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Ocho personas en total en escena: cinco dedicadas al movimiento, tres a la música. El espectáculo de Jesús Rubio Gamo que llega al Teatro Barakaldo el sábado, en el marco del Festival Dantzaldia, no es cualquier cosa; ninguno lo es, se entiende, pero es que ... este consigue levantar una pieza en la que participa mucha gente y que goza de música en directo. Eso, que no es tan habitual, supone una gran diferencia para quienes bailan. «Poder tenerlas ahí tan cerca, en vivo, es mejor. Es otra historia. Es verdad que cada vez se apuesta más por piezas interdisciplinares, por esta cocraación, pero no siempre es posible porque no siempre se dan las condiciones ni hay recursos. Y un equipo de este tipo se agradece un montón», dice Olaia Valle, una de las cinco personas que interpretan, en la parte del movimiento, 'Acciones sencillas'. Ella es vizcaína y había coincidio con Rubio Gamo en un taller justo antes de la pandemia. Arantza Iglesias, la otra bailarina vasca de la pieza, es guipuzcoana. Casualidad. Ya había trabajado con este creador y cuando una de las intérpretes que estaba desde el origen del montaje salió del elenco, la llamó. Ella también destaca «el regalo de la música en vivo. Sentir las voces y la percusión te mueve y te emociona, también al público. Hay una diferencia enorme entre la música enlatada y este chorro de voz y esta composición en directo», explica.
Hay que decir quién pone la voz a 'Acciones sencillas'. Es Blanca Paloma, la triunfadora del Benidorm Fest 2023 y por tanto la representante de España en la última edición de Eurovisión. Con ella, otras dos mujeres que, sin instrumentos, solo con sus cuerpos -voces, palmas, percusiones-, ponen la base musical a una pieza que hace honor a su nombre. Rubio Gamo, Max al Mejor Espectáculo de Danza con 'Gran bolero' en 2022, parte de las acciones sencillas y compone con ellas secuencias, acciones complejas, una serie de repeticiones... «No crea un personaje, sino un cuerpo que a través de su manera de moverse llega a un estado; es un trabajo físico, mental y muy emocional que te conecta mucho con lo que tu propio cuerpo está generando y creo que eso lo vive el público», sostiene Iglesias.
Olaia Valle, por su parte, describe 'Acciones sencillas' como, por un lado, «un trabajo puramente físico, muy técnico, de precisión de la repetición» y, por otro, «una constancia y una repetición que pueden llegar a lugares del cuerpo que se abren a contar algo más que la técnica, a llenar esa técnica de emociones». Se trata de dotar a todo eso que se ha aprendido de lo que cada intérprete puede encontrar.
-¿Y qué cree que han encontrado?
-Creo que el cuerpo se va cansando en esta repetición y así se llega a una vulnerabilidad, a lugares más sensibles, a apreciar rasgos que no esperábamos. Es un espacio de búsqueda y eso se agradece.
La vulnerabilidad se acrecienta, sin duda, por la desnudez, porque aunque los cinco bailarines comienzan lo que parece un juego en el Edén vestidos, después bailan totalmente desnudos.
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