Desconectar en vacaciones
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Así desconectan en vacaciones quienes saben de salud mentalEstás leyendo BizkaiaDmoda, la Newsletter de tendencias de moda, belleza, decoración, salud, relaciones de pareja y más cosas bonitas cada semana en tu mail, por Virginia Melchor. Si quieres recibir este boletín cada domingo en tu mail, apúntate aquí.
¿Cómo ha ido ... la semana? Si estás de vacaciones, seguro que estupendamente. Y si aún no te has marchado, quizá te pase como a mí, que siento que voy ya arrastrándome por la vida. Ánimo, ya queda menos para nuestro merecido descanso. Ojalá gestionásemos mejor el autocuidado, tan importante, y buscásemos ese momento de desconexión todos los días. Ese espacio tan necesario para cuidar nuestra vida personal y nuestra salud física y mental.
Desconectar no es fácil. A veces cuesta. Solemos comentar en la cuadrilla que llevamos tan integrado el 'modo robot', yendo siempre a mil por hora, que cuando tenemos tiempo libre no sabemos qué hacer. Y oye, que también tenemos derecho a no hacer nada. A descansar plácidamente sin tiempos ni obligaciones. A la vagancia total.
En ocho días me marcho una semana a Lanzarote (mi tercera vez desde septiembre, me entra esa ansia repetitiva cuando me gusta algo). Y pienso empujar a mi mente a montarse en el avión, que ya sabemos que demasiadas veces sigue en otra parte. Y, además, voy con el convencimiento de pasar del puñetero móvil (mirarlo dos veces al día máximo), porque me pierdo lo que tengo delante. Esos días que ya no vuelven. La vida misma.
Para mí lo mejor de las vacaciones es viajar, porque me permite salir de la rutina y vivir nuevas experiencias. Siempre vuelvo más sabia. Y, además, poner distancia me ayuda a tomar perspectiva, a replantearme las cosas y valorar más lo que tengo cerca.
He preguntado a las psicólogas Natalia Gómez-Rubiera, Haizea Gómez e Iratxe López cómo hacen ellas para desconectar y volver al trabajo con más fuerza. Aquí sus conclusiones:
«Cada vez me cuesta menos desconectar, porque valoro lo importante que es. Encontrar la paz y olvidarse del trabajo en verano es algo que se elige. Nosotros llevamos el timón de nuestro bienestar. Y la calma no se encuentra fuera, como cree mucha gente, sino en nuestro interior. Yo desconecto, sobre todo, en la naturaleza, que conecta con mi esencia. Hemos olvidado que formamos parte de ella. En consulta, realizo una técnica de visualización que consiste en encontrar el lugar de calma. Y las personas siempre viajan con la mente a la montaña, al mar, a cielos estrellados... a todos nos relajan cosas similares, somos más parecidos de lo que pensamos.
También me ayuda a desconectar rodearme de amigos o conocer gente nueva. No podemos olvidar que somos seres sociales y que necesitamos ese contacto, ya que nos aporta oxitocina, que es la hormona de la calma y la alegría. En definitiva, debemos saber qué necesitamos en cada momento para sentirnos bien. De ahí que sea tan importante el autoconocimiento. Quizá estés tan saturada que lo que necesites sea un retiro en silencio para estar contigo misma y reconectar.
Por último, me ayuda ser consciente de que estamos muy enganchados a las tecnologías. Y mal gestionadas son un estresor muy potente. Pero no me dejo arrastrar y elijo cómo quiero que sean mis vacaciones. Decido si voy a estar colgada del móvil y subiendo fotos a Instagram o disfrutando del momento presente, con el que he soñado meses y que no se repetirá».
«En vacaciones intento dar un respiro al móvil. Lo uso después de desayunar para hacer gestiones y hasta última hora de la tarde procuro no mirarlo para poder disfrutar de un baño en la playa o un paseo por el monte con atención plena. En el caso de las personas autónomas, lo tenemos más difícil para desconectar. Por eso recomiendo establecer una franja horaria para atender el trabajo y no coger llamadas ni mirar la agenda fuera de ese tiempo. En verano parece que tenemos que aprovechar los días al máximo, que hay que estar al 100% para hacer un montón de planes o actividades, pero es aconsejable que nos escuchemos y llevemos el ritmo que realmente queramos. Yo intento aprovechar para hacer esas cosas que me gustan y para las que nunca encuentro tiempo, como desayunar con calma o disfrutar de un paseo por la playa. Y siempre procuro encontrar el equilibrio entre hacer planes con amigos y familiares y hacerlos sola para conectar conmigo misma».
«Para mí la desconexión en las vacaciones llega en varias etapas. Suelo necesitar entre 3 o 6 días para dejar de tener la mente en el trabajo y empezar a pensar en mí, en lo que me apetece hacer y necesito en cada momento. Eso sí, unos cinco días antes de volver, mi cabeza vuelve a estar inevitablemente en el trabajo. Por eso, para desconectar realmente, necesito al menos dos semanas, idealmente tres. Mucha gente divide sus vacaciones durante el año, pero yo prefiero cogérmelas del tirón, porque vuelvo más renovada.
Siempre dejo apagado el teléfono del trabajo y nunca me lo llevo. Eso sí, antes necesito dejar todo bien atado. Aviso de que estoy de vacaciones e incluyo el contacto de la secretaria del centro o de otra psicóloga por si algún paciente precisa ayuda. Para desconectar, necesito viajar. Si me quedase en Bilbao, no sería lo mismo. Busco lugares que me estimulen y me ofrezcan algo novedoso, en los que encuentro paz interior, sin tareas, ni prisas, ni responsabilidades... Salir fuera me ayuda a poner distancia de la rutina. También considero importante que aquellas personas que nos dedicamos al cuidado o atención de los demás, como el personal sanitario, el profesorado o quienes trabajan en hostelería, aprovechemos las vacaciones para estar ahí para nosotros mismos, que hagamos lo que nos apetezca y no pensemos en otros. Priorizarse es algo que cualquier persona debería aplicar en su periodo de descanso».
Hace tiempo que no recomiendo cosas que he descubierto o me han hecho feliz. Ahí van:
- La gafa boutique: Me gustan las gafas originales y de diseño que venden en 'La gafa boutique', en el número 4 de García Rivero. Con mis siete dioptrías y subiendo, no tardaré en pasarme a fichar algún modelo.
- Don crepe: Me parece un planazo ir con el perro a Artxanda los fines de semana y después comerme un crepe en Don crepe, en el número 2 de Avenida de las Universidades. Entre los salados, mi favorito es el súper completo, que lleva jamón york, queso, huevo, champiñones y tomate; y entre los dulces, siempre cae el de mermelada de calabaza y yogurt.
- El tiempo que te doy: La última temporada de la serie Valeria no me está enganchando, así que el otro día pedí a mi amiga Berta, que se dedica al mundo del cine, que me recomendase alguna serie de Netflix. Me aconsejó que viese 'El tiempo que te doy', que narra la superación de una ruptura en diez episodios de 12 minutos. Además, me recomendó el documental 'El dilema de las redes', también en Netflix, con expertos que advierten de los peligros de las herramientas creadas por ellos. Y me dijo que tenía que ver sí o sí el documental 'Stutz' (Netflix de nuevo), que populariza las teorías de un psiquiatra neoyorquino aquejado de párkinson sobre cómo combatir los pensamientos victimistas que nos frenan y utilizar la fuerza interior para afrontar dificultades.
¿Cómo consigues desconectar en vacaciones? Te leo en el Instagram de Bizkaia Dmoda (@bizkaiadmoda) o en el mío personal (@virm89).
Hasta el próximo domingo. Sé feliz.
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