Roald Hoffman,en un momento de la entrevista. Manuel Castro

«No es descabellado pensar que podemos desviarnos del camino de la democracia»

Roald Hoffman | Nobel de Química y poeta ·

Se salvó del Holocausto de milagro, en los que no cree. Premio Nobel de Química, humanista y poeta, considera la obsesión por huir del envejecimiento «una locura, una tontería». Alerta contra los políticos que agitan el odio y, preocupado por el devenir de las democracias, propone como la mayor prioridad cuidarnos entre todos. Publica en España 'Los hombres y las moléculas'

Antonio Arco

Domingo, 5 de marzo 2023, 00:29

Le gusta esta cita del químico y poeta ruso Lomonosov: «La química abre generosa sus brazos por el bien de la Humanidad». Roald Hoffman nació en 1937 en Zloczów, entonces Polonia, hoy Ucrania, en el seno de una familia judía. Sobrevivió a la ocupación alemana ... escondido en una buhardilla -su padre fue asesinado en un campo de trabajo-, y tras la guerra estudió Química en Columbia y Harvard. Recibió el Premio Nobel de Química en 1981, convirtiéndose en una referencia imprescindible en el estudio de las órbitas moleculares, y también es autor de una obra escrita en la que pone a dialogar poesía, filosofía y ciencia. La editorial Auralaria, con sede en Orihuela, acaba de publicar en edición bilingüe español-inglés 'Los hombres y las moléculas', en la que Luisa Pastor ha realizado con gran acierto una traducción y selección de sus mejores poemas. La entrevista con Hoffmann -«ascendí esta empinada colina / y contemplé el camino / de vuelta a casa»- tiene lugar próxima a la Casa-Museo de Miguel Hernández.

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- ¿Cómo le ha ido la vida?

- No todo han sido alegrías, mi vida ha tenido momentos duros, difíciles de olvidar, pero tengo que decirle que nada ha logrado vencer mi optimismo y mi fe en la Humanidad. Cierto que ya, a mis años, pensaba que no vería algo así como a Rusia bombardeando Ucrania, ni tampoco, no hace tanto, podía entender cómo un país como Estados Unidos pudo estar en manos de un personaje como Donald Trump, pero sigo creyendo que pasarán cosas buenas para los seres humanos; no es cierto que esté todo perdido, que estemos llegando al final de nuestra presencia en la Tierra.

- ¿Qué ha aprendido?

- La vida me ha enseñado que no puedo se perfecto, pero que tengo la obligación de intentar cada día ser lo mejor persona posible y de no cesar en la lucha contra la imperfección. También estoy convencido de que todas las personas tenemos un lado bueno y otro malo, y que, finalmente, pese a lo que podamos creer si nos ponemos pesimistas, el bueno es el que acaba logrando que sigamos progresando, avanzando, aunque sea con mucha dificultad a veces.

- ¿Sorpresa qué le causa?

- Lo primero, que yo siga vivo y con buena cabeza a estas alturas [risas]. También que, pese a todo el conocimiento ya acumulado, a los avances en la ciencia, a los logros de la democracia y de la forma de organizarnos como sociedades libres, el hombre siga cayendo en los mismos errores, en errores de consecuencias terribles para todos, imprevisibles, causantes de tanto dolor; las guerras, por ejemplo. O la aceptación de discursos políticos banales, cortoplacistas, y peligrosos en el sentido de que terminan provocando enfrentamientos entre unos ciudadanos y otros.

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- ¿Usted qué pensaba?

- Creía que la Humanidad había ido evolucionado políticamente desde su estado más primitivo, y que llegados al sistema democrático, iríamos progresivamente fortaleciéndolo, y con ello consiguiendo logros en cuanto a la necesidad de ir eliminando injusticias de nuestro presente, de ir corrigiendo desigualdades; pero ahora veo que esa progresión peligra, y que no es nada descabellado pensar que podemos desviarnos del camino de la democracia. ¿Cómo pensar que no es posible? Volvamos a Trump: un hombre inculto, estúpido, mentiroso, fue votado por la mitad de Estados Unidos. Hay mucha gente dispuesta a creer en lo increíble, a confiar en quienes parece evidente que no van a resolver de verdad nada, a quienes no son la solución a los problemas, sino que los agravan. Creen a líderes que venden ilusiones sin ninguna consistencia, que juegan con las emociones y los impulsos más primitivos; y ese renunciar a la razón es, y ya lo sabemos, sumamente peligroso. Ya sabe que mucha población estadounidense piensa que, efectivamente, fue un fraude electoral lo que llevó a Biden a la Casa Blanca.

El futuro

«Nada ha logrado vencer mi optimismo y mi fe en la Humanidad»

La tecnología

«No podremos evitar la intrusión de la inteligencia artificial en nuestras vidas»

- ¿Qué suele aconsejar?

- Potenciar la parte altruista que tenemos frente a la egoísta. Si pensamos en el cristianismo, por ejemplo, esa parte egoísta estaría relacionada con el pecado, mientras que la altruista lo estaría con la caridad y el amor al prójimo. Esa idea de amor al prójimo, incluso al enemigo, siempre me ha parecido muy poderosa.

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- ¿Qué prefiere?

- Siempre: el equilibro frente a los extremismos.

- ¿La inteligencia artificial?

- Mire, creo que, independientemente de lo que pensemos sobre la inteligencia artificial, no podremos evitar su intrusión más y más en nuestras vidas. Se trata de que las máquinas 'aprendan' para poder responder a nuestras demandas, pero nunca podrá tratarse de un conocimiento profundo, mientras que el nuestro irá quedando en sus manos. Que el empleo del GPS acabe con el aprendizaje de cómo leer un mapa, con la habilidad para saber manejarse con él, implica perder algo de humanidad. Si dejamos de ir cultivando nuestra capacidad de entender, si vamos perdiendo esa capacidad y solo nos limitamos a las respuestas ya dadas, a las respuestas rápidas, ponemos en peligro nuestra capacidad de razonar, de argumentar…; el proceso para llegar a entender las cosas es muy importante.

- ¿Qué opina de las inversiones millonarias en el intento de alargar la vida, de distanciarnos de la muerte?

- Hay una cierta obsesión por las investigaciones tendentes a alargar la vida, a frenar las consecuencias lógicas del envejecimiento. La obsesión por alargar la vida, por huir del envejecimiento, es una locura, una tontería. La muerte es irremediable, el ciclo de la vida incluye su desgaste, que es precisamente una consecuencia de estar vivos. Está bien investigar la curación de enfermedades, está bien avanzar en la prevención de las mismas, pero ir contra la naturaleza, contra la propia esencia de la vida, es un capricho tonto, un empeño inútil. Procuremos una mayor calidad de vida para todos, pero seamos realistas y dejémonos de sueños extraños de una especie de inmortalidad.

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- ¿Y la exploración del Universo?

- Este tipo de investigaciones y avances técnicos destinados a explorar el Universo los sigo con mucho interés. La cantidad de conocimiento aportada hasta ahora sobre otros planetas por las misiones no tripuladas me parecen muy interesantes, debe ser porque leí en su día con gran placer a Julio Verne [sonríe].

- ¿De qué está a favor?

- Estoy muy a favor de la amabilidad, de la importancia de ser amables unos con otros, de tratarnos bien, de cuidarnos. Cuidarnos entre todos debería ser la principal prioridad.

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- ¿Cree en el perdón?

- Sí, pero no está reñido con que se haga justicia.

- ¿Qué nos beneficia?

- La diversidad, la convivencia entre personas con distintas culturas, con credos diferentes. Es una experiencia muy enriquecedora. Por el contrario, debemos hacer todo lo posible para que el odio no aflore, no salga a la superficie, porque lo destruye todo a su paso. La irresponsabilidad de los políticos que lo agitan es extrema, y lamentablemente parece que esa agitación del odio les está dando a algunos resultados.

- ¿Qué no podría?

- Me cuesta imaginarme la vida sin poesía, sin música y sin la naturaleza.

- ¿Nostálgico?

- No tengo tiempo para la nostalgia.

- ¿Qué le hace feliz?

- Cuando acaba el día me pregunto, '¿he podido hacer de algún modo daño a otra persona?' Y también, '¿tengo motivos para estar decepcionado de mí mismo?'. Espero que la respuesta a ambas preguntas sea que no. Y hay una tercera pregunta, '¿he aprendido algo nuevo?'. Porque mi deseo de aprender no disminuye. Soy feliz cada día que pasa sin hacerle daño a nadie y aprendiendo cosas nuevas.

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- ¿Echa algo en falta?

- Me parece que hay ocasiones en las que ya no puedo complacer a mi esposa como antes [ríe]. Pero lo intento, ¡eh!

- Tiene usted fama de empático, y es evidente que hace que resulte muy agradable estar a su lado.

- Quizá se deba en gran parte a mis experiencias durante la guerra. No es extraño que se produzca un gran deseo de agradar en las personas que han vivido situaciones horribles en la vida. Cuando has experimentado la maldad, puede que de algún modo te culpes a ti mismo de las maldades del mundo. Y entonces necesitamos demostrar que somos buenas personas.

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- ¿Optimista?

- Digamos que el futuro ya no es mi tiempo, pero necesito ser optimista con respecto a él porque deseo lo mejor para los seres humanos, y porque tengo nietos y pienso en cómo serán sus vidas y las vidas de sus hijos... Confío en que las nuevas generaciones sepan, por ejemplo, hacer frente al cambio climático; el espíritu humano tiene una capacidad inventiva inagotable; solo es preciso que no se deje cegar por la ambición, o por el odio del que hablábamos. Tengo esperanza, y esa esperanza se alimenta del estímulo que sigo encontrando en el alimento de las artes y las ciencias. Intento fijarme en las cosas que resultan interesantes y son bellas.

La política

«Trump, un hombre estúpido, inculto, mentiroso, fue votado por la mitad de EE UU»

La sociedad

«La obsesión por huir del envejecimiento es una locura, una tontería»

El paso del tiempo

«Hay veces que no puedo complacer a mi esposa como antes [ríe]. Pero lo intento, ¡eh!»

- Usted es capaz de encontrar belleza hasta en la hemoglobina.

- [Sonríe] El pigmento rojo de la sangre...; es una molécula de una verdadera magnificencia barroca. Apenas se aprecia en el microscopio, pero tampoco la música se ve y eso no le resta hermosura. Por otro lado, el interés que algo despierta en ti es un factor más decisivo que nuestra percepción sensorial. En cuanto a la hemoglobina, el modo en que se va transformando constantemente mientras viaja a través de los vasos sanguíneos me resulta tan emocionante como el viaje de Ulises. La belleza puede existir también en espacios donde no esperas hallarla, y hablo de la investigación científica, por ejemplo.

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- ¿A qué aprendió en su infancia?

- Entre otras muchas cosas, a no llorar. Tenía 6 años. Era el único niño oculto en un refugio al que nos condujo, a unos familiares míos y a mi, un maestro de pueblo ucraniano. Llorar allí nos habría delatado a todos. Si los alemanes nos encontraban, mi tío tenía una pistola con la que nos habría matado a todos y luego a sí mismo.

- ¿Aquellas experiencias siguen teniendo alguna consecuencia en su cotidianidad?

- Bueno, sigo teniendo cierto recelo hacia los uniformes, y desde luego prefiero estar al aire libre, disfrutando de la naturaleza, sintiendo el sol en la cara, el viento, viendo correr el agua de un río..., que encerrado entre paredes. Cuando estaba oculto, la amenaza provenía del exterior. No me encontrará muchas veces mirando de noche por una ventana.

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La muerte

- ¿Cree en el destino?

- No.

- Usted llama héroe a su padre.

- Lo fue. Era ingeniero civil, valioso para los alemanes. Podía moverse con cierta libertad dentro y fuera del campo de trabajo. Podría haber escapado, volver con su familia..., pero ideó una fuga masiva destinada a escapar hacia el bosque hasta la llegada de los rusos. Usó su libertad para introducir en el campo armas de contrabando. La fuga falló y fue asesinado por los guardias.

- ¿La muerte es el final?

- Sí, con la muerte todo se acaba.

- ¿Por qué le gustan tanto los museos?

- Me acerco en ellos al mejor lado de la naturaleza humana. De alguna manera, ante la belleza de las obras de arte conecto con lo mejor de mí y de todos. Interactúan mis emociones, mis sentidos, mi mente. Encuentro un gran placer.

- ¿Y su admiración por los grabados de Goya?

- Están inspirados por los horrores de la guerra, por esa capacidad terrible de los hombres para hacer el mal. De un modo magistral, muestra las torturas, las mutilaciones, los crímenes. Estamos ante una belleza extrema, son terribles pero también hermosos.

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