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Hace poco más de un año que la tienda La Manducateca, especialistas en quesos tanto nacionales como de importación, se cambió de ubicación para instalarse en General Concha (muy cerca del famoso Eme). Y, como ellas mismas cuentan, uno de los principales motivos del traslado de local fue poder ampliar su sección de vinos, algo que no era posible en su anterior emplazamiento por falta de espacio.
María Mora, fundadora y responsable del negocio, tuvo claro que en Bilbao faltaba un espacio de venta de vino diferente. Diferente en dos sentidos: en la propia oferta de tipos de vino y en la forma de explicarlos y venderlos. «Con la edad el mundo del vino me empezó a atraer mucho más que antes. Y me comenzó a atraer porque me animé a probar poco a poco referencias distintas, fuera de las típicas zonas de Rioja, Rueda, Ribera del Duero… Siempre he sido muy inquieta gastronómicamente a la hora de probar de todo, y me di cuenta de que el mundo del vino, a poco que te salgas un poquito de la oferta más clásica que se encuentra en todos lados, es verdaderamente apasionante y sorprendente», explica.
Cuando en julio de 2022 La Manducateca reabrió sus puertas en su nueva y actual ubicación, la nueva vinoteca se colocó en un lugar privilegiado justo frente a la cámara refrigerada repleta de quesos que obviamente es la joya de la corona del negocio.
Pero en esa estantería que nadie piense encontrar una clasificación clásica de tienda de vinos en base a zonas geográficas o denominaciones de origen. En La Manducateca los vinos se ordenan mediante un vistoso código de colores, correspondiendo cada uno de ellos a una categoría un tanto peculiar: azul para los vinos ‘Sin complicaciones’ (ese que te abres mientras preparas la cena), rosa para las ‘Apuestas seguras’ (vinos perfectos para llevar a una comida familiar), morado para la categoría ‘¿Te atreves?’ (para quien se quiera salir un poco de lo clásico) y finamente rojo para ‘So funky’ (es decir, vinos naturales y muy sorprendentes para los ya iniciados).
Como dice María, «cuando alguien viene a nuestra tienda a por una selección de quesos siempre le preguntamos para qué los quiere: para un aperitivo sencillo, para sorprender en una cena a sus amigos más gourmets, o para hacer un detalle a alguien sobre el que no conoce exactamente sus gustos. Y decidimos que lo lógico era llevar esa forma de asesorar y atender a nuestros clientes al mundo del vino. De ahí nace esa clasificación tan particular en base al momento de consumo de esa botella que quieren llevarse a casa», detalla Mora.
Dentro de su original selección se pueden encontrar referencias de vino tanto nacionales como internacionales (gran presencia de vinos franceses), elaborados en su mayoría por bodegas pequeñas, siguiendo metodologías de mínima intervención (vinos como los de antes, sin químicos ni disfraces innecesarios), que al probarlos hablan de un terreno, de una zona concreta.
«Al vino hay que quitarle el miedo… Dejemos de decir ‘es que yo no sé de vino y por eso bebo otra cosa’. Tampoco somos ninguno de nosotros expertos en croquetas pero bien que las disfrutamos cuando nos las ponen delante y si están buenas, están buenas… Pues con el vino debería pasar lo mismo», advierte la fundadora de La Manducateca.
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