Cuando un suceso trágico nos toca de cerca, inevitablemente pensamos en la fugacidad de la vida. Enseguida nos cuestionamos a nosotros mismos y la 'ruta' que nos hemos marcado. En general, nuestro ego tiende a dar vueltas sobre la importancia de obtener cuanto más éxito ... mejor; pero se nos olvida que la ecuación para conseguir sentirse totalmente pleno y realizado varía, y que nunca suele ser la misma para todos. Aquello que nos hace felices cambia mucho dependiendo del momento en el que nos encontremos; y lo que ayer nos resultó tan difícil de alcanzar, puede terminar siendo una losa unos años más tarde. Sea cual sea el punto de inflexión que marca un nuevo comienzo, a casi todos nos ha pasado alguna vez. En el caso de Paloma Martínez López de Guereñu, cambió de rumbo después de una fuerte sacudida familiar y laboral.
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Tras estudiar ciencias empresariales en Sarriko y completar un Máster en comercio internacional, Paloma terminó trabajando durante 14 años en una multinacional. Pero lo que a priori parecía la salida perfecta, con el tiempo no lo fue tanto. «Algo estaba fallando… Me estaba perdiendo ver crecer a mis hijos. Recuerdo estar todo el día de mal humor debido a la presión», se sincera esta vecina de Las Arenas de toda la vida. Un problema de salud de su madre resultó esclarecedor para tomar las riendas de su trayectoria profesional. «'La vida se nos escapa en cualquier momento', me dije. Y corté con mi trabajo de raíz porque psicológicamente lo estaba pasando muy mal», recuerda esta estilosa mujer, que dejó la empresa en la que trabajaba en abril de 2014. Apenas seis meses más tarde, tomó la valiente decisión de inaugurar -en el número 19 de la calle de Las Mercedes- su propia tienda de moda femenina: 'Due and Go'.
Abrir un comercio de ropa, accesorios y regalos desde luego no entraba en sus planes iniciales, pero el destino se conoce que lo quiso así. «Estaba esperando a una amiga en Amorebieta y recuerdo visitar una tienda preciosa. La dueña se mostró muy simpática y algo hizo click en mi cabeza. Fue un punto de inflexión importante porque supe hacia dónde quería dirigirme», explica. Dicho y hecho. Nada más volver a su querido pueblo costero, se puso a buscar lonjas para alquilar. Y, a pesar de no tener experiencia en el sector de la moda, y de no haber acudido nunca a un 'showroom' a realizar pedidos, su entrenado olfato y buen gusto a la hora de vestir la han llevado a donde está. Su tienda multimarca lleva ya ocho años rodando y sigue creciendo cada vez más, pues Paloma conoce bien a todas sus clientas y sabe lo que les gusta y funciona. «Son súper generosas y educadas desde que abrí. Me he cambiado dos veces de local, y al final la gente está muy agradecida porque hay más producto y visibilidad de cara al escaparate», señala esta madre de dos hijos que disfruta con las cosas sencillas de la vida, como dar paseos y pasar tiempo con sus amigos y familiares.
Diferenciarse de las tiendas de las grandes superficies no es tarea sencilla en los tiempos que corren, pero no resulta imposible. De hecho, uno de los valores que más se tienen en cuenta a la hora de comprar sigue siendo el trato personal y cercano que se busca en los espacios pequeños de barrio. Todavía quedan muchas románticas a las que les encanta que les ayuden y aconsejen, ya que este gesto evita ir todas igual vestidas. «Aquí tocamos las prendas, nos las probamos, nos miramos en el espejo y las combinamos de distintas formas. Mi tienda está enfocada a mujeres con cuerpos reales, y a nosotras nos gusta hablar y estar juntas», matiza la emprendedora.
Gracias a su trayectoria, en 'Due and Go' pueden adquirirse prendas de reconocidas firmas que, de entrada, no son muy fáciles de encontrar en Euskadi. La primera que compró, casualmente danesa, ayudó a bautizar el propio local. «Al tener tantas cosas que hacer al comenzar, olvidé ponerle un nombre a la tienda. La representante de 'Second Female' me dijo que mi nombre en danés era 'Due' y me gustó», señala divertida. Marcas de calzado como Veja y Birkenstock - más de moda que nunca - confiaron también en Paloma para su representación, cuya próxima temporada promete venir cargada de muchos modelos diferentes que están menos vistos. «Me visitan muchas personas de fuera de Bizkaia que vienen directamente a buscar estos productos, ya que no los encuentran y, gracias a dios, no quieren comprar por Internet. Con el calzado, conjugo las dos estaciones del año: en primavera vendo las famosas chanclas y en invierno las deportivas», comenta orgullosa. Entre las demás firmas de 'Due and Go', destacan Belle Rose, La Fée Maraboutée y la marca española Beatriz Furest, con la que comenzará a trabajar de cara a los próximos meses.
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La filosofía de Paloma es traer a la tienda cosas diferentes que no estén tan vistas. Ella no mira lo que hacen otros comercios, sino que elige según su propio criterio y sin dejarse influenciar. Probablemente, ahí radica gran parte de su éxito: en traer productos que lo mismo compran madres e hijas que sus propias abuelas, más entradas en años y experiencia. Las clientas de Las Arenas saben lo que quieren, tienen un estilo propio a la hora de vestir y buscan piezas atemporales que vayan a conservar en el armario durante mucho tiempo. Y para captar a este sector, Paloma vende también Max Mara Weekend, la línea más 'sport' de la marca italiana. «Intento que las prendas buenas no pasen de 200 euros. Al principio tenía un poco de miedo, pero la verdad es que se ha vendido todo y ya solo me quedan dos pantalones y dos blusas», precisa.
Difusores coquetos, cuelga gafas con imán, bolsos de lino, cremas de manos, velas exquisitas, bisutería española y vegetal… La selección de sus artículos está cuidadosamente medida y enfocada cada vez más en apoyar la sostenibilidad y el producto más cercano. «Dentro de poco empezaré con una firma más joven fuera de lo que es la gran distribución, catalana y de kilometro 0», adelanta Paloma, quien cree que es importante adoctrinar a los jóvenes. En cuanto a la ropa, sigue apostando por prendas de calidad que sean buenas y gustosas a la piel. «En verano, lo que más se vende son los vestidos; y en invierno, los jerséis de todos los estilos. Más que diferenciarme en colores, trato de traer las mejores calidades: mohair, lana, alpaca… los metes a la lavadora y salen igual», insiste.
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Paloma agradece la confianza que depositan en ella sus clientas, y reconoce que no hay nada más satisfactorio al final del día que aparezca una de ellas para contarle que no deja de ponerse las piezas que compró. Con la vista puesta en la próxima campaña, esta bilbaína se siente afortunada y seguirá trabajando duro este verano para agradar a sus queridas clientas. Porque no debemos olvidar que, si no consumimos en el pequeño comercio, inevitablemente éste acabará desapareciendo.
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