los lugares desde donde desarrollar su obra, enmarcada en esos años en el mar, en los puertos y en sus personajes.
Con estas fases se puede caracterizar sus inicios y consolidación como artista, si bien hay mucha más profundidad en cada una ellas, como demuestra su nieta Begoña Alcalá-Galiano Ferrer en su obra 'Álvaro Alcalá-Galiano 1873-1936'.
Recoge su biografía y trayectoria creativa pero también funciona como catálogo razonado. «He incluido unas 340 obras, las que están en museos, en manos de su familia y en colecciones privadas, sobre todo en Madrid y Andalucía, y también en el extranjero. Algún coleccionista no ha querido que aparezca su obra. Quizá no estén todas, pero el catálogo se aproxima mucho a la integridad de su trayectoria», detalló Begoña Alcalá-Galiano, que estuvo acompañada en la presentación de la publicación, en el Bellas Artes de Bilbao, por Ignacio Marco-Gardoqui, también familia del artista.
Con este volumen, la autora también reivindica una mayor presencia del pintor en la historia del arte, eclipsada por su muerte temprana en la Guerra Civil, en Paracuellos del Jarama. Una exposición antológica serviría para reubicar su figura, sugirió.
En 1903 recibió el encargo de pintar dos techos del palacio foral de Bilbao, correspondientes a los salones del Trono y de la Comisión Provincial, donde aún permanecen. La Diputación también le pidió un retrato de Juan Martínez de Recalde, el almirante del siglo XVI que da nombre a la bilbaína Alameda Recalde, y que se halla en el mismo sitio. Realizó asimismo encargos privados para la casa madrileña del banquero bilbaíno Tomás Allende y para otros particulares.
Begoña Alcalá-Galiano remarcó, no obstante, que su verdadero lugar como pintor lo halló en la localidad marítima de Volendam, en Holanda, y luego en Bretaña, en Concarneau. «En Volendam había una colonia de artistas asociados al realismo. El mar y la vida de los puertos, los barcos y los pescadores, fueron su fuente de inspiración. Estuvo yendo y viniendo durante seis años. De allí se fue a Concarneau, donde había otra colonia de artistas, habituales en la época».
De aquel periodo es su cuadro 'Mal tiempo. Holanda', de la colección del Bellas Artes y actualmente en el Itsasmuseum. El Prado tiene dos obras suyas, 'Sobre cubierta, puerto de Volendam' (hacia 1901) y 'La senda' (hacia 1920).
En 1908 se casó en Bilbao y desde esa fecha participó en numerosas exposiciones, como la de Arte Moderno en Bilbao de 1910 y también en París, Buenos Aires, Río de Janeiro, Múnich y Madrid, entre otras ciudades.
La última exposición de Alcalá-Galiano se celebró en Igorre en 2002, con una treintena de obras procedentes de la familia. En la localidad del Valle de Arratia, la rama materna del pintor tenía una casa en la que solía pintar a menudo y en la que guardaba una parte de su obra. Quedó arrasada en la Guerra Civil y buena parte de los cuadros desaparecieron, si bien algunos afloraron posteriormente.
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