![Yoga, posturas para principiantes y beneficios: Por qué el yoga te cambia la vida: cinco posturas y buenas razones para practicarlo](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202204/12/media/cortadas/yoga-posturas-principiantes-beneficios-kI7C-U1601647840646H1H-1248x770@El%20Correo.jpg)
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El camino del yoga irrumpió en la vida de Iker Villanueva hace ya más de una década, mientras vivía en Berlín. «Tenía 27 años, y una pareja de amigos me invitó a acompañarlos a una clase. Me animé a probar y ahí comenzó todo», recuerda este profesional de la industria del metal, cuyos niveles de estrés no atravesaban su mejor momento. Durante las siguientes semanas siguió practicando y experimentando todos sus beneficios. Aquellas sensaciones de paz fueron tan impactantes que marcarían la trayectoria de su vida por completo. «Pensé: 'quiero dedicarme a esto'», rememora. Villanueva, nacido en Deusto hace 43 años, se lanzó enseguida a formarse con algunos de los mejores yoguis del panorama actual. En quince años, pasó por las aulas de Tara Fraser, Andrei Ram, Simon Park y Mark Stephens. «Hasta tenía un viaje contratado a Nueva York para asistir a clases con Dharma Mittra, pero llegó la pandemia», se lamenta. De sobra instruido, y con la motivación intacta como el primer día, se lanzó a la aventura en noviembre de 2020. Abrió su primer estudio en la calle Lehendakari Aguirre, pero éste pronto se le quedó corto. En apenas diez meses vio la luz el segundo, 196 Yoga Studio, localizado en pleno Ensanche bilbaíno.
Su verdadero éxito no sólo radica en haber montado dos centros de yoga en plena pandemia, sino en vivir de su pasión y transmitirla de forma sincera. En los tiempos que corren, esto se asemeja más a una utopía que a otra cosa, pero Iker puede estar satisfecho de lo que ha logrado. En muy poco tiempo, ha cumplido su sueño, y hoy hace casi pleno en sus clases, a las que acuden personas de todas las edades. No es de extrañar, ya que su buena disposición y ganas de ayudar enseguida han llegado a oídos de muchos. «Ofrecemos diez estilos diferentes y casi 40 horarios. El yoga es para todo el mundo y queremos que cualquiera pueda practicarlo en clases acordes a sus preferencias y experiencia», señala. Esta disciplina, al igual que el deporte, promueve aspectos como el trabajo personal, la superación, el autoconocimiento y el disfrute. Sin embargo, su esencia es distinta, puesto que los practicantes de yoga no se comparan con los demás, respetan sus propios límites y no persiguen ganar premios. El mayor triunfo es, precisamente, alcanzar un mayor bienestar, tanto físico como emocional.
La demanda del yoga sigue creciendo, al igual que la ilusión por seguir haciendo las cosas bien de Iker Villanueva. «Tenemos muchas novedades a la vista. Muy pronto comenzaremos con un nuevo estilo, yoga aéreo, para el cual es necesario un columpio formado por una tela colgada del techo», añade emocionado. Tras el triunfo de la primera formación para profesores (Yoga Teacher Training), prepara ya la nueva edición, a la vez que está volcado en la planificación de lo que será el tercer 196 Yoga Studio. «Además, estamos colaborando con varias empresas impartiendo clases a sus trabajadores. El yoga ayuda en el ámbito laboral previniendo lesiones en trabajos con movimientos repetitivos, mejorando posturas y, sobre todo, reduciendo niveles de estrés», aclara este profesor.
A continuación, Iker nos facilita información relevante sobre las posturas o 'asanas' básicas para comenzar con este estilo de vida, una apasionante senda que transformará tu vida y te guiará hacía la libertad. La palabra 'asana' significa postura en sánscrito, lengua indoeuropea conservada y utilizada en los textos sagrados de la India. Recuerda que, en esta disciplina, lo importante es el camino que recorres y no la postura final. Escucha tu cuerpo, hónralo y respétalo. No desesperes, la práctica regular hará que consigas cosas asombrosas. Ten paciencia. Aprender a concentrarse y a mantener el equilibrio requiere de fuerza interior y humildad.
Cada una de estas posturas está pensada para conseguir distintos beneficios, pero todas ellas ayudan a liberar la ansiedad, mejorar la concentración y dormir mejor:
Existen tres 'Virabhadrasana', o guerreros, y son posturas de pie. Se inspiran en una historia que proviene de la mitología hindú y representan los tres momentos del ataque del guerrero 'Virabhadra', en una historia de amor trágico. 'Vira' significa 'héroe' en sánscrito, mientras que 'bhandra' significa 'bueno'.
La postura del guerrero I ayuda a mejorar nuestro equilibrio y la movilidad de la cadera, a la vez que mantenemos las piernas y glúteos activados. Para realizarla, comenzamos rectos y llevamos el pie izquierdo atrás en una gran apertura. Alineamos talón con talón y rotamos nuestro pie izquierdo unos 45 grados. A continuación, flexionamos la rodilla adelantada. Debemos evitar que la rodilla adelante al tobillo, si esto sucede es probable que la distancia entre pies no sea la correcta. Mantenemos tanto torso como caderas apuntando hacia delante. Inhalamos y elevamos los brazos por encima de la cabeza, paralelos entre ellos y con los hombros separados de las orejas, miramos a nuestros pulgares (si nos cuesta, podemos mirar al frente).
Para entrar en guerrero II nos colocamos erguidos. Damos un paso hacia atrás con el pie izquierdo, mientras el derecho mira al frente. Después, flexionamos la pierna derecha, la rodilla debe mantenerse en línea con el tobillo y a ser posible encima de este (nunca puede estar más adelantada). La pierna izquierda está firme y estirada con el talón del pie y el canto externo de este apoyado completamente en el suelo. En esta postura nos centraremos en la apertura de caderas, que deben quedar en el mismo plano que el torso. Por último, levantamos los brazos en forma de cruz y los estiramos, dejando las palmas de las manos mirando hacia el suelo, manteniendo los hombros relajados y alejados de las orejas. No debemos olvidar repartir todo nuestro peso entre las dos piernas por igual.
El último guerrero es el más complicado, puesto que estamos sobre solo una pierna. Como en las posturas anteriores, empezaremos rectos. Desplazamos la pierna izquierda ligeramente hacia atrás y llevamos poco a poco el peso hacia la derecha. Mantenemos la pierna derecha totalmente estirada. Después, levantamos la pierna izquierda, colocando el pie en 'flex' y rotamos ese muslo hacia dentro. Intentaremos no montar una cadera sobre la otra, manteniendo la pierna paralela al suelo. Tradicionalmente, esta 'asana' se realiza con los brazos paralelos al suelo hacia delante. Puedes probar a llevarlos hacia atrás, separados a un palmo del cuerpo y con las palmas hacia el suelo. De esta forma, protegeremos la zona lumbar.
'Vrksasana', o postura del árbol, forma parte de las posturas tanto de pie como de equilibrio. Es una 'asana' de nivel básico perfecta para principiantes y también para estudiantes avanzados, dependiendo de la variación que tomes. 'Vrksa' significa árbol en sánscrito. De abajo arriba, el pie que está en el suelo representa las raíces conectadas a la tierra, la pierna simboliza el tronco y los brazos hacen referencia a las ramas del árbol. 'Vrkshasana' te impulsa a enraizarte contigo mismo y a mantenerte en el momento presente por dos razones: te hace conectar con la tierra, sintiendo tu cuerpo estabilizado sobre tu pie; y, gracias al equilibrio, suavizas tus pensamientos, asientas la mente y te sientes en paz.
Puede que, si eres principiante, colocar la planta del pie en la cara interna del muslo te resulte difícil. Prueba a poner el pie en el gemelo o en el tobillo e intenta aguantar el equilibrio mirando a un punto fijo. Nunca pongas el pie en la rodilla. Si quieres ir un poquito más allá en la postura, puedes estirar los brazos por encima de la cabeza. Importante: cuanto más arriba esté el pie, más intensa será la 'asana'.
Paschimottanasana, o postura de la pinza, es una postura básica recomendada para principiantes. Se considera la madre de las posturas de flexión. Es una 'asana' que se realiza sentada, y en sánscrito -está formada por las palabras 'paschima' (oeste) y 'uttana'-, significa 'estiramiento'. Su objetivo es estirar la espina dorsal y dejar circular la energía por la columna vertebral, tomando consciencia de que es el eje de nuestro cuerpo.
Antes de empezar, un consejo: no realices 'Paschimottanasana' si estás embarazada o sufres de úlceras de estómago, hernia de hiato, hipertensión arterial o problemas graves de espalda. Empezamos sentados en el suelo. Estira tu columna y extiende los brazos por encima de la cabeza. Intenta alcanzar con el ombligo las piernas y, si tienes poca flexibilidad en isquiotibiales y gemelos, no fuerces. Puedes practicar esta postura flexionando ligeramente las rodillas. Lo más importante es que flexiones desde la cadera, da igual dónde llegues, pero lo ideal es bajar con la espalda recta y el pecho abierto.
Utthita Trikonasana, o postura del triángulo extendido, es una postura básica de pie. En sánscrito, 'utthita' significa 'extendido' y 'trikona' equivale a 'triángulo'. Esta 'asana' requiere equilibrio, flexibilidad y apertura de caderas. Tradicionalmente, se cree que estimula las vías energéticas del cuerpo y activa el chakra Manipura, que elimina el miedo y la inseguridad. Siente que estás entre dos paredes al hacer 'Utthita Trikonasana' y conseguirás que todo tu cuerpo esté en un mismo eje vertical.
Con un largo paso hacia atrás, gira el pie derecho junto a su pierna lo necesario para poder abrir la cadera. Con los dos talones alineados, reparte el peso entre los dos pies, estira las piernas y alarga la espalda. Coloca los brazos estirados en forma de cruz, mira y muévete hacia adelante, flexionando el tronco como si quisieras coger algo delante de ti. Baja e intenta cogerte el dedo gordo del pie. Después, estira la otra mano hacía el techo, tratando de alinear los brazos en una línea vertical y mira hacía arriba, siempre que no tengas dolor de cuello. Recuerda que siempre puedes apoyar tu mano sobre la espinilla, en el muslo o en un taco si no llegas al pie.
'Utthita Parsvakonasana', o postura del ángulo lateral extendido, es una 'asana' de pie y equilibrio de nivel principiante. 'Parsva' significa 'de lado', 'kona' es ángulo, y 'utthita' ya vimos anteriormente que corresponde a la palabra 'extendido'. Esta postura requiere equilibrio y flexibilidad en 'Virabhadrasana' (pierna delantera flexionada en un ángulo de 90 grados y la trasera estirada). Implica el uso de varios grupos musculares ubicados en abdomen, columna vertebral, hombros, ingle, pecho, piernas y tobillos. El estiramiento de todo el cuerpo disminuye el riesgo de lesiones, favorece la movilidad articular, incrementa la flexibilidad y evita el dolor muscular.
Para entrar en ella, lleva el pie derecho lejos atrás en la postura de Virabhadrasana II, guerrero II, con los brazos en cruz o apoyados sobre las caderas. Coloca el antebrazo izquierdo en la pierna izquierda, abre las caderas, mantén los hombros relajados y alejados de las orejas y el cuello sin tensión. Después, apoya la mano izquierda en el suelo, junto al pie izquierdo por la parte interna. Finalmente, estira el brazo derecho hacia arriba y en diagonal y fija la mirada en tu mano derecha. Intenta formar una línea recta desde tu pie derecho hasta tu mano derecha.
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