Un estudio pionero muestra que los hombres y las mujeres sienten dolor de forma distinta

El responsable de que esto sea así parece ser una proteína implicada en el crecimiento neuronal llamada BDNF, que podría amplificar las señales del dolor de la médula espinal en los machos, pero no en las hembras. Todo apunta a una conexión hormonal, pues cuando a las ratas hembra se les extirparon los ovarios, la diferencia en el procesamiento del dolor desapareció.

Inhibición del dolor

La responsable de que las neuronas de la médula espinal señalicen el dolor de manera diferente en mujeres y en hombres parece ser una proteína implicada en el crecimiento neuronal, llamada BDNF. Todo apunta a una causa hormonal.

Proteína

BDNF

La inhibición ovárica de la proteína BDNF conlleva la atenuación del dolor.

La ausencia de ovarios permite

la acción dolorosa de la proteína BDNF.

Inhibición del dolor

La responsable de que las neuronas de la médula espinal señalicen el dolor de manera diferente en mujeres y en hombres parece ser una proteína implicada en el crecimiento neuronal, llamada BDNF. Todo apunta a una causa hormonal.

Proteína

BDNF

La inhibición ovárica de la proteína BDNF conlleva la atenuación del dolor.

La ausencia de ovarios permite

la acción dolorosa de la proteína BDNF.

Esta es la primera vez que se identifica una diferencia relacionada con el sexo en la señalización del dolor en el tejido de la médula espinal humana y, aunque se requieren estudios futuros para comprender cómo esta diferencia biológica puede contribuir a las diferencias en la sensación de dolor entre hombres y mujeres, «el descubrimiento sienta las bases para el desarrollo de tratamientos nuevos, mejores y más personalizados para ayudar a quienes sufren de dolor crónico», asegura Annemarie Dedek, autora principal del estudio.

«La creación de nuevos analgésicos requiere una comprensión detallada de cómo se procesa el dolor a nivel biológico», agrega la investigadora, especialmente ante la epidemia de opiáceos en la que está inmerso Estados Unidos. Los datos permiten observar la gravedad del asunto: «Entre 1999 y 2019, casi 500.000 personas han muerto a causa de una sobredosis relacionada con algún opioide, ya sea ilegal o recetado por un médico», según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU. Solo en 2019, alrededor de 136 personas murieron cada día a causa de una sobredosis de opioides, lo que representó más del 70% de las muertes por sobredosis de drogas. Es decir, fue como si un avión mediano se hubiera caído todos los días en dicho país.

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En España, el dolor crónico —un mal que sufren sobre todo las mujeres— afecta a una de cada seis personas (17%), unos ocho millones, según el Ministerio de Sanidad. De ellas, un 11% (casi un millón), tienen problemas de movilidad o limitaciones en su vida cotidiana por este motivo. «Es muy interesante que cada vez se apueste más por este tipo de investigaciones que mejoren el tratamiento de algo tan complejo y prevalente como el dolor crónico. Dar con la clave de la diferencia entre sexos frente al dolor nos permitirá alcanzar la igualdad en las estrategias terapéuticas. A día de hoy, los fármacos existentes actúan sobre dianas comunes entre hombres y mujeres, pero este tipo de investigaciones abren nuevas vías para diferenciar medicamentos específicos para cada sexo», opina Minerva Navarro, médica física y rehabilitadora en la Unidad del Dolor Crónico del hospital Doctor Negrín de Las Palmas y miembro de la Sociedad Española del Dolor (SED).