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Patricia Aguirre Rodrigo
Lunes, 16 de diciembre 2019, 13:13
Llega la Navidad, y con ella, el bombardeo de anuncios, gastos, atracones de comida y el quebradero de cabeza que supone elegir los regalos perfectos para los protagonistas de estas fechas, nuestros hijos. Por ello, es importante hacer una pequeña reflexión en torno a ... los obsequios que recibirán del Olentzero y los Reyes Magos y lo que estos suponen para nuestros hijos.
En mi trabajo diario con familias, observo que los niños tienen poca ilusión en estas fechas. Reciben montañas y montañas de regalos, siendo muchos de ellos juguetes a los que se les da poco valor o resultan atractivos solo durante dos días. ¿Dónde está la ilusión por recibir aquello que llevaban todo el año esperando? Una forma evidente de matar la ilusión en estas fechas es haber colmado a nuestros hijos durante todo el año, comprándoles todo aquello que querían. Hacerles esperar por lo que desean de manera inmediata es una buena forma de conservar la magia.
Ahora bien, ¿cuántos regalos hay que hacer a los niños? Seguir la regla de los cuatro regalos puede quitarte de muchos problemas. El primero será algo que ellos hayan pedido y que deseen de verdad, eso que llevan tiempo esperando. El segundo, algo que realmente necesiten, quitándonos de comprarlo durante el año. ¿Por qué pensamos que una mochila o un estuche no son buenos regalos de Navidad? El tercero será algo para ponerse, unas zapatillas o ropa que sepamos que les va a gustar. Por último, regalar algo para leer. Si queremos que nuestros hijos adquieran el hábito y el gusto por la lectura, regalarles un libro es la manera de incentivarlo.
Por otro lado, es importante hoy en día que prestemos atención a los regalos de carácter tecnológico. Muchas de las cosas que piden los niños entran dentro de este grupo. Ante esto es necesario ser conscientes de la edad de nuestro hijo, es muy importante que lo que regalemos se adecúe a su edad. Asimismo, si ya tienen años suficientes para utilizar estos productos, se tendrán que poner normas y límites referentes al uso.
No se necesita gastar los ahorros de todo el año en los regalos de Navidad para que nuestros hijos estén ilusionados. Por el contrario, cuantos menos reciban y cuanto más esperen para recibir aquello que desean con tantas fuerzas, más espacio tendrán el misterio y la ilusión tan necesarios en estas fechas.
* Patricia Aguirre Rodrigo es psicóloga en el Centro de Psicología Bilbao. Trabaja con niños y familias desde la Disciplina Positiva y el enfoque en soluciones.
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