Martes, 15 de noviembre 2022
Una «epidemia de cáncer» amenaza con asolar Europa en los próximos diez años, si no se adoptan «con carácter de urgencia» medidas que permitan reforzar los sistemas de salud y las redes de investigación. Un panel de grandes expertos europeos ha elaborado un informe en ... el que se afirma que tres acontecimientos ocurridos en los dos últimos años han hecho tambalear los cimientos de la atención clínica y la ciencia frente a las enfermedades oncológicas. Han sido la pandemia de covid, la salida de Reino Unido de la Unión Europea y la guerra de Ucrania. El grupo estima que un millón de europeos vive con tumores que aún no han sido diagnosticados como consecuencia de la crisis sanitaria global. Al impacto que supondrá para los sistemas de salud el afloramiento de toda esa enfermedad se suman la ingente cantidad de proyectos de investigación que se han roto o se han visto trastocados por el Brexit y la invasión rusa de Ucrania. «Estamos en una carrera contra el tiempo», advierten.
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El informe 'European Groundshot: abordar los desafíos de la investigación del cáncer en Europa' ha sido elaborado por un panel de grandes especialistas nombrado por la prestigiosa revista científica 'Lancet'. Ese grupo de sabios' está integrado por «una amplia gama» tanto de investigadores y clínicos europeos como representantes de las principales plataformas de pacientes. Utilizando «datos precisos, oportunos y granulares», el equipo ha redactado un informe que se ha presentado hoy martes, en el marco de la Cumbre Europea del Cáncer 2022. El documento arroja «una luz penetrante» sobre el estado de la investigación» en la vieja Europa, «destacando los desafíos actuales y futuros e identificando las lagunas» existentes.
«El momento actual es más importante que nunca para que Europa desarrolle un panorama de investigación del cáncer resiliente. Para que (la UE) desempeñe un papel transformador en la mejora de la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes», ha afirmado el profesor Mark Lawler, autor principal del informe y profesor de la Universidad de Queen, en Belfast.
El desafío número uno de los tres sobre los que debe pivotar la lucha europea contra el cáncer es, según Lawler, localizar ese casi un millón de europeos que están desarrollando un tumor y no lo saben. «Estamos en una carrera contra el tiempo para localizar todos esos cánceres que faltan», afirma.
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La Comisión Groundshot sostiene que durante la pandemia de covid los médicos vieron 1,5 millones menos de pacientes; y que uno de cada dos afectados no recibió ni quimioterapia ni radioterapia «de manera oportuna». Además, la red asistencial pasó por alto cien millones de pruebas de detección del cáncer. El análisis de todas estas cifras es lo que lleva a los autores del trabajo a estimar en casi un millón la cifra de enfermedad oculta.
La guerra en Ucrania también ha resultado crítica para la lucha contra el cáncer. Rusia y Ucrania, detallan en su informe, son dos de los mayores contribuyentes a la investigación clínica del cáncer en el mundo, «especialmente a la patrocinada por la industria». Muchos ensayos en hospitales ucranianos contaban con participación de centros oncológicos de Europa central y oriental. El conflicto surgido tras la invasión rusa «probablemente dará como resultado que muchos de estos trabajos se retrasen o dejen de realizarse» por falta de voluntarios.
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El informe advierte de un riesgo adicional. Es posible, señala, que la industria llegue a considerar que realizar investigaciones clínicas en países fronterizos con Ucrania suponga un riesgo demasiado elevado. Si ocurriera, la pérdida de la inversión privada resultaría tan perjudicial que el comité de sabios europeo pide que se adopten medidas «con carácter de extrema urgencia» para evitar que «crezca la brecha» este-oeste en investigación, que ya es importante.
La situación provocada por el Brexit frente al cáncer es similar a la de la guerra en Ucrania. La actividad de la investigación en la Europa de los 28 frente a la de los 27 ha caído de forma «significativa». Conscientes de que el «aislacionismo» británico perjudicará a todos, el informe del panel de sabios de 'Lancet' plantea que Reino Unido restablezca lazos científicos con la UE. «En última instancia, los pacientes con cáncer pagarán el precio de esta decisión en términos de atención médica», advierten.
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La inversión en investigación en cáncer en Europa en el decenio 2010-2019 fue de unos 20 o 22 millones de euros. Eso representa unos 26 euros por ciudadano europeo, según refleja la Comisión Groundshot (Grito de la tierra), bautizada así en alusión al grupo estadounidense Moonshot (Grito de la luna), que hizo un informe similar hace unos meses. El juego de palabras elegido tiene que ver, según cuentan, con el deseo de los autores de redactar un informe más «pegado al suelo», es decir, más próximo al paciente, y menos «tecnocéntrico», como el americano.
Con ese espíritu, explican que el fondo dedicado por el país de las barras y estrellas a ese mismo fin durante el mismo periodo de tiempo fue exactamente el triple, 76 millones de euros. Si se hace la cuenta per cápita, el resultado se dispara aún más, hasta los 234 euros por ciudadano. Dada la diferencia -«una brecha dramática», la considera el comité de expertos que redacta el trabajo europeo-, la Comisión Groundshot pide a los países de la Unión que duplique el presupuesto europeo de investigación del cáncer a 50 euros por ciudadano para el año 2030. «Es urgente», afirman.
El mayor impulso debería recibirlo la investigación dedicada a la prevención. Hasta el 40% de los cánceres podrían prevenirse, calculan, si las estrategias de prevención primaria hicieran un mejor uso de nuestra comprensión actual de los factores de riesgo del cáncer. Si se hiciera, aseguran, los resultados clínicos también mejorarían. «Hasta un tercio de los casos tienen más probabilidades de mejor resultado si se detectan a tiempo. Pero lamentablemente las tasas de pruebas de detección varían ampliamente entre países», se ha lamentado la científica Anna Schmutz, de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, situada en Francia.
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