Haizea Echegaray. INSTAGRAM

Yo no puedo ser la confinada perfecta y eficiente, ¿y tú?

Ponernos objetivos y metas excesivas nos está generando estrés, angustia y tristeza. Os propongo hacer un pequeño cambio a partir de hoy: nos debemos dejar llevar, sin excesos, sin demasiadas obligaciones y horarios

HAIZEA ECHEGARAY

Jueves, 16 de abril 2020, 21:08

Ya hemos dejado claro que somos 'Super Padres', que tenemos 'Súper Poderes', que a ganas y a creatividad no nos gana nadie, que durante este confinamiento estamos siendo capaces de hacer ocho cosas a la vez, que hemos sacado el artista que llevábamos dentro ... y que sin ninguna duda hubiésemos podido ser la Eva Nasarre de nuestro tiempo. Lo hemos hecho, lo hemos dicho y nos lo han reconocido. Y reconozco que me he sentido muy arropada y acompañada por compañeras que están en la misma tesitura que yo y que han compartido lo publicado en semanas atrás.

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Dicho esto, yo me planto. Hago un punto y a parte porque el confinamiento se prorroga, porque esto va para largo y porque ha venido para quedarse, queramos o no.

Amigas y amigos, ¿y si cambiamos el 'chip'? Os propongo hacer un pequeño cambio: nos debemos dejar llevar, sin excesos, sin obligaciones, sin horarios... un poco de 'slow life' sin tanta actividad, ni tantas redes sociales que tanto nos están saturando. Que todo fluya y las cosas vayan saliendo... ¡HAKUNA MATATA!

Si mis difuntos abuelos me viesen desquiciada porque no termino la escultura de barro a tiempo, no hago el deporte suficiente o porque se me queman las tortitas de avena que me he puesto a hacer por primera vez, los míos, desde luego, me darían una colleja, ¡y con toda la razón del mundo! Ellos, que pasaron de todo (hambre, guerras, dictaduras), ellos que llevan un mapa escrito en la cara, ellos que son la voz de la experiencia, ellos que fueron nosotros hace no tanto... a ellos que tanto les debemos, les tenemos que demostrar que esto es una minucia para lo que vivieron y lucharon décadas atrás. Y que lo importante es valorar el momento presente.

¡Nos vamos a poner el mundo por montera!

Hagamos lo que nos apetezca, siempre desde una perspectiva racional y responsable. Pero hagamos lo que nos dicte el corazón, lo que sea positivo para la familia y lo que aporte al entorno en el que estamos viviendo. Cero agobios; ese es el objetivo que nos tenemos que marcar para afrontar la Semana de Pascua. Y es que me asombra que seamos tantos los que padecemos insomnio y pesadillas casi a diario. ¿Puede que el estrés y la presión de querer aparentar que lo llevamos bien y el sumarnos a las millones de iniciativas y actividades tenga algo que ver? Pues llegados a este punto del partido, he dicho que «hasta aquí». Si un día me apetece hacer millones de cosas las haré, pero también os digo que cuando el plan sea 'sofing', vino y 'Netflix' no me voy a negar, ni me pienso sentir mal.

No hay mal que dure cien años y ojalá pronto salgamos a la calle. Aunque a veces nos cueste creerlo, volveremos a una «relativa» normalidad porque las experiencias positivas tienen un principio y un final y las negativas también. Y trabajemos en recuperar nuestro «yo» anterior al estado de Alarma. O al menos nuestra esencia, porque muchos dicen que no seremos los mismos, que esta crisis sanitaria cambiará la manera de relacionarnos... soy un tanto escéptica en ese sentido. Pero ya se verá.

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Ahora intentemos disfrutar de lo que nos queda por aquí. Somos afortunados si tenemos salud, trabajo, con quien compartir un ratito de sofá o con quien reír y llorar por videollamada. Y cuando os entre el agobio, la tristeza o la angustia, ya sabéis: ¡HAKUNA MATATA!

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