«Les tengo mucha envidia a los artistas de las cuevas por lo que ellos pudieron ver»
Paleontología ·
Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU acoge hasta el 28 de mayo la exposición 'Ilustrar el pasado: Mauricio Antón y el paleoarte'Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Paleontología ·
Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU acoge hasta el 28 de mayo la exposición 'Ilustrar el pasado: Mauricio Antón y el paleoarte'Mauricio Antón (Bilbao, 1961) era solo un niño –«seis o siete años tendría», acota– cuando hojeó una revista de divulgación que incluía ilustraciones de especies animales prehistóricas. La experiencia le tocó, pero la que acabó de marcarle definitivamente fue ver el esqueleto de un tigre ... de dientes de sable en el Museo de Ciencias de Caracas, en Venezuela. «Esa familia de animales, los felinos de dientes de sable, sigue siendo mi favorita», comenta con una sonrisa de chaval fascinado por la prehistoria el que es, probablemente, el paleoartista más importante del momento, con un currículum imponente que incluye colaboraciones con la BBC, 'National Geographic', el equipo de Atapuerca o su trabajo con el Departamento de Paleobiología del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Este artista científico, o científico artista si se prefiere, ha presentado este jueves la exposición 'Ilustrar el pasado', un recorrido por su carrera que permanecerá abierta en el Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU, en Bilbao, hasta el próximo 28 de mayo.
La muestra es mucho más que una galería de ilustraciones prehistóricas espectaculares. Refleja todos los pasos que sigue Antón para recrear sus escenas naturalistas del pasado remoto. Él lo llama «el proceso» y lo define como «un trabajo casi de detectives». Cada una de estas imágenes, sea la de un neandertal, la de un mamut, la de un felino del pleistoceno en plena caza, «es el final de una serie de pasos que unen arte y ciencia». El punto de partida son los fósiles, los huesos excavados por los paleontólogos. «Mi trabajo es casi forense», explica. «Mi especialidad es la reconstrucción la anatómica. Empiezo por los huesos», un cráneo, por ejemplo, «y luego voy añadiendo capas, a partir de las inserciones musculares», hasta la piel. El resultado es una imagen realista del animal o del homínido en cuestión basada en los últimos datos científicos sobre la especie y el entorno en que vivía.
«Mi héroe es Jay Matternes, paleoilustrador americano (nacido en 1933), pionero de la reconstrucción de homínidos. El momento en que vi sus ilustraciones en el libro 'Lucy, el primer antepasado del hombre', yo tendría 16 o 18 años, pasé de ver el paleoarte, que siempre me había fascinado, como una fotografía, una imagen terminada, a verlo como un proceso». Porque en sus publicaciones Matternes explicaba las fases de su trabajo. «Y eso es lo que quiero mostrar con esta exposición».
El impacto de la obra de Matternes y sus contemporáneos fue fundamental para el Mauricio Antón niño. «Por eso sigo pensando que de todo el espectro de público que puede venir aquí, a esta exposición, el de niños y niñas es algo especial, con esa mirada mucho más abierta» que tienen. «Siempre existe la certeza de que algunos van a descubrir un camino y eso para mí no tiene precio».
¿Artista o científico? «Hay días en que pienso que soy una cosa y otros en que soy la otra», bromea. «Lo cierto es que he podido trabajar, prácticamente integrarme, en equipos de investigación, lo que me ha permitido vivir toda la pasión de la investigación, pero un poco desde fuera». Una posición que conlleva la facultad de ser creativo. Pero, ¿hasta qué punto? «Hay momentos, con especies muy antiguas o poco conocidas, en los que no queda otra que abrir la puerta a cierto grado de especulación» por la falta de datos. Y esto «te da una responsabilidad». Porque «el público acaba quedándose con las imágenes que hacemos los paleoartistas» del pasado. Para toda una generación, los neandertales son como los pintó el paleoartista checo Zdenek Burian (1905-1981) de acuerdo con los datos de los que dispuso en su momento. Para otra generación, las diferentes especies de homínidos de Atapuerca son como las ha pintado Mauricio Antón a partir de toda la información científica actualizada disponible.
«Siempre insisto en que mi especialidad es la anatomía. Con nuestros antepasados sucede que están los factores sociales» y culturales, que dejan un rastro menos tangible que los huesos. Por poner un ejemplo: ¿en las sociedades de cazadores recolectores cazaban las mujeres? En una de las ilustraciones de la exposición, basada en los restos de la Sima de los Huesos de Atapuerca, las lanzas las llevan dos varones. Pero en otra sobre el 'Homo floresiensis' aparece un grupo de estos homínidos enfrentándose a unos varanos gigantes y uno de ellos es una chica. Una cazadora. «En estos aspectos soy totalmente cauteloso y voy a remolque de la investigación. En cualquier aspecto cultural, me pongo en manos de especialistas en arqueología y antropología», aclara. «Si la corriente actual me dice que ellas también cazaban, les pongo la lanza».
Algunos de los animales que dibuja Antón, como los mamuts, fueron pintados en las cuevas por pintores prehistóricos. «Les tengo mucha envidia por lo que pudieron ver», considera. «Eran artistas y siempre hay que tenerlo en cuenta». Pero aportan información: «Es el caso de los leones», como los pintados en la cueva de Chauvet. «El hecho de que se tomaran la molestia de representar el escroto nos ha permitido saber que los leones machos del pleistoceno no tenían melena».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.