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O los amas o los odias, no hay término medio. Los pantalones de corchetes llegaron a nuestras vidas a finales de los 90' como consecuencia del boom del chándal de Adidas (sí, ese de las tres rayas laterales, inspirado en el exfutbolista alemán Franz ... Beckenbauer) y gracias embajadoras de lujo que por aquel entonces se encontraban en el candelero mediático como Melanie C, la Spice Girl 'deportista'. Muchas madres de hijas adolescentes se echaron las manos a la cabeza ante semejante avalancha de estos estilismos deportivos, esos que tanto recordaban a la cultura urbana del hip hop de los 80' y que se estaban convirtiendo en el 'uniforme' básico de muchas jóvenes de la época.
Pero la moda es cíclica, es un boomerang que viene y va, trayendo de vuelta tendencias que se resisten a caer en el olvido definitivo. Pues bien, tras más de tres lustros desaparecidos en combate, en 2017 volvimos a presenciar una breve (pero intensa, muy intensa) reaparición, encabezando el recién inaugurado movimiento 'athleisure', o lo que es lo mismo, aquello de salir a la calle con la ropa del gimnasio. Nosotras nos seguíamos refiriendo a ellos como 'pantalones de corchetes', mientras que en el universo de la moda comenzaron a llamarlos 'snapper pants', por aquello de la internacionalización. Tanto fue así que sus nuevas precursoras fueron 'celebrities' de la talla de Kendall Jenner, Dua Lipa o la mismísima Kim Kardashian.
Hablamos de una de esas prendas controvertidas – y feas para muchos - que, irónicamente, se acaban convirtiendo en tendencia. Es el último gran demonio de la moda, un terror de juventud al que las más escépticas aún seguían mirando con recelo. Todo hasta que apareció Chanel, empeñado en refinar a base de perlas y tweed hasta las piezas más toscas, como ha ocurrido este mismo invierno con unas botas de monte que perfectamente podrías calzarte para escalar el Gorbea. Para el próximo, Virginie Viard ha hecho un 'flashback' en nuestros recuerdos estilísticos más oscuros y los ha pasado por el filtro de la elegancia, cambiando el algodón y el tactel por tejidos nobles y sustituyendo los 'crop-tops' y las chaquetas con cremallera por combinaciones fáciles pero sorprendentes.
Sofisticado, versátil y accesible, no a todos los bolsillos, pero sí a un mayor público que se pueda identificar con él. Así es el nuevo lavado de cara del pantalón deportivo que llega dispuesto a confraternizar con todas sus detractoras. Es una prenda potente, con protagonismo por sí misma, que ha conseguido ser el centro de atención del último desfile parisino, celebrado dentro del marco de la Fashion Week francesa. Esto, precisamente, forma parte de la nueva estrategia de Chanel, tal y como adelantó su directora creativa poco antes de presentar la colección otoño-invierno 2020-2021. «Para el desfile no hay marco. No me gusta lo que enmarca». Y es que Viard ha querido desligarse de los majestuosos escenarios que caracterizaron la obra de Lagerfeld (cómo olvidarnos del supermercado, el aeropuerto, la playa o el cohete espacial que presidió uno de sus pases), despojándose de ornamentos externos para devolver la importancia a la propia ropa. «Un romanticismo sin florituras», como así lo ha calificado la diseñadora francesa.
Sobre un impoluto escenario de color blanco, las modelos llegaron a desfilar por parejas y de tres en tres, un gesto novedoso e intencionado con el que se pretendía marcar los nuevos límites de la 'maison'. Dicho esto, ¿darías una oportunidad a estos 'snapper pants'? Entre las expertas vizcaínas hay opiniones de todo tipo.
Aunque la etiqueta de 'influencer' no le guste demasiado, esta joven de Santutxu ha conseguido una legión de seguidores en Instagram gracias a su constancia y a un estilo muy definido que ha sabido mantener a lo largo de los años. Sin embargo, asegura que está abierta a nuevas tendencias, aunque hay algunas que, de primeras, le cuesten más que otras. «Tengo que reconocer que acabo rendida ante muchas, no todas. Hay cosas que no me pondría». Tan solo recuerda haber llevado pantalones d corchetes de niña, cuando iba al colegio, pero no descarta hacerse con unos el próximo invierno. «No es un pantalón de mi estilo, pero siempre hay una versión que se adapta a ti, así que… Soy de las que dice «nunca digas nunca». Esta empresaria, fundadora de la tienda Le Coccó, se imagina combinándolos con una camisa denim, un blazer 'oversize' y unos botines cowboy.
A sus 56 años, Miren puede presumir de haber creado un estilo propio -aplaudido por más de 10.000 seguidores en redes sociales- y de tener tanta o más actitud, ante la cámara y ante la vida, que cualquier 'influencer' joven. Asegura que 'la madurez tiene un estilo fantástico' y a sus publicaciones nos remitimos. Para esta estilista bilbaína la moda no tiene ni secretos, ni edad, ni límites. Por eso, no es de extrañar que se haya atrevido en más de una ocasión con los controvertidos pantalones de corchetes. Eso sí, en su versión más sofisticada. «Me gusta la tendencia, pero la versión chandalera de Adidas no». Le han llamado la atención los nuevos diseños de invierno de Virgine Viard y asegura que «se los pondría para la próxima temporada». Atesora varios modelos en su fondo de armario, desde los más puristas, con rayas laterales verdes y blancas, hasta un diseño con 'efecto corchete' en tonos neutros, de Mercedes de Miguel.
Ana es una asesora de imagen y una 'personal shopper' de Getxo entregada a la moda. Para ella, es una forma de expresión que va mucho más allá de la ropa. Es un lugar donde se siente cómoda y donde ahora vuelca todos los conocimientos que ha ido recopilando desde niña con pasión y creatividad. Echando la vista atrás, aún recuerda aquellos pantalones de corchetes «con horror». «Hace 20 años, un chándal con corchetes no tenía hueco en mi armario», asegura entre risas. De hecho, a día de hoy no ha llevado ninguno parecido. Sin embargo, accede y quizás se permita la licencia de llevarlos en su versión más sofisticada. «Soy bastante atrevida y me gusta probar cosas diferentes, siempre conservando mi estilo y con mi toque personal. Creo que los llevaría en una ocasión especial», reconoce. Le gusta la combinación de jersey de punto grueso con bota de tacón y plataforma. «Puede quedar un 'lookazo' con el que no pasarás desapercibida». Con sus clientas la cosa cambia, y no se los recomendaría a todo el mundo. «A la gente le cuesta salir de su zona de confort. Está claro que este modelo no lo defiende cualquier persona. Está hecho para una mujer con carácter y segura de sí misma». A nivel 'street style', prevee que «va a tener un público reducido».
María Uranga es una reputada estilista al mando de su propia empresa de asesoría, el Gabinete de Imagen María Uranga, que ya cuenta con casi una década de trayectoria profesional a sus espaldas. En todos estos años, esta bilbaína se ha dedicado a crear, mejorar y potenciar la imagen real que sus clientes quieren proyectar y desde 2016, además, forma parte del equipo de Lookiero, una plataforma de asesoría virtual. María muestra una postura muy clara con respecto a este tipo de pantalones. «No me los pondría ni para estar en casa», comenta entre risas. «Si me retas me podría atrever, pero no iría corriendo a comprarlos», ironiza. Es tajante en su parecer, y es que ya en el 2000 le parecían «un espanto», pero sabe interpretar el mensaje que quiere lanzar Chanel desde una perspectiva 'revolucionaria'. «Es un 'streetwear' de denuncia, que reivindica la moda 'genderless'. Es un grito para reclamar que se puede ir cómoda pero estilosa», afirma. Sin embargo, piensa que no tendrá gran calado en la calle, en todo caso entre las adolescentes. Si ha de imaginarse una combinación ideal sería a base de colores neutros, con una camisa masculina anudada y un salón, o con una camiseta blanca con mensaje en tonos sorbete y unas deportivas, si quieres darle un toque más desenfadado.
Patricia Pastor ha hecho de su cuenta de Instagram un espejo del estilo vizcaíno en el que se miran cada vez más mujeres de Reino Unido, un público que le ha acogido con los brazos abiertos desde que hace 5 años se fuera a vivir a Bristol. Su forma de entender la moda es una mezcla entre lo casual y lo clásico, lo arreglado y lo informal, por lo que no es descabellado imaginarla con este tipo de pantalones en mimetizados en algunos de sus refinados looks. «Me gusta esta tendencia y sí me veo con ellos. ¡Seguro que me los veréis! Puede dar un toque muy moderno a un look básico», recalca. Reconoce que, aunque es una tendencia 'amor-odio', hace años tuvo uno de estos diseños. «¡me encantaba!». Tiene una extensa colección de camisas y camisetas blancas y no duda que lo combinaría con alguna de ellas. «También le añadiría unos botines y una blazer o una biker, según quiera conseguir un look cañero o elegante, dependiendo de la ocasión. Me parece una prenda muy versátil», concluye.
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