¿Cuántas veces al día te machacas y culpas por todo aquello que consideras que no has hecho suficientemente bien o por tu aspecto físico, tu forma de ser, lo que has dicho o hecho…? En mi día a día en consulta, me encuentro con ... muchísimas personas que se critican duramente desde hace años y de una forma constante, sin ningún tipo de tregua.
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Esta forma de tratarse y de relacionarse consigo mismas les lleva a tener conductas dañinas y perjudiciales hacia sí mismas (por ejemplo, alejarse de las personas que les rodean por sentirse inferiores a ellas, tener una mala relación con la comida, obligarse constantemente a complacer a los demás olvidándose de sus propias necesidades...).
➡️ Ser consciente de tus errores o fallos, sin autotorturarte y aprender de ellos.
➡️Fijarte únicamente en lo que haces mal, culpabilizarte y criticarte duramente, entrando una y otra vez en un bucle autodestructivo.
En el primer caso, somos conscientes de los errores y de los fallos que tenemos (no olvides que todas las personas cometemos los nuestros) y nos relacionamos con ellos de una forma adecuada, desde el aprendizaje y no desde la autotortura. Establecer esta relación con nuestros fallos y errores nos facilita no quedarnos atrapados en un bucle victimista («soy lo peor», «no tengo remedio», «a los demás les va mejor que a mí siempre»…).
Sin embargo, en el segundo caso, nos estamos tratando de una forma totalmente dañina e hiriente que no nos va a ayudar en absoluto. No solo no vamos a obtener un aprendizaje de nuestros errores y fallos, sino que nos vamos a quedar atrapados en un bucle que nos puede limitar para el resto de nuestra vida. Por ejemplo, si una persona piensa que es incapaz de hacer muchas cosas bien y no hace más que repetírselo una y otra vez en vez de tomar las riendas y pasar a la acción pensando cómo se puede sentir mejor y más capaz, la próxima vez que se le plantee un reto en su vida (por pequeño que éste sea) se repetirá que es incapaz y no verá más allá. Probablemente, no pensará en pequeños objetivos que le puedan acercar a lograr ese reto. Optará por no hacerlo y esto hará que su malestar aumente y su autoconcepto se deteriore más aún.
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Está comprobado que la crítica constante nos inmoviliza, nos impide aprender, nos convierte en nuestros peores enemigos, nos genera ansiedad y frustración. Todo esto destruye nuestra autoestima y nos lleva incluso a maltratarnos.
1.- Empieza a ver las cosas en su totalidad, también de quién eres tú. Muchas veces, focalizamos toda nuestra atención en nuestros defectos, fallos, en lo que no nos gusta de nosotras… y pasamos por alto completamente nuestras virtudes y cualidades positivas. Para empezar a «equilibrar la balanza», te animo a que cada día, al final del día, te hagas la siguiente pregunta: ¿Qué me ha gustado de mí misma hoy? La idea es que sean cualidades que forman parte del día a día y no cualidades extraordinarias. Por ejemplo, podrías valorar que te has permitido hacer una pausa en tu jornada laboral para descansar, que has llamado a una amiga que tenía una consulta médica para preguntarle qué tal le ha ido…
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2.- Sabemos que, generalmente, con nosotras mismas somos mucho más duras e injustas que con los demás. Por eso, me gustaría que pudieras pensar por un momento… ¿qué le dirías a una amiga que se critica constantemente para ayudarle? ¡Intenta decirte a ti eso mismo también en tu día a día! Porque si a esa persona que tanto aprecias se lo dirías, tú no puedes ser menos.
3. Trae a tu mente experiencias y recuerdos en los que has logrado aquellos objetivos que te has propuesto (por ejemplo, tener relaciones de amistad estables, obtener buenos resultados en unos estudios que has realizado, aprender otro idioma, viajar a otro país, dejar de fumar, organizarte mejor en tu día a día...). Ahora, piensa en qué cualidades de tu personalidad te han ayudado a conseguir cada uno de esos objetivos.
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4. Piensa en algún mantra que a ti te sirva y te aporte motivación en tu día a día. Algunos ejemplos pueden ser: «confía en tus capacidades», «lo estás haciendo lo mejor que puedes», «equivocarse es humano, puedes darte la oportunidad de aprender de tus errores». ¡La idea es que tú busques uno o varios mantras que a ti te sirvan y que sean creíbles para ti! Repítetelo nada más levantarte y en varias ocasiones a lo largo del día.
Espero que estos pequeños ejercicios puedan ayudarte a tener otro tipo de relación más sana contigo misma. Si aun así sientes que te sigues criticando duramente, te recomiendo pedir ayuda a un profesional con el que puedas trabajar más en profundidad lo que puede estar sucediendo. Recuerda que te mereces vivir una vida plena y no una autotortura constante.
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