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Sandra Palacios
Martes, 25 de octubre 2022, 10:57
Hay días o semanas en los que te sientes triste, como de bajón, y no sabes la razón. El mundo parece estar pintado de gris y no hace falta mucho para que afloren lágrimas en tus ojos. En estos momentos, lo único que te apetece ... es quedarte en casa envuelto en una manta soportando el peso de la tristeza. Sin embargo, ¿es esto lo que recomiendan los psicólogos?
María Marcos, psicóloga en El Prado Psicólogos, indica que cuando sentimos un bajón puede ser por distintas causas, tanto físicas como psicológicas. «Y para conocer qué nos está ocurriendo, tenemos que tomar una actitud de observador».
Por un lado, Marcos recomienda hacer una lista con los síntomas que presentamos: insomnio, problemas gastrointestinales, disminución de apetito, fatiga, apatía... Y observar si solo nos afecta a nivel laboral, familiar o social o si se presenta en todos los aspectos de nuestra vida.
Por otro lado, es importante fijarnos en los pequeños cambios que han surgido en nuestra vida, aunque a veces estos bajones no tienen un desencadenante tan visible. «La raíz puede encontrarse en una inseguridad propia, en la falta de confianza en uno mismo, en la incertidumbre sobre el futuro o la falta de toma de decisiones que afloran ante ciertos cambios actuales, ante estresores que se presentan en nuestro día a día».
Consejos prácticos
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Todas las emociones aparecen por un motivo y para algo, pero para poder gestionar la tristeza tenemos que observarnos e indagar en el motivo que ha hecho que aparezca. «Una buena fórmula es pensar en ese disparador que ha generado esa emoción, igual es algo que ha ocurrido justamente antes o un pensamiento por muy instantáneo que haya sido y que ha podido desencadenar esa respuesta en nuestro cuerpo», explica la psicóloga.
Al final, la tristeza es esa señal de alarma que nos hace parar, nos invita a reflexionar y a realizar un trabajo de introspección. «Nos ayuda a dar valor a la pérdida, a veces es una pérdida personal, material o más vinculada con nuestros valores personales. En este caso, la tristeza es esa gran aliada para tomar conciencia y adaptarnos a la nueva situación», manifiesta Marcos.
Si esta sensación de tristeza o bajón perdura en el tiempo o su intensidad aumenta, tendremos que ponernos alerta. «Si sentimos que cada vez afecta a más ámbitos de nuestra vida y estos síntomas siguen presentes, sobre todo esa apatía, no disfrutar de las cosas como antes, ver que la vida no tiene sentido, tener sensación de desesperanza hacia el futuro, aislamiento social, insomnio diario o pérdida o aumento de apetito, podemos encontrarnos ante otro tipo de problemática», expone.
En estos casos, lo primero es pedir ayuda, comentarlo a nuestro entorno más cercano y buscar ese apoyo profesional. «Un especialista nos ayudará a entender cuál es el origen, sus causas y a partir de ahí marcarnos los objetivos terapéuticos a seguir, mostrándonos las herramientas y recursos que necesitamos aplicar para conseguir esa estabilidad emocional», señala la psicóloga.
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