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Son dos cartas distintas, pero el contenido es prácticamente idéntico. Una de ellas fue enviada a la Subdelegación del Gobierno en Málaga y la otra, a la Comandancia de la Guardia Civil. El firmante, «un ciudadano anónimo» que quiere colaborar en el esclarecimiento del caso ... de la pequeña Lucía Vivar, que murió y fue arrollada por un tren en 2017.
Las cartas insisten en la pista de un coche de un modelo antiguo, con matrícula de Málaga, de unas características tan concretas que puede resultar relativamente fácil individualizarlo. Ese automóvil, con una pegatina de Playboy, fue visto por un testigo la noche de autos en las inmediaciones del lugar donde se halló el cadáver de la niña.
El testimonio de ese testigo figura en la instrucción de la causa. La Guardia Civil se ha entrevistado con él en varias ocasiones. Se trata de un panadero que aseguró que la noche del 26 de julio -cuando la pequeña desapareció- vio ese vehículo en el paraje donde horas más tarde se encontraría el cadáver, que está a 4.200 metros de la estación de Pizarra.
El testigo mantuvo que, posteriormente, vio ese mismo coche -de nuevo y en el mismo punto- a las cinco y media de la madrugada, apenas una hora antes de que la menor fuese arrollada por el tren de cercanías que cubre la ruta entre Málaga y Álora. Y le pareció que abandonaba el lugar con celeridad.
El anónimo enviado ahora ahonda en el testimonio de ese testigo y señala que en la zona sólo habría media docena de coches con esas características concretas, por lo que insiste en la necesidad de investigarlos para llegar a un completo esclarecimiento de los hechos.
Las dos cartas también han sido enviadas a la familia de la menor y a la perito Miryam Moya, que ha realizado una reconstrucción del caso y ha analizado, con la ayuda de la inteligencia artificial, la última imagen de la pequeña con vida, que fue captada por la videovigilancia de la estación de Pizarra, donde desapareció.
El análisis de esas imágenes conducen a la perito a una afirmación que aún hoy, pese a la confirmación del archivo judicial del caso, sigue manteniendo: no fue un accidente ferroviario. Moya sostiene que en el vídeo se aprecia que la niña tiende los brazos a una persona que está escondida tras la caseta de electricidad situada junto a las vías.
El pasado septiembre, la familia de Lucía Vivar solicitó a la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga la reapertura de la investigación apoyándose en este nuevo informe de la perito.
La magistrada dictó una providencia para informar de que mantenía el archivo del caso al considerar que «de las diligencias aportadas y propuestas no se desprende la existencia de indicios sobre el presunto autor, como tampoco de que el fallecimiento no hubiera sido como consecuencia de la acción del tren».
La Guardia Civil apuntó desde el principio que la muerte se habría producido accidentalmente y sostuvo que la niña habría caminado por las vías -4.200 metros sobre balastos y con un 8% de visibilidad lunar- hasta quedarse dormida entre los raíles, donde fue golpeada por un tren de cercanías.
Sin embargo, la familia siempre ha cuestionado esta versión oficial y nunca ha creído que Lucía pudiera haber recorrido sola cuatro kilómetros, por lo que ha venido pidiendo reiteradamente más investigación.
La jueza recuerda que el médico forense informó en su momento de que «las lesiones que presenta la menor son consecuencia de un traumatismo de alta energía sobre la parte posterior e izquierda del cráneo que desplaza la cabeza golpeándose con los balastos, de lo que se desprende que la menor no estaba de pie cuando fue golpeada».
La causa ya estaba archivada en la vía penal, aunque el Juzgado Central Contencioso-Administrativo número 4 de la Audiencia Nacional determinó una relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y los daños reclamados por lo sucedido por falta de colaboración en la búsqueda y por no suspender el tráfico ferroviario hasta que la menor fuera localizada, añadiendo que tampoco se adoptó de forma correcta la medida de seguridad de 'marcha a la vista' (circulación a velocidad reducida).
En ese momento, declaró el derecho de los padres de la pequeña Lucía a ser indemnizados por Adif con 176.200 euros y estableció en su sentencia «de forma indubitada la negligencia» por parte de dicho organismo en cuanto a las medidas de seguridad adoptadas y la no suspensión del tráfico ferroviario.
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