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La Semana Santa en Bizkaia tiene nombre propio: Balmaseda y su Pasión Viviente. La representación del Vía Crucis convierte a la villa encartada en el Jerusalén de hace 2.000 años gracias a la participación de 650 personas, de las cuales 250 son actores. Un espectáculo único, que hunde sus raíces en la Edad Media y atrae cada año a más de 50.000 visitantes dispuestos a vivir en directo la pasión y muerte de Jesucristo.
El Jueves Santo, a las 19.00, tendrá lugar la Procesión de los Pasos, un desfile en el que romanos y penitentes irán acompañados por la Coral Kolitza y la banda de música Azkoaga. Por la noche se representará la Última Cena, que además incluye las escenas del concilio de los Sacerdotes, el prendimiento de Jesús y el juicio de éste ante los sacerdotes encabezados por Caifás.
El día siguiente, Viernes Santo, comenzará a las 9.30 en el Campo de las Monjas con el ahorcamiento de Judas y el juicio ante Poncio Pilato, uno de los episodios más famosos al escenificarse la flagelación de Jesús, la liberación de Barrabás, su condena a muerte y los encuentros con María Magdalena y la Virgen María. Posteriormente dará comienzo el Vía Crucis por el casco histórico, culminando con la crucifixión en el Campo del Frontón.
Ya por la tarde se celebrará la Procesión del Entierro, en la que junto a los personajes y pasos del día anterior desfilarán la Magdalena, la Virgen María, la Verónica, los apóstoles y una serie de personajes de la representación de la mañana. Partirá de la Plaza de San Severino en un recorrido circular que incluye las calles Correría y Martín Mendia.
La jornada concluirá con la Procesión del Silencio, el último acto de la Pasión Viviente. La Guardia Romana escolta en un silencio sepulcral los pasos del Cristo del Cementerio y la Dolorosa hasta el camposanto, donde tras un breve responso se coloca el paso del Cristo en una de las paredes de la capilla del cementerio y se regresa con la Dolorosa a la iglesia parroquial. Se trata de una procesión poco conocida por los visitantes, pero es una de las más especiales ya que cientos de personas acompañan a la comitiva portando velas encendidas.
Quienes decidan acudir a Balmaseda para vivir la Pasión Viviente en primera persona (se recomienda utilizar el transporte público) no deben abandonar la villa sin disfrutar de su rico patrimonio histórico, artístico, cultural y paisajístico. Con más de 800 años de historia, destacan edificios como la iglesia de San Severino, el ayuntamiento, el emblemático Puente Viejo, el palacio de Horcasitas o el Conjunto Monumental de Santa Clara. Construcciones que remiten a las diferentes épocas de la historia de Balmaseda y que están condensadas en su casco urbano, ejemplo de trazado medieval que ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
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