Un complejo rural único para desconectar y disfrutar

A través de tres espacios diferenciados, Ecojebar apuesta un turismo rural sostenible, responsable y de calidad, que respete la naturaleza

¿Buscas un complejo rural único para desconectar o vivir una experiencia diferente? En Ecojebar han creado un entorno para que cada estancia sea mucho más que una escapada. Ubicados en Ojébar (Rasines), en pleno Valle del Asón, todos sus alojamientos están rodeados de espectaculares vistas a las montañas, con ese halo mágico que confiere la cordillera cántabra. A través de un trato personalizado su objetivo es ofrecer una experiencia única y cercana a los huéspedes y que se sientan como en su propia casa, rodeado de naturaleza, buena gastronomía, descanso y planes para todos los gustos.

Sus alojamientos están pensados para parejas, familias, teletrabajadores o cualquier persona que busque desconectar y o disfrutar de la amplia variedad que ofrece la naturaleza de Cantabria. Así, cuentan con tres espacios complementarios, adaptados a cada tipo de viajero y situados en un entorno privilegiado, entre mar y montaña. Su compromiso es hacer un turismo rural sostenible, responsable y de calidad, que respete la naturaleza y apoye a la economía local. Se esfuerzan por crear experiencias auténticas que dejen huella en sus visitantes y contribuyan al desarrollo del Valle del Asón.

La posada de Ojébar tiene un carácter rústico y encanto. Se trata de un alojamiento rural tradicional, con 7 habitaciones decoradas en estilo rústico y equipadas con todas las comodidades. La habitación superior cuenta con una bañera de hidromasaje, ideal para una estancia especial. Es perfecta para parejas y escapadas tranquilas.

Si lo que se busca es un espacio más moderno, Ecojebar dispone de un hotel con encanto y piscina exterior cubierta, aprovechable durante todo el año, con zona de hidroterapia y vistas a la montaña. Con habitaciones familiares, dobles y superiores, el hotel cuenta con restaurante propio de cocina tradicional cántabra, con toques mediterráneos y de autor, y terraza con vistas.

Y si lo que prefieren son unos apartamentos para disfrutar de una estancia con amigos, familia o en pareja, Suites Ecojebar tiene siete alojamientos totalmente equipados, con cocina americana, amplios baños, camas queen-size y vistas al valle. Se trata de una opción ideal para teletrabajar en plena naturaleza o disfrutar de una escapada privada y tranquila, con toda la independencia.

Valor de la gastronomía

El entorno ofrece una amplia oferta cultural, gastronómica y, sobre todo, deportiva

Uno de los grandes valores de Ecojebar es la oferta gastronómica. En su restaurante, tanto huéspedes como visitantes, pueden disfrutar de una carta que combina cocina tradicional cántabra con toques internacionales y de autor. Trabajan con productos de proximidad y temporada, colaborando con pequeños productores locales (quesos artesanos del Valle del Asón, carnes de pasto, miel, mermeladas caseras…) y también con productos de su propia huerta, entre los que se encuentran algunos de sus productos estrella: los pimientos verdes y tomates.

Entre sus comidas más destacadas están las ensaladas con productos de su huerta, las alubias rojas, carnes a la brasa de productores locales, pescados del Cantábrico, según la temporada, y sus postres caseros, en los que se encuentran deliciosas tartas, cremas o el clásico arroz con leche.

En plena naturaleza

Situados en Ojébar (Rasines), un pequeño pueblo con encanto e historia, se ubican estratégicamente para disfrutar tanto del interior como de la costa. Desde aquí se pueden hacer espectaculares rutas de senderismo, por el Parque Natural Collados del Asón, y ver las cascadas del nacimiento del río Asón. Unas visitas que también permiten observar la fauna y flora autóctona. Naturaleza en estado puro.

Los amantes de la espeleología tienen aquí un enclave obligatorio para conocer las cuevas Covalanas, Cullalvera y la impresionante Coventosa, una de las más largas de España. Por su parte, los escaladores y barranquistas también disponen de un amplio espacio para practicar estos deportes, con empresas especializadas. Y si no solo se quiere monte, a tan solo 20 minutos está la playa de Laredo, ideal para el baño, paseos o practicar surf, o para realizar un paseo a caballo, una experiencia única al atardecer o al amanecer, perfecta para parejas y familias.

También cuenta con una amplia oferta cultural y gastronómica, como descubrir Ramales de la Victoria y sus calles llenas de historia, visitar a productores locales de queso, miel, conservas y mermeladas o comprar productos en los mercados tradicionales y eventos culturales durante todo el año.