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Ciencia | Investigación

Las venas y arterias de la grasa regulan la aparición y desarrollo de la obesidad

Una investigación del CIC bioGune y del Instituto Josep Carreras revela que el tejido adiposo que sirve de alimento a los vasos sanguíneos se reproduce igual que las células cancerígenas

Lunes, 14 de marzo 2022, 18:37

Un grupo científico formado por investigadores vascos y catalanes ha descubierto que las venas y arterias que riegan las grasas del cuerpo favorecen la aparición y desarrollo de la obesidad. La investigación, que firman el centro CIC bioGune de Zamudio y el Insituto Josep Carreras ... contra la Leucemia, se encuentra aún a nivel básico, pero el hallazgo resulta «sorprendente», según ha explicado a EL CORREO el jefe de Investigación en Señalización y Metabolismo del Cáncer, Arkaitz Carracedo, que ha participado en el estudio. El conocimiento adquirido podría permitir en un futuro el desarrollo de medicamentos para el control del exceso de peso.

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La obesidad, una enfermedad con tintes de pandemia, es una de las principales causas de las patologías que más matan en los países occidentales, que son las cardiovasculares y las cancerosas. Su origen, como se sabe, se encuentra en el desarrollo exagerado del tejido adiposo. A partir de esta certeza, el equipo de Carracedo y el Grupo de Investigación en Patobiología Endotelial del Josep Carreras, liderado por la investigadora Mariona Graupera, comenzaron a trabajar de manera conjunta para averiguar de que manera los vasos sanguíneos contribuyen en la aparición del sobrepeso. «Para entender la obesidad, tuvimos que recurrir a los conocimientos que ya teníamos sobre el cáncer», explica Carracedo de forma gráfica.

Años de investigación han permitido concluir que los vasos sanguíneos dan órdenes al tejido adiposo –a la grasa– a través de una sustancia que en ciencia llaman metabolitos. Como respuesta a esta acción, la grasa libera sus propios metabolitos (en este caso se llaman adipocitos), que venas y arterias captan como alimento para nutrirse, crecer y desarrollarse.

Creencias rotas

El proceso de reproducción resulta, en consecuencia, idéntico al que se produce en determinadas células tumorales. «Resulta paradójico que el mecanismo por el que se producen los metabolitos sea idéntico al que describimos recientemente en el contexto del cáncer de próstata», valora el investigador vasco. La diferencia, según matiza Graupera, es que el proceso de proliferación en el caso de los vasos sanguíneos está controlado, mientras que las células tumorales lo hacen de un modo «descontrolado y aberrante».

El trabajo, que se publica hoy en la revista 'Nature Metabolism' rompe con la idea tradicional sobre el papel de los vasos sanguíneos en la regulación de la salud y la enfermedad. «Históricamente se veían como unos tubos inertes cuya única función era el transporte de la sangre, pero con el tiempo estamos descubriéndoles nuevas funciones», explica Carracedo. «Ahora sabemos que perciben las alteraciones de nuestro organismo y que responden regulando y organizando la función de múltiples tejidos».

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La investigación ha contado con la colaboración estrecha de expertos del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de Santiago de Compostela, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) de Barcelona y la Universidad Rockefeller de Nueva York.

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