A la tercera ha ido la vencida. Lur-1 ha completado su misión con éxito. Según puede avanzar EL CORREO en primicia, el primer satélite vasco ha entablado contacto este mediodía con la sede de Added Value Solutions (AVS) en Miñano. La firma, con nueve ... ingenieros encargados de seguir al satélite, ha conseguido intercambiar una primera serie de datos.
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Comienza ahora un recorrido de cinco años de vida útil tras el despegue del cohete anoche desde la base espacial de Vandenberg, en el estado de California. Este primer intercambio ha incluido datos de telemetría sobre el satélite. Anoche, dos intentos previos no consiguieron contactar con el satélite a las 23.40 horas y a la 1:30 horas.
Se confirma así el éxito de una misión crucial para el sector aeroespacial vasco, que ha sumado este 16 de agosto un nuevo nombre en la historia de nuestra relación con las estrellas. Tras meses de espera, la empresa Added Value Solutions (AVS), con sede en Miñano, ya tiene su primer satélite orbitando La Tierra: Lur-1. Minutos antes de las 13.00 horas de este sábado han logrado contactar con el satélite tras dos intentos fallidos.
El artefacto diseñado en el parque industrial alavés consiguió llegar este viernes al espacio de la mano de SpaceX, la empresa de Elon Musk que acapara el 82% de los vuelos comerciales al espacio que reciben el 'ok' del Gobierno estadounidense. Junto a otros 115 satélites, Lur-1 formaba parte del pasaje del cohete Falcon 9, una máquina reutilizable y bastante exitosa en sus lanzamientos. Un único fallo en más de 300 vuelos, sin embargo, fue el responsable del atraso que experimentó en julio la expedición del Lur-1, la Transporter 11. Entonces se aplazaron varios lanzamientos que se han retomado hace tan sólo unos días. Paradójicamente la rampa de despegue del día del fallo fue exactamente la misma que usó este viernes el Falcon 9 para volver al espacio desde la base de Vandenberg, en el estado de California.
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Tras el despegue, que tuvo lugar a las 20.56 hora española -11.56 en California-, la empresa vivió una serie de momentos clave de pura tensión. SpaceX tenía que desplegar un total de 116 satélites y el vasco de AVS era el sexagésimo octavo.
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Había que esperar, pero poco a poco se fue acercando la hora de la verdad: a las 22.16 el Falcon 9 depositó a Lur-1 en medio del espacio, a 515 kilómetros de altura y viajando a una velocidad de siete kilómetros por segundo.
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Tras ello, quedó pendiente para la madrugada de este sábado una segunda parte de la misión: entablar contacto con Lur-1 a su paso por encima de Vitoria, a esos 515 kilómetros. El atraso de la misión frustró la primera oportunidad que se abría hacia las 22.00 horas. La primera opción plausible para intentar dar con Lur-1 se dio hacia las 23.40 horas y no se consiguió contactar con él. Tampoco a la 1.30 horas, aunque esto es algo relativamente normal en este tipo de misiones espaciales. «No es raro que pase esto», apuntan fuentes de AVS. Minutos antes de las 13.00 horas se ha conseguido confirmando así el éxito de la misión.
Ese cometido ha quedado esta noche en manos de nueve personas que supervisan el recorrido de Lur-1 desde la sede de Miñano. La inmensa mayoría, jóvenes ingenieros -liderados por el estellés Rainer Díaz de Cerio- que desde una sala con apenas tres ordenadores y seis pantallas se encargaban de comprobar que todo iba según lo previsto.
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¿A qué va Lur-1 al espacio? Lo explicó Miguel Ángel Carrera, el CEO de AVS, en una entrevista con este periódico en el mes de mayo. «La cámara principal va a sacar fotos de Euskadi. Nos dará información sobre vegetación, costas... de todo lo que las agencias vascas necesiten». Fundamentalmente, servirá para que centros como Hazi o Azti puedan observar, con imágenes de alta resolución, cómo evolucionan cosas como la masa vegetal, las líneas de costa o el caudal de los ríos de la comunidad autónoma.
Además, tendrá otra función muy importante: comprobar que AVS tiene una tecnología capaz de usar la 'comunicación cuántica'. Es un término muy técnico, pero básicamente consiste en mandar fotones de La Tierra al espacio que contienen información y que son imposibles de 'hackear'. Mediante este sistema ,AVS pretende que cada vez que el satélite pase por encima de Vitoria -a 515 kilómetros de altitud- intercambie hasta 20 gigabytes de información con la antena de 5,5 metros que destaca en la parte superior de la sede de Miñano.
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Para todas estas funciones, Lur-1 lleva varias antenas, una cámara de espectro visible y paneles solares, entre otros componentes. En total, un artilugio de 57 kilos.
Lur-1, en cualquier caso, sólo es la avanzadilla de AVS -«un banco de pruebas» afirmaba este viernes Díaz de Cerio- en una apuesta mucho más fuerte por el sector aeroespacial. Sólo en el próximo año, la empresa alavesa contempla lanzar al espacio tres satélites más. Dos de ellos se perfilan para febrero de 2025 y el objetivo de esa misión será que los dos dispositivos sean capaz de unirse de forma autónoma en el espacio. Un cuarto satélite viajará al espacio en el tercer trimestre de 2025.
La empresa, además, trabaja en otros proyectos espaciales. AVS quiere llevar un vehículo robotizado a la Luna para 2030 y trabaja en un proyecto para extraer oxígeno del suelo del astro.
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