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Un fósil encontrado en Alberta, Canadá, ha permitido a los paleontólogos resolver la incógnita de si los ejemplares jóvenes de tiranosaurio cazaban y qué comían. Se sabía que los adultos, que podían alcanzar los trece metros de longitud y las ocho toneladas de peso, se ... alimentaban de grandes herbívoros. Pero sobre los individuos todavía en desarrollo persistía la duda de si cazaban presas de menor tamaño o se aprovechaban del botín conseguido por sus mayores. La respuesta la han dado los restos de un Gorgosaurus -un género de tiranosáurido- de entre 5 y 7 años que vivió hace unos 75 millones de años. El joven depredador tenía restos de dos presas en su interior.
«Este espécimen representa, hasta donde sabemos, el primer caso de contenido estomacal in situ de un tiranosaurio y proporciona evidencia fósil directa de la dieta y el comportamiento alimentario en un tiranosáurido joven», escriben los autores del estudio, que se publica este viernes en la revista 'Science Advances'. Lo confirma Erik Isasmendi, paleontólogo de la Universidad del País Vasco. «No es común encontrar dinosaurios carnívoros con presas en su interior. Los hay para otros terópodos como el caso de un espinosaurio -uno de estos acabó con el Tiranosaurio Rex en la tercera parte de 'Parque Jurásico'- inglés que tenía restos de peces y de un iguanóntido».
Según la longitud del fémur, el joven cazador habría pesado 335 kilos, solo el 13% de la masa corporal de un adulto. Con entre 5 y 7 años de edad, todavía le faltaba camino para llegar a la adultez, que en estos dinosaurios llegaba en torno a los 20 años. Con un cráneo estrecho, dientes en forma de cuchilla y extremidades traseras delgadas, su cuerpo debía experimentar una gran transformación para acceder a presas de más de una tonelada de peso gracias a unos dientes de 15 centímetros y una mordedura capaz de triturar huesos. «Lo que se ve en este trabajo es que los tiranosaurios se repartirían los nichos durante la ontogenia -su crecimiento-. Los más pequeños se alimentarían de las presas más pequeñas y competirían con otros terópodos de pequeño tamaño como los dromeosaurios y los troóntidos. Los juveniles, como este caso, cazarían presas de tamaño medio y los adultos, herbívoros grandes. Así entre ellos no habría competencia, lo que explica la ausencia de depredadores de tamaño medio en los ecosistemas dominados por tiranosáuridos. Serían los ejemplares juveniles los que ocuparían estos nichos», explica el experto vasco. Los cocodrilos y dragones de Comodo también se alimentan de esta manera, apuntando a presas de diferentes tamaños a lo largo de su vida.
Los restos de las 'víctimas' se encontraron entre la caja torácica y los huesos de la cadera. Son las extremidades traseras de dos oviraptosaurios que tendrían menos de un año de vida y pesarían entre 9 y 12 kilos, aproximadamente la mitad de un ejemplar adulto de su especie. De estos datos, los investigadores deducen varios aspectos del comportamiento de caza de los jóvenes tiranosaurios. Por un lado, no ingerirían los cadáveres enteros de sus presas aunque estas no eran demasiado grandes. Las desmembrarían para comer primero los musculosos cuartos traseros y las vísceras, tal y como hacen otros carnívoros y los cocodrilos. El tamaño de su faringe les impediría tragar piezas más grandes. También saben que, como los adultos, digerirían los huesos y nos los regurgitarían.
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Apresados en un corto periodo de tiempo y siendo animales de la misma especie, edad y tamaño, consideran que el Gorgosaurio tendría preferencia por los individuos jóvenes, una estrategia que siguen muchos depredadores actuales.
¿Y la hipótesis de que cazaran en manada y se aprovecharan de los restos? «Aunque se ha sugerido que los tiranosáuridos pueden haber cazado presas grandes en manadas multigeneracionales, este descubrimiento, aunque se trata de un solo espécimen, revela que este Gorgosaurus juvenil había cazado pequeñas presas, probablemente demasiado pequeñas para ser compartidas con sus congéneres», explican los autores. «Para sugerir que vivían en grupo hay que encontrar diversos individuos juntos en un yacimiento y que haya diferentes estadíos ontogenicos representados (jovenes, adultos...). Y eso es muy difícil», asegura Isasmendi.
Los expertos llegaron a una conclusión más al estudiar este fósil único: el cazador murió poco después de matar a su última víctima.
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