Día de la madre
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Día de la madre
De Tania Llasera a Adela Úcar: lecciones que los famosos vizcaínos aprendieron de su madreEstás leyendo BizkaiaDmoda, la Newsletter de tendencias de moda, belleza, decoración, salud, relaciones de pareja y más cosas bonitas cada semana en un tu mail, por Virginia Melchor. Si quieres recibir este boletín cada domingo en tu mail, apúntate aquí.
Madre no hay ... más que una. Y más que un día se merece un monumento por tanta entrega y amor. Este primer domingo de mayo rostros conocidos de Bizkaia han querido tener un detalle con sus progenitoras en forma de palabras de cariño, que seguro que es lo que más agradecen. Para sorprenderlas o recordarlas, comparten la lección vital que les han dado sus madres y lo que más admiran de ellas. El valor del esfuerzo, la capacidad de superación, la humildad, la alegría, huir de la perfección, la importancia de ser independiente, el amor propio, la naturalidad... todo esto han aprendido de las mejores maestras:
«Mi madre me ha enseñado a no tener expectativas sobre los demás. Y a ser mi mejor amiga, darme crédito a mi misma. También a no ser perfecta, porque la perfección es aburrida. Siempre me ha dicho que lo haga lo mejor posible dentro de mis habilidades, que lo dé todo y que esté satisfecha con el camino recorrido».
«En cuanto al estilo, nos gusta ir cómodas y con colorinchis. Yo siempre me siento guapa porque siempre voy cómoda. Si estoy incómoda con un corsé o un tacón, no me siento guapa, porque no puedo ser yo misma».
«Tengo la suerte de tener una madre que le da mucha importancia a ampliar nuestra consciencia. Ella misma ha realizado mucho trabajo consigo misma por ese camino, que no es nada fácil. Animada por ella, comencé con meditación hace ya seis años. Es difícil definir una única lección de vida porque son muchas, pero sin duda, una de las más importantes es que 'siempre hay algo más que no estoy viendo'. Lo que vemos y percibimos es sólo una parte de lo que hay. Esto me anima a querer ampliar mi consciencia, a crecer, a estar dispuesta a abandonar mis creencias y a darme cuenta de cuántos pensamientos condicionantes tengo. Pienso que esto me lleva, poco a poco, a ser más libre y más sabia».
«En cuanto al estilo, me ha transmitido la importancia de encontrar el equilibrio entre la elegancia y la comodidad. Ambas valoramos las prendas de calidad, limpias, bien planchadas, sencillas, elegantes. Y a la vez es importantísimo ir cómoda, no con ganas de quitarse el vestido, los pantalones o los zapatos porque aprietan, pican o me hacen sentir disfrazada. Si estás cómoda con lo que llevas, se refleja en tu actitud, y no hay nada más elegante que ir por la vida relajada y segura de una misma. La fotografía es de hace un par de veranos en Ibiza. Vamos todos los años la familia al completo. Siempre aprovechamos para ponernos vestidos fresquitos y especiales que quizá no tenemos ocasión de lucir en Bilbao por el tiempo que hace. A mí me encanta la ropa con un toque 'hippy', 'boho', 'folky'... A mi madre le encantan los blancos y colores cálidos. Ese día coincidimos las dos de rojo».
«Mi ama nos ha enseñado desde txikis a mi hermana y a mí a ser autosuficientes e independientes en todos los sentidos, sin depender de nadie, porque esto proporciona libertad. Y a ser humildes ante todo, tratando siempre a todo el mundo por igual, sea quien sea».
«En cuanto al estilo, a sentirnos naturales, sin disfrazarnos. Y un detalle mítico de ama, que yo también hago, es que se remanga las mangas de las americanas».
«Las lecciones que aprendí de mi madre fueron varias. En primer lugar, el esfuerzo. Era muy trabajadora. Una auténtica luchadora. Cuidó con amor de sus ocho hijos y de la hija que mi padre tuvo durante un matrimonio anterior. Trabajó muchos años en una gran casa donde aprendió unos modales exquisitos que nos inculcó a los hijos. Nos enseñó a no hablar nunca mal de nadie. Lo que más me llamaba la atención eran su honestidad y personalidad. No le importaba el qué dirán, sólo quería que los suyos fueran felices. Recuerdo perfectamente como me decía al salir por la puerta: 'Vas guapísimo'. Una auténtica madre quita complejos. Sólo quería mi felicidad por encima de las habladurías. El respeto que demostró por mi afición a la moda en unos tiempos donde no se estilaba me ayudó muchísimo para no cesar en mi empeño en llegar a ser alguien en ese mundo».
«En cuanto al estilo, mi madre era guapa, elegante y medía 1,70. Nació un 8 de septiembre, Día de la Natividad, en Zeanuri. Su elegancia era innata. Todo le quedaba bien y sabía llevar los accesorios, como los collares, con mucho estilo. Se maquillaba lo justo, un toque discreto en los labios. No necesitaba más. Yo le hacía todos sus trajes, desde el que se ponía para trabajar en la huerta hasta los vestidos estampados con los que me acompañaba a los desfiles. Recuerdo uno en concreto de voile verde botella con un abrigo tipo Chanel con piel en el cuello, que le hice para un desfile en el Hotel Ritz de Barcelona. Desde pequeño le decía: 'Ama, te voy a llevar con sombrero a París'. No pudo ser. Ella murió cuando yo tenía 35 años. Gracias, ama, ¡nunca te olvidaré!».
«Mi madre me ha dado la lección más importante que te puede dar una madre: la de superación. Yo he visto cómo ha tenido que superar la muerte de mi hermano y cómo ha tirado adelante con su familia pese a ese dolor tan profundo».
«En cuanto al estilo, somos muy diferentes. Y no solo porque nos separa una generación, sino porque tenemos gustos opuestos. Eso sí, ha tenido una tienda de calzado y me ha enseñado que no se puede llevar cualquier zapato, que te destroza los pies. Siempre ha apreciado la calidad por encima de la cantidad».
«Mi madre me ha inculcado el valor del esfuerzo, que nadie me va a regalar nada y que si quiero algo tengo que luchar por ello».
«En cuanto al estilo, me ha enseñado que no hay que pretender ser alguien que no eres, que hay que escuchar esa voz interior y ser coherente con uno mismo. Tenemos estilos completamente diferentes, pero vestimos como somos».
«De mi madre he aprendido a afrontar la vida con alegría y una actitud positiva. No me refiero a sonreír de forma banal, sino a su capacidad de superar los problemas de la mejor manera, con buena actitud, sin agobiarse, buscando soluciones. Siempre saca fuerzas de todas partes pase lo que pase. Nada le da pereza. Es menudita, pero muy activa e inquieta. Te carga de energía solo con estar un rato con ella. Una persona súper viva, con luz».
«En cuanto al estilo, me ha enseñado a ser natural y fiel a mí misma. Aunque vaya a por el pan o a una boda, siempre está juvenil, con un aire muy fresco y 'hippylongui'. Siempre es ella, vistiendo y viviendo. Tal cual, con una esencia pura».
«Una frase de mi madre que tengo grabada a fuego es que no hay que hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hiciesen. Creo que a veces no se tiene en cuenta y que deberíamos comportarnos con la gente con el mismo respeto y cariño que nos gustaría recibir».
«En cuanto al estilo, mi madre siempre ha defendido que menos es más, que en la sencillez está la elegancia. Y con el tiempo, me he dado cuenta de que tiene razón. Por eso, intento aplicar esa máxima a la hora de diseñar y tratar con mis clientas. Sé que no por llevar muchas cosas van a estar más guapas».
«Mi madre, una mujer discreta, enérgica y con mucho tesón, fue un ejemplo de lealtad y fortaleza, ya que luchó durante muchos años por seguir aquí. Siempre fue un espejo en el que mirarme para mejorar y crecer. Lo daba todo por los demás y ella era la última. Me enseñó a ser constante, paciente y a ayudar a la gente. Era muy refranera y siempre nos decía: 'manos que no dais, qué esperáis'. Sé que sigue ahí a mi lado. La sigo sintiendo cerca».
«Mi madre siempre fue de belleza interior y eso era lo que reflejaba. El estilo si lo llevas dentro, no importa lo que lleves por fuera».
«Mi madre me ha enseñado a ser agradecida, con los demás y con la vida. Y a mirar a todas las personas con los mismos ojos. Sigue insistiendo en que no busque la aprobación de los demás. Y defiende que no hay nada más puro que ir por la vida con sencillez y auténticidad. El otro día cuando presenté una charla con tres expertos en moda pidió el micrófono para hacerles la siguiente pregunta: 'Habláis de sostenibilidad y me parece muy interesante, pero ¿se os ha ocurrido algo para que dejen de picar las etiquetas?'. Se rió todo el mundo, claro. Mi madre nunca deja de sorprenderme. Divertida y genuina como ella sola».
«Ella siempre ha sido bastante más moderna que yo. De estilo 'hippy' y juvenil, de ponerse lo que le da la gana. Lo mismo se planta sus sandalias con calcetines que un zapato bueno. Tiene, eso sí, 18 millones de fulares y todavía me manda mensajes para decirme que yo también me ponga uno, que ha refrescado y me voy a constipar».
¿Qué lección vital y de estilo aprendiste de tu madre? Cuéntanoslo en el Instagram de Bizkaia Dmoda (@bizkaiadmoda) y lo publicamos en stories para honrarla como se merece. ¡Bravo por nuestras madres!
Hasta el próximo domingo. Sé feliz.
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