«Viniste al mundo para ser feliz y si consigo hacerte sentir mejor me doy por satisfecha». Con el deseo de ayudar a sus seguidores, Beatriz Urigoitia anunciaba en Instagram que se había sincerado en su blog, 'Algo pasa con Uri', al compartir una valiente ... confesión sobre su vida. Un texto con una fuerte carga emocional en el que esta duranguesa de 35 años reconoce que sufre ansiedad desde hace mucho tiempo. «En su momento no tuve claro que me estaba pasando, pero hace más de seis años que lo identifico a la perfección», relata.
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La popular bloguera vizcaína, afincada en Madrid desde hace una década, donde trabaja en una importante compañía eléctrica, recuerda algunos de los angustiosos episodios que le ha tocado vivir como consecuencia de este trastorno. «Muchos días después de salir de la fábrica donde hice mis primeras prácticas, tenía 22 años, le decía a mi amiga Mercedes, conduce tú esta tarde porque he tomado café y me encuentro mareada», rememora. Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que «el café no era el culpable de las cosas tan raras» que sentía en su cuerpo. «Lo que a mi me pasaba era algo más profundo, que llevaba años sufriendo sin ser consciente. Era ansiedad y por aquella época ya empezó a manifestarse con mareos, dificultades para respirar, opresión en el pecho, taquicardia o adormecimiento del brazo izquierdo», reconoce esta ingeniera industrial.
Cuando se mudó a Madrid, empezó a coleccionar miedos, sin poder remediarlo. «Sentía un miedo irracional a morir, a enfermar y a sentir peligro en situaciones cotidianas», cuenta. Hasta tal punto que la ansiedad le impidió llevar una vida normal. Dejó de montar en metro, de ir al cine e incluso hubo una época en la que ir a trabajar se convirtió para ella «en un mundo». Llevaba mucho tiempo intentando dominar ella sola su situación. Y un día explotó. «Tras un ataque de ansiedad en la oficina que terminó conmigo en Urgencias pensando que estaba dándome un ataque al corazón tomé la decisión de acudir a un psicólogo», confiesa. «A veces no pides ayuda hasta que te 'cagas de miedo' y ese miedo aterrador a morir me llevó a ponerme en tratamiento.»
Tras cinco años de terapia, la 'instagramer' vizcaína ya no visita a Pedro, su psicólogo, que en un principio le caía «fatal», porque al removerle «muchos sentimientos» siempre salía llorando de su consulta. Sin embargo, su ayuda fue clave para entender por qué estaba sufriendo lo que estaba sufriendo y, sobre todo, cuál era el camino para acabar con ello. «Acudir a terapia psicológica te puede convertir en una persona más fuerte emocionalmente, y te puede aportar herramientas para poder adaptarte mejor a las situaciones difíciles que pueden presentarse a lo largo de tu vida. Para mí, es un acto de inteligencia y de valentía del que jamás me he avergonzado ni he ocultado.»
En su artículo, Urigoitia no pretende dar «soluciones mágicas», sino compartir algunos trucos y consejos que le han ayudado a convivir con un trastorno que afecta a 1,9 millones de personas en España -el 4,1% de la población-, según la OMS. La popular bloguera asegura que la relajación muscular, convertir los pensamientos negativos en positivos o la práctica de deportes, como el yoga, le han ayudado a calmar su ansiedad.
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Su testimonio ha sido muy aplaudido por su legión de seguidores en Instagram, donde además de compartir sus rutinas deportivas o estilo de vida, parodia las poses imposibles de las famosas en las fotos y cuelga los looks diarios que lleva a la oficina. «Felicidades por seguir mostrando a quienes te siguen que la perfección de las redes sociales no existe», «¡eres muy grande, primero por afrontarlo y segundo por compartirlo!» o «gracias por visibilizar que no estamos solas en este proceso» son algunos de los cientos de mensajes que ha recibido en agradecimiento por su generosidad.
Para la bloguera vizcaína sincerarse en su blog le ha supuesto un gran esfuerzo porque «cuesta un huevo abrirse a los demás.» Y eso que no es la primera vez que lo hace, porque recientemente ha publicado el libro 'Soy más que una talla', en el que reconoce que se ha pasado toda su vida a dieta en busca del «cuerpo soñado» y da consejos para adquirir hábitos saludables.
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En un lugar tan superficial como es Instagram, donde la mayoría aparenta vivir en la abundancia y la felicidad, el testimonio de Urigoitia sirve de gran ayuda para que las personas normales con preocupaciones normales «no se sientan bichos raros». «La ansiedad es un trastorno muchísimo más común de lo que imagináis. El mundo en el que vivimos -lleno de exigencias, competitividad...- no nos lo pone nada fácil», asegura esta duranguesa, antes de animar a sus seguidores a identificar su problema y ponerle solución. «De todo se sale y de esto también», concluye.
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