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Enclavado entre las cumbres de la Sierra de Cantabria y el caudaloso Ebro, Navaridas se presenta como un encantador pueblo de Rioja Alavesa, donde la tradición y el patrimonio se entrelazan en un fascinante relato. Situado en un cerro, a menos de 45 kilómetros de Vitoria-Gasteiz y a unos 20 de Logroño, esta localidad nació de la fusión de los antiguos núcleos de Navaridas de Suso y Navaridas de Yuso, remontándose a su origen en 1366, cuando formaba parte de Laguardia junto a otros pueblos que conforman su rica identidad.
A lo largo de los siglos, Navaridas ha forjado su esencia a través de la cultura del vino. La uva y la vinicultura son el pilar económico de la localidad, con bodegas como Etxeita, Guzmán Aldazábal, Lavalle, Ramos Guzmán, Rodolfo García Martelo y Viñegra Varela produciendo caldos que cuentan la historia del terruño.
Las múltiples rutas de senderismo que recorren el área ofrecen la oportunidad perfecta para descubrir su patrimonio natural, repleto de especies vegetales y animales autóctonos. El Encinar de Navaridas, enclavado en el protegido Monte, es un ejemplar de bosque mediterráneo alavés. Asimismo, la Laguna, con sus 3 hectáreas de extensión, destaca como un microcosmos de diversidad biológica.
A solo 7 kilómetros del pueblo, el Balcón de la Rioja brinda unas vistas impresionantes, convirtiéndose en un mirador privilegiado de la comarca riojano-alavesa.
La historia de Navaridas se manifiesta en sus tradiciones y costumbres, siendo la iglesia de la Inmaculada Concepción su joya arquitectónica. Construida entre los siglos XV y XVII, esta iglesia ha mantenido su esplendor a lo largo del tiempo, reflejando las distintas épocas que han marcado la región.
No se puede dejar de mencionar la ermita románica de Santiago, situada a las afueras, un antiguo punto de encuentro para los hijosdalgo locales que hoy se utiliza para celebrar las festividades de San Isidro y Santiago. Muy cerca, el Alto de Castejón, un poblado de la Edad de Hierro descubierto en 2014, es un yacimiento declarado Bien de Interés Cultural, donde se pueden admirar piezas de gran relevancia histórica expuestas en el Centro de Interpretación.
La Casa Palacio de ‘Los Sodupe’, con su cueva-bodega, es otro de los imprescindibles para los visitantes. Este edificio alberga el Centro de Interpretación de Navaridas, donde se exhiben materiales del Alto Castejón.
Además, a un kilómetro de la localidad se halla la Necrópolis de Santa Eulalia, un lugar que data de la época altomedieval y que cuenta con 27 tumbas antropomórficas esculpidas en roca. El recorrido por los dólmenes de la zona ofrece una mirada más profunda a su legado histórico.
Además de su rica historia, Navaridas mantiene vivas numerosas tradiciones, como la fiesta de las Mañas, que se celebra el 7 de diciembre. De origen pagano, esta festividad conmemora la llegada del invierno. Los habitantes se agrupan alrededor de una imponente hoguera, conocida como Marcho, donde encienden antorchas de espliego en un ritual de purificación que infunde un aire mágico a este evento ancestral.
Hoy en día, Navaridas se erige como un atractivo enclave turístico que invita a disfrutar de su naturaleza, enología, cultura y tradiciones. Con una programación cultural rica y variada, el pueblo atrae cada año a miles de visitantes que buscan sumergirse en la esencia de esta fascinante región. Su rica historia, patrimonio diverso y entorno natural hacen de Navaridas un lugar que despierta los sentidos y deja una huella imborrable.
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