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Miedo a la muerte, a enfermar, a salir... las fobias que deja el Covid-19 y cómo superarlas
Psicología

Miedo a la muerte, a enfermar, a salir... las fobias que deja el Covid-19 y cómo superarlas

Los momentos de soledad, los espacios cerrados o las aglomeraciones pueden producir temor tras el confinamiento. Aquí algunos consejos para afrontar estas situaciones difíciles para muchas personas

Lunes, 8 de junio 2020

Si al comienzo de este nuevo año nos hubiesen dicho que íbamos a tener que hacer frente a una pandemia, muchos de nosotros no nos lo hubiésemos creído, es más, probablemente, hubiésemos dicho que eso era imposible. ¡Pero lo que parecía increíble se ha convertido en realidad!

Durante esta pandemia, para la que muchos no estábamos preparados, han surgido diferentes miedos: al contacto físico, a los espacios cerrados, a salir a la calle, a enfermar, a la muerte, a estar solos... Como te imaginarás, o como quizá has podido experimentar en tus propias carnes, estos miedos han tenido importantes repercusiones en nuestra salud emocional y psicológica.

En este artículo, vamos a hablar de cuáles son las principales fobias que han surgido en este confinamiento y de cómo podemos superarlas.

1

Agorafobia

Se dice que una persona tiene agorafobia cuando experimenta miedo a salir de casa, estar sola en espacios abiertos o ir a lugares donde hay mucha gente. Después de un largo periodo de reclusión, hay personas que están experimentando terror cuando tienen que enfrentarse de nuevo a salir a la calle y enfrentarse a espacios abiertos sobre los que se considera que no se tiene control.

2

Claustrofobia

El miedo o pánico a estar en espacios cerrados o limitados. La persona claustrofóbica no tiene miedo al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles consecuencias negativas de estar en ese lugar, como quedarse encerrado para siempre o la asfixia por creer que no hay suficiente aire en ese lugar. Cuando una persona que sufre claustrofobia anticipa que va a entrar, o entra, en un espacio cerrado, experimenta una reacción de ansiedad intensa como falta de aire, palpitaciones o mareo. Debido a estos síntomas, normalmente, se evitan los espacios cerrados. Por ejemplo, prefieren subir por las escaleras 12 pisos antes que usar el ascensor.

Al provenir de una cuarentena, una de las posibles consecuencias en la psique es precisamente el desarrollo de una fobia que teme al espacio cerrado como un lugar de contagio.

3

Demofobia

Es el miedo irracional hacia las multitudes. Después de pasar mucho tiempo en aislamiento y con el miedo al contagio tan presente durante estos últimos meses, otra consecuencia puede ser desarrollar miedo hacia situaciones en las que se puedan aglomerar una gran multitud de personas.

4

Hipocondría

Es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo. 

En los últimos meses, hemos estado muy expuestos a cifras muy altas de personas contagiadas y enfermas, a cifras de fallecidos... no solo en nuestro país, sino en todo el mundo. Todo esto puede favorecer subconscientemente el aumento de la fobia vinculada al miedo excesivo a enfermarse.

5

Tanatofobia

Un persistente e injustificado miedo a la muerte; a la propia o a la de nuestros seres queridos. El número de muertes registradas diariamente en todo el mundo a cuenta del Covid-19, los cuerpos amontonados en Estados Unidos o los tanques de Bérgamo son imágenes y datos que pueden conllevar a que esta fobia aparezca o aumente.

6

Rupofobia

El miedo a la suciedad y a las ideas obsesivas que tienen que ver con la posibilidad de contaminarse o contaminar a otros. Está relacionado con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En el TOC también aparecen este tipo de ideas recurrentes acompañados de la conducta de realizar ciertos rituales compulsivos asociados a la limpieza.

Hay personas que debido a la cuarentena han desarrollado este tipo de fobia y viven muy pendientes de, por ejemplo, lavarse las manos un número concreto de veces seguidas, de desinfectarlo todo varias veces al día, etc.

7

Eremofobia

La fobia a la soledad y a estar solo con uno mismo. Suele ser la consecuencia de un trauma de abandono que ocurrió en el pasado. Relacionando esta fobia con lo que hemos vivido en los últimos días, cabe mencionar que hay personas que se han sentido muy solas durante la cuarentena, han experimentado mucho miedo en soledad y creen que si están acompañados de otros es menos probable que les pasen cosas malas. Por estos motivos, hacen muchos esfuerzos por estar constantemente acompañados.

8

Afephobia o haptophobia

La fobia al contacto físico, hacia el cual se genera un nivel incontrolable de incomodidad y repulsión. Después del confinamiento y la continua reafirmación del alto riesgo de contagio entre las personas, con normas de higiene que deben respetarse, hay personas que experimentan una fobia injustificada de entrar en contacto físico con otras personas.

  1. 8 claves para gestionar de una forma eficaz estas fobias

1. En primer lugar, tenemos que entender que la fobia es una reacción irracional (en el sentido de que reaccionamos de una forma desproporcionada ante un estímulo que aparentemente no va a ponernos en peligro) y derivada de lo que hemos vivido en los últimos meses. Nadie estábamos preparados para esto que ha ocurrido y es lógico que si tenemos una personalidad más ansiosa o en nuestro entorno nos ha tocado vivir de cerca alguna consecuencia negativa derivada del Covid-19, hayamos podido ser más susceptibles a experimentar algún tipo de fobia como las descritas anteriormente.

2. Las fobias no suelen desaparecer solas. Hay personas que dicen «ya llegara el día en que pierda el miedo a los ascensores e iré a visitar a esa amiga que vive en el noveno». ¡Esto es un error! La fobia no va a desaparecer si no hacemos nada. Es más, generalmente cuando tenemos una fobia lo que hacemos es evitar ese estimulo que nos da miedo porque eso hace que nos sentimos más tranquilos y seguros. Esta sensación de tranquilidad cuando recurrimos a la evitación, hace que ese miedo se refuerce aún más y se mantenga por más tiempo.

3. No estás loco. Hay personas que cuando reaccionan de esa forma tan aversiva y desproporcionada ante una fobia, piensan que están perdiendo los papeles y que se pueden volver locas. Es importante que tengamos presente que solo es una reacción exagerada, pero eso no quiere decir que estés loco.

4. Ponte un objetivo realista. Me refiero a que, por ejemplo, la persona que tiene miedo a los espacios abiertos y a las multitudes, quizá nunca va a ir a un macroconcierto al aire libre. Igual el objetivo no es conseguir eso, pero sí que si estamos dando un paseo por la calle y hay más gente de la habitual, podamos estar tranquilos, sin tener una reacción que pueda ponernos en peligro.

5. También puede resultar útil aprender una técnica de relajación, respiración o meditación para que cada vez que veas ese estímulo al que temes, te puedas relajar y te sientas con más seguridad en esa situación. La fobia, normalmente, genera un nivel de ansiedad altísimo y eso conlleva que nuestro cuerpo reaccione (el corazón nos palpita más rápido, apretamos los músculos), que queramos salir corriendo de la situación, etc. Practicar alguna técnica de relajación, respiración o meditación puede ayudarnos a relajar nuestro sistema nervioso. Esto a su vez nos ayudara a que cuando vayamos a exponernos al miedo, nos sintamos más seguros y tranquilos.

6. En psicoterapia, un ejercicio que realizamos para tratar las fobias consiste en realizar una jerarquía o lista de lo que menos miedo nos produce a lo que más miedo nos da. Es decir, en el caso de una persona que tiene agorafobia puede ser que lo que menos miedo le dé sea ver imágenes de espacios abiertos, fotos donde aparecen multitudes… y quizá lo que más miedo le produzca sea estar en un evento al aire libre con cientos de personas alrededor. Entre lo que menos le asusta y lo que más, habrá otra serie de situaciones que también debería anotar.

7. Una vez tenemos realizada esta jerarquía, la idea es que nos podamos ir exponiendo de forma gradual, empezando por lo que menos miedos nos da. Podemos visualizarlo primero (es decir, imaginarnos a nosotros mismos enfrentándonos de una forma exitosa a esos estímulos fóbicos) y luego llevarlo a la práctica. Por ejemplo, una persona que tiene miedo a los ascensores, lo primero que debería hacer es aproximarse a un ascensor (sin cogerlo). Cuando consiga estar tranquila frente a un ascensor, el siguiente paso sería entrar dentro (sin pulsar el botón) y cuando consiga estar relajada dentro del ascensor, podría empezar a subir un piso. Si crees que te puede ayudar enfrentarte a alguno de estos puntos acompañado, pide ayuda a alguien de tu alrededor.

8. No te presiones con el tiempo. Estos meses nos hemos sometido a muchos cambios juntos, y puede que esta situación excepcional haya hecho que aumente nuestro nivel de ansiedad y que experimentemos más miedos o incluso fobias. Por eso es importante que tengamos paciencia y que dejemos que las cosas fluyan. Es probable que haya semanas que podamos trabajar 3 puntos de la jerarquía, pero también es posible que a veces nos bloqueemos un poco o semanas en las que avancemos menos de lo que nos gustaría. No pasa nada, lo importante es seguir siendo constantes.

Si no puedes solo, pide ayuda. Si intentas llevar a cabo estos puntos y sigues experimentando la fobia, ponte en manos de un profesional. Hay veces que una explicación racional o tener la información suficiente, puede ayudarnos a avanzar más y ponerle punto y final a nuestras fobias.

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