Jeff Nichols, abierto a lo inesperado

En 'Loving' Jeff Nichols aborda el drama de un hombre blanco y una mujer negra que se casan en los aún muy racistas y estrechos Estados Unidos de los años 60, y se ven envueltos en un drama provocado por las autoridades que tratan de impedir el matrimonio interracial, aún prohibido en algunos estados entonces. La cárcel y la separación impiden el florecimiento de un amor sencillo y sincero en el que todo parecía abocado a la felicidad si no fuera por la intolerancia social.

Sorprende que Jeff Nichols escogiera un tema así justo a continuación de haber entregado una película como 'Midnight Special', tan abierta a la especulación sensorial, espiritual y cosmológica. En 'Loving' Nichols aplica un estilo clásico, elegante y distinguido, en busca de las emociones íntimas pero sin ningún alarde melodramático. En Cannes ya se alzaron algunas voces formulistas dispuestas a declarar aquello de "la ha hecho de cara a los Óscar" o "es un telefilme". Ni lo uno ni lo otro. La dolorosa historia se cuenta con un gesto de recogimiento, sin alzar la voz, y con una sutileza admirable en la constucción de las imágenes, tanto en cuanto a las relaciones humanas como en el entorno que afecta a los personajes. Y con dos actores excepcionales, un Joel Edgerton que tiene una gran ocasión de despuntar de una vez para el gran público, por mucho que ya lo hayamos admirado en 'Animal Kingdom' (2010), 'Warrior' (2011), 'El gran Gatsby' (2013) o 'Exodus: dioses y reyes' (2014), entre otras, y Ruth Negga, mucho menos conocida, pero de constante aparición en series televisivas ('Love/Hate', 'Agentes de S.H.I.E.L.D.').

Jeff Nichols, nacido en Arkansas en 1978, tiene además un actor fetiche que le ha ayudado a determinar la imagen de su cine. No es protagonista esta vez pero Michael Shannon también aparece en 'Loving', como en las cuatro películas anteriores de Nichols. Desde el debut del director con 'Shotgun Stories' (2007), Michael Shannon ya estaba ahí para representar al hombre común en situaciones más o menos extraordinarias, en este caso como uno de los líderes en las dos facciones de hermanastros que rasgan por la mitad una familia a través de la violencia sugerida en el título. Ese debut ya fue olfateado por muchos críticos como uno de los mejores de 2008, pero fue 'Take Shelter' (2011) la película que hizo de Jeff Nichols un autor de culto casi inmediato, en la línea algo misteriosa, personal e insobornable de un Paul Thomas Anderson o el M. Night Shyamalan de los comienzos, aunque desde unas producciones más abarcables y menos espectaculares.

Jeff Nichols firma los guiones de todas sus películas y ya desde ahí se revela su pulso narrativo insólito, con unos planteamientos que juegan con la intriga sin plantear puzzles enigmáticos y que eluden los trucos de guion para mantener el suspense. Lo inquietante o misterioso en el cine de Jeff Nichols suele anidar en el ambiente y las sensaciones de los personajes. Asi ocurría en 'Take Shelter' una película capaz de mantener al espectador en vilo sin que la vida del granjero que vive en un pueblo aislado con su mujer y su hija, y que sufre extrañas alucinaciones, termine de explotar durante la mayor parte del metraje. Una extraña y subyugante mezcla de costumbrismo familiar con drama psicológico y amenaza apocalíptica, en la que también se detectaba alguna herencia de la 'Magnolia' de Paul Thomas Anderson, para tratar de atrapar los miedos subterráneos e indeterminados instalados en la sociedad.

En su siguiente película, 'Mud' (2012), Nichols parecía dar un notable giro realista a su cine, con una aventura de iniciación adolescente en un inusual paraje pantanoso en el que se esconde un personaje misterioso con un pasado delictivo (una extraordinaria interpretación de Matthew McConaughey), y tremendamente atractivo para dos chavales ávidos de aventuras. Con un método bastante distinto al de 'Take Shelter', aparentemente más clásico, Nichols volvía a mostrar una pericia fascinante para construir esa suave inquietud, en este caso con un poso sentimental mantenido siempre a raya, en su sitio, para provocar emociones duraderas.

Así que en esa alternancia 'Mud' tendría su continuación en 'Loving', y 'Take Shelter' en 'Midnight Special', aunque, insistimos, no hay nada predecible ni clasificable en la carrera de Nichols. 'Midnight Special' es probablemente su película más críptica, o de más amplias interpretaciones, según se mire. Aunque tiene un poso reconocido por el propio autor en el cine más fantasioso de Steven Spielberg, esta aventura con un niño como protagonista no tienen nada de infantil. En cambio aspira a hacer creíble y angustiosa la historia de un chaval con poderes extrasensoriales, perseguido por el gobierno por su supuesta peligrosidad. Un filme tan sugerente como desconcertante, tan ambicioso como disperso, que sin embargo denota las altas y arriesgadas aspiraciones de Nichols. Nada debe darse por sentado ante el aparente repliegue clasicista de 'Loving'. Jeff Nichols siempre está mirando al cielo está abierto a lo inesperado.