Los zapatos de Bilbao que acapararon todas las miradas en el metro de París

La clase de los parisinos a la hora de vestir es innegable. Un estilo donde, a grandes rasgos, sobresalen la elegancia y una delicada sencillez. Así lo demuestran los grandes iconos en moda de la capital gala, como Caroline de Maigret o Lou Doillon. Pero en Bilbao no tenemos nada que envidiar. Y es que fueron unos llamativos zapatos de una tienda de la villa los que acapararon todas las miradas en el metro de París. En una de sus últimas visitas a la capital vizcaína, un dandy francés, Jean François, se tropezó, por casualidad, con Customeus, un comercio singular donde se ofrece calzado personalizado para mujer y hombre, situado en la plaza Arriquíbar, próximo al Azkuna Zentroa. «Cuando entró a la tienda y le mostré los más de 100 modelos disponibles para que ideara el zapato de sus sueños, se sintió ensimismado. Tanto por el tipo de negocio, propio de décadas atrás, como por lo asequible que era este tipo de calzado, comparado con otros países de Europa», explica Iker Udaondo, bilbaíno de 38 años, propietario del local. Tras pensárselo mucho, Jean François optó por un modelo clásico, donde combinó diferentes tipos de pieles. Y así es como consiguió que, a menudo, desconocidos que viajaban en el mismo vagón se acercaran a él para preguntarle dónde los había comprado. Este apuesto francés repetía una y otra vez lleno de orgullo: «¡Son exclusivos y me los hice personalizados en un viaje a Bilbao!» De hecho, muy satisfecho con el resultado, se ha convertido en uno de los clientes más fieles de este comercio tan especial.

Aunque cuando Iker Udaondo fundó Customeus, en 2016, después de haberse dedicado toda la vida al mundo de la comunicación en radio y televisión, nunca imaginó que los zapatos personalizados que ofrecía en su comercio llegarían hasta Japón. Tampoco que los calzarían las presentadoras de televisión de EITB. «Abrí este negocio porque era un sueño que tenía desde hace tiempo. La moda siempre me había apasionado. Mientras trabajaba, por amor al arte completé varios cursos de Personal Shopper», desvela.

Hoy aconseja y atiende con dedicación a los clientes que se acercan al establecimiento. De hecho, muchos se paran con anterioridad unos instantes a admirar los modelos icono que se exponen en el escaparate. Y si el negocio hace que retrocedamos décadas atrás, hasta cuando los artesanos hacían el calzado de sus clientes uno a uno, la decoración y el ambiente también nos transportan al pasado: Iker adquirió el mobiliario en mercados de segunda mano y también adornó la tienda con antigüedades que pertenecían a su familia, como maravillosos cuadros o espejos que aportan un aire majestuoso al espacio. Además, en uno de los estantes suena un viejo tocadiscos que pone banda sonora con música clásica a las jornadas de trabajo. Y junto al mostrador, se amontonan las cajas de los encargos con su propio letrero: «hecho a mano para…» y el nombre del cliente.

Iker cuenta cómo los clientes viven una verdadera experiencia cuando diseñan el calzado de sus sueños, pero lamenta que no todos se animen. «Es un proceso al que no todo el mundo se atreve, supongo que es más fácil comprar unos zapatos comunes sin darle vueltas», reconoce. Y es que dice tener dos tipos de clientes: los que acuden porque tienen problemas en los pies o llevan una talla más grande de lo normal; y aquellos que quieren lucir unos zapatos más originales que el resto. Funcionan con cita previa y dependiendo de la temporada pueden concretar hasta diez al día. Durante una hora, Iker se dedica exclusivamente a la idea de calzado que tiene cada persona en su cabeza, la aconseja y juntos concretan las diferentes partes del zapato que puede cambiar a su gusto, como la pulsera de unas sandalias, el forro, el tejido, el color y el tacón, que puede modificar tanto la altura como el grosor y la forma. Más tarde, el diseño se envía a un taller tradicional de Alicante, donde se realiza de forma artesanal cada modelo. «Tardan en llegar aproximadamente un mes», detalla. Es que esta iniciativa ha debido de gustar mucho entre los bilbaínos, porque el local ha realizado más de 3.000 diseños desde que abriera sus puertas.

Los inicios del comercio están unidos al calzado plano, como el elegante zapato Oxford o el Slipper, con un diseño más abierto. Además, ofrecen desde entonces la línea Comfort con unas piezas muy cómodas, ligeras, con suela acolchada y con hormas para «pies difíciles», siempre con un diseño actual. A estos modelos, se les unió hace dos años, el zapato de tacón, que hizo que la trayectoria del comercio cambiara, especializándose en el calzado de ceremonia. «Siempre había querido hacer tacones, pero no di con el artesano que los creara uno a uno hasta hace dos años», cuenta. Hoy ateliers especializados en bodas, como el de Alicia Rueda o Pronovias, trabajan con esta tienda de calzado personalizado. Hasta una novia de Galicia se puso en contacto con Iker a través de las redes sociales para que hiciesen realidad los zapatos de su boda. «Tenía problemas porque calzaba un 42. Así que vino a Bilbao con su madre y su hermana. Las tres se hicieron el calzado que llevarán el día del enlace». Además, para futuras novias o invitadas, Iker desvela la última tendencia: la sandalia de 10 centímetros y de terciopelo en granate.

Además de hacer posible que cada cliente diseñe el calzado de sus sueños, Iker ofrece idear el bolso a juego entre una variedad de modelos, como el 'clutch' o el 'baguette', producido en el mismo taller de Alicante. «Esto permite que el cuero y el color entre los dos accesorios sea idéntico. Al igual con los zapatos, la clienta puede elegir colores, una gran variedad de pieles y apliques de fantasía para las diferentes partes del bolso, plumas, lentejuelas...», explica Iker. Desde los inicios, el comercio también vende otro tipo de complementos producidos por artesanos de nuestro país. Para ellos, unas animadas pajaritas que se convertirán en el centro de los looks en la veladas más especiales. Las traen desde Madrid y las opciones son de todo tipo, de corcho o de madera y con estampados fuera de lo común, como una que incluye dibujos de patos de goma.

Iker hace un balance muy positivo de los cuatro años que lleva dirigiendo este característico comercio, y que ya se ha ganado un lugar privilegiado en el corazón de los bilbaínos que se visten por los pies. Y a pesar de todo lo que ha logrado en este tiempo sigue soñando con incluir artículos nuevos. Lo siguiente será la personalización de guantes. «Me lo piden mucho después de haber encargado el calzado y el bolso. Posiblemente, ofrezcamos este servicio en un par de meses», adelanta. También le gustaría ampliar la variedad de diferentes modelos de calzado, como unos que cuentan con el tacón de cristal. De esta manera, con dedicación y unos pedidos que llegan desde distintos puntos del mundo, Iker espera convertir Customeus en un comercio de personalización de calzado artesanal de referencia a nivel estatal. Y que el dandy francés Jean François siga llamando la atención en el metro de París con sus elegantes zapatos de Bilbao.